Familia Perfecta

CAPÍTULO 4

Llegó a casa, fue directamente a su habitación y cuando se dio la vuelta, dio un salto del susto.

-¿Tú? –levantó una ceja y suspiró -¿Cómo lograste entrar? –preguntó con pesadez.

-Con un saludo de parte de mi sobrina alegraría mi vida –comentó un hombre que se encontraba en un rincón de la habitación, apenas entraba la iluminación de la luna a través de la ventana

-¿Y qué es lo quieres? ¿Qué parte no entendiste del “déjanos en paz”? Y no estoy de ánimos para tus juegos –gruñó molesta.

-Vaya, tienes el mismo carácter de tu madre –el hombre se inclinó y mostró una mueca –Uno que viene a rogar y aceptar tus condiciones…

Alison que estaba de espaldas, ladeó un poco la cabeza y se detuvo.

-Sigue –ordenó.

-Aceptaré tu trato, no tengo nada que perder –soltó con cierto fastidio –Me rindo, solo quiero la información que me brindaras de parte de tu hermano y no amenazaré la empresa de tu padre –Alison se dio media vuelta y levantó una ceja –No tengo nada bajo las mangas.

-Me huele a peligro, dijiste como máximo un mes, que lo ibas a pensar –le recordó –Y no duraste ni dos semanas…

-Simplemente no interfieras con mis colegas –ella negó con una sonrisa –Lo que pediste ya está, solo falta que tú vayas a reclamarlo, no te voy a agarrar de la mano y dártelo como si fueras una niñita –soltó con indiferencia.

-Rodrigo Smith –nombró –Te sugiero que te vayas despidiéndote de él –nuevamente siguió ordenando algo en su escritorio –Es a él a quien quiero…

-Y sigues ¿Qué parte no entendiste…?

-No vayas a reclamarme –le interrumpió y se dio media vuelta –Recuerda que me debes una, no soy tu familia, no eres mi nada –le recalcó molesta –Aléjate de mi familia y dile a TU FAMILIA que se vayan a la mierda, no conseguirán nada de nosotros.

Se quedaron en silencio y el hombre se levantó, Alison se media vuelta y detuvo la mano.

-Ni te atrevas –le amenazó Alison –Suéltalo –ella le sostenía con ambas manos y temblaban, era una jeringa que apuntaba al cuerpo de Alison –Ya haciendo trampa –dijo apretando los dientes, soltó una mano y rápidamente dio un giro para después golpear con su codo en el rostro del hombre -¡Intentabas matarme! ¡Y así quieres que confíe en ti! ¡Con razón papá te odia, LOS ODIA A TODOS!

-¡Tú padre conspiró contra nosotros! –le reclamó -¡Tú padre es aquí el traidor, la mala hierba que creció! ¡Y ustedes son la imagen viviente de él! –gruñó como un animal y empezó a atacar Alison -¡Solo quiero que devuelva lo que es nuestro!

Alison lo golpeaba y atacaba con los objetos que tenía a su alrededor, estaba consciente que él le multiplicaba en fuerza y tenía que crearse nuevas tácticas.

La puerta de la casa se abrió, era Mathew que entraba y se detuvo al escuchar fuertes ruidos provenientes del segundo piso, corrió al escuchar un grito de parte de su hermana. Estando cerca de la puerta se escuchó un golpe en la fuerte y no dudo en entrar.

-¡Suéltame! –gritó Alison quien estaba siendo asfixiada sobre su cama por un hombre desconocido.

Mathew corrió hacia al sujeto y ambos cayeron al suelo. Alison empezó a toser y rodó por su cama.

-Rodrigo… -soltó confundido Mathew viéndolo con claridad, los tres tenían una respiración agitada y se miraban expectantes -¿Qué haces aquí?

-¿Lo conoces? –preguntó sorprendida y miró con odio a Rodrigo -¡Cómo pudiste…! –se levantó dispuesta a atacarlo y su hermano le detuvo.

-Rodrigo lárgate, antes que mis padres lleguen a la casa –pidió con tranquilidad.

-Solo quise visitarlos –se excusó.

-Solo lárgate –pidió con voz ronca –Lárgate ahora.

Alison aún tenía su respiración agitada y se alejó bruscamente de su hermano, ambos se alejaron para darle paso hacia la puerta.

-Cualquiera no te hubiera dado esa consideración –extendió su mano mostrando la puerta –Lárgate.

-Creciste bastante, eres todo un hombre –alagó –Tu abuelo se encuentra muy orgulloso de ti, las puerta siempre estarán abiertas para ti.

-Dile que no se moleste en sentirse así por mí, no necesito sus deseos –se mostró serio.

Alison le analizaba, le miraba de pie a cabeza y pudo observar por un segundo un cuchillo escondido dentro de su traje, miró a su hermano y no tuvo tiempo para avisarlo.

-¡Mathew! –gritó y Rodrigo ya sacaba su cuchillo, sin embargo, Mathew también lo había previsto, no era la primera vez aquella jugada sucia, tuvo tiempo de desviar aunque recibió como un rasguño parte de sus costillas.

Ambos hermanos empezaron a luchar contra Rodrigo, hasta que lograron custodiarlo en el suelo mientras que Alison pudo quitarle el cuchillo.

-Puede que seamos familia –comentó Mathew y soltó sus brazos.

Se levantó entre quejas de dolor y los hermanos lo miraron expectantes.

-No dudo de su habilidad –tosió –Nos volveremos a encontrar –Alison le tiró el cuchillo y ambos se miraron por un segundo, después lo recogió y se dio la vuelta –Cualquiera no tendrá el mismo privilegio de salir por la puerta –comentó antes de desaparecer.

Ambos chicos suspiraron con cansancio y se sentaron.

-¿Qué hacía ese tipo aquí? –preguntó con diferente tono.

-A mí no me vendrás con ese tono de detective –le regañó –Supongo que en tu habitación hay algunos medicamentos –le señaló con la cabeza la herida –Yo te ayudo.

-Está bien –renegó, no tuvo de otra y Alison le ayudó a caminar hasta su habitación –Parece que nadie vive aquí –soltó con burla entrando a la habitación –Me puse muy triste el día que te fuiste, estaba tan vacío como ahora –comentó con nostalgia -¿Donde?

-En el armario –se sentó al borde de su cama y se sacó la ropa –En la última repisa.

-Sí, ya lo vi –agarró la caja y regresó con su hermano -¿Cuándo mi cuñada? –le golpeó en el barriga y rio –Supongo que no tienes tiempo para eso –sacó los medicamentos y empezó a limpiar la herida –Veo que no es la única herida.

-No responderás –le acusó y ella tragó saliva.




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