Fantasía de un último deseo

Alex vs Max

Estaban frente a frente, separados por una distancia de 50 metros. Alex sin saber qué hacer. Max listo para atacar en cualquier momento.

"Este loco de verdad quiere pelear. Está en posición de querer sacarme la mierda. ¿Y qué se supone que debo hacer? Aun no soy capaz de usar mi poder, si apenas ayer lo conocí. Esto es injusto. Además, el Viejo, Naomi y Yuuki se quedaron parados en la entrada, capaz que piensan que están viendo un espectáculo. Lo único que falta es que saquen las palomitas de maíz y una buena bebida. Pensé que estaban de mi lado, que ayudarían a detener esto, pero me equivoqué".

"Y ahora tendré que hacerme cargo de los problemas de este tipo. Pero no le voy a dejar las cosas fáciles. Veamos... Mmm, tengo que pensar. Aún no ha hecho ningún movimiento..."

Antes de que decidiera qué hacer, Alex fue impactado en la sien con un golpe de Max. Ni siquiera lo vio venir, había sido demasiado rápido. Cayó de inmediato al suelo, perdiendo por un segundo la conciencia.

"Me da risa como me mira, no tiene ni idea de lo que está pasando. ¿Realmente cree que me puede igualar? Haré que muerda el polvo con lo que me dijo. No dejaré que alguien tan débil como él se una a nosotros. Esto no durará ni un segundo. Ni siquiera será capaz de seguir mi movimiento".

Esperó el instante, y en un abrir y cerrar de ojos impactó su puño en la cara de Alex. Este cayó al suelo sin mostrar resistencia alguna.

Max rio. Fue como golpear una almohada.

"Con eso lo habré dejado inconsciente. Qué pena por él. Ni siquiera sabe lo que le llegó".

Vio que Alex aún se movía y trataba de incorporarse. Disgustado se preparó para darle otro golpe.

"Oh, mierda. ¿Qué fue eso? Estaba a varios metros de distancia. Pero en un instante fui golpeado. Ni siquiera alcancé a reaccionar o hacer algo. Con esto me deja claro que la velocidad es su especialidad".

"¿Me quedo tendido en el suelo o sigo? Siento una pesadez en todo el cuerpo. Mierda. Mierda. Y más mierda. Yo no sé pelear. Pero a pesar de todo, no quiero perder. No me tengo que rendir. Además, no me siento tan mal. Puedo seguir. Al principio no oía mis pensamientos, pero fue por un corto instante. Creo que perdí la conciencia.  Pero ya estoy bien. Tengo que tratar de seguir sus movimientos o si no me convertiré en un costal de papas. ¡Vamos! ¡Tengo que pararme!"

Poco a poco se incorporó. Pero delante de él ya no estaba Max. Miró para todos los lados para encontrarlo, pero no logró verlo. Sintió una pequeña brisa y dobló un poco las rodillas por instinto. Un segundo golpe le llegó, impactando en la mandíbula. Esta vez logró mantenerse de pie, pero al instante una lluvia de golpes empezó a llegar de todos lados.

―Está recibiendo una golpiza ―dijo el Jefe―. Era lo que esperaba. Max ya lleva bastante tiempo siendo Cazador Espiritual. Es muy experimentado.

―¿No piensa detener a Max? ―preguntó Naomi.

―Aun no ―el Jefe miró con seriedad―. Quiero ver si Alex es capaz de usar su poder.

―Lo dudo mucho, creo que con esa lluvia de golpes ya está inconsciente. Pobre Alex ―hizo una breve pausa, luego agregó―. Max, a pesar de que es una molestia andante, su velocidad es digna de admiración.

―Sí ―el Jefe sonrió, pero fue solo unos breves instantes. El rostro serio volvió a apoderarse de él―. Naomi, ¿te has fijado en cómo Max está luchando?

―Sí. Su debilidad sigue presente.

―Después de la pelea, le voy a llamar la atención. Le dije que tenía que dejar de pensar tanto en su velocidad.

Yuuki observaba la pelea en silencio, con un solo pensamiento claro. "Vamos Alex... tú puedes".

Max atacó con furia; desde abajo, desde arriba, por ambos lados. Cada golpe era lanzado a una alta velocidad. Pero daba igual cuanto lo golpeaba, Alex no caía. Poco a poco comenzó a sentir el cansancio y a bajar el ritmo.

"¿Cómo es posible que pueda aguantar toda esta golpiza?"

Siguió golpeándolo. Pero las gotas de sudor, la respiración agitada, el corazón acelerado y el dolor en los brazos, le impidieron continuar. Tuvo que detenerse.

Alex aguantó toda la tunda lo más que pudo. Comprendió que logró algo así debido a los entrenamientos diarios de atletismo. Cada corrida que hizo le ayudó para que sus piernas no se desmoronaran y lo mantuvieran de pie.

A pesar de la hinchazón de sus ojos, logró darse cuenta de que Max estaba completamente quieto tomando como sea el aire para recuperarse.

"¡Ja! Mucha velocidad, pero poca resistencia. Se nota que no se entrena como debe. Y sus golpes tampoco tienen la fuerza necesaria para hacer un gran daño. Ahora es mi oportunidad. Con o sin mi poder en las manos, lo atacaré igual".

Por primera vez en la batalla, Alex adoptó una pose de lucha. Las piernas semiflexionadas y los brazos doblados delante de su pecho y rostro, simulando una férrea guardia. Los puños los tenía completamente cerrados. Se acercó lentamente a Max. Cuando la distancia entre los dos se redujo a centímetros, se preparó para golpearlo con toda la fuerza que tenía en el puño derecho. Pero fue en vano. Antes de atacarlo, su rival le propinó otro golpe, esta vez en la boca del estómago. Pero Alex lo aguantó, no se dejó caer tan fácilmente.

Max se vio en la necesidad de distanciarse y recuperar el aliento. Se le veía muy cansado.

"¡Desgraciado! No sé de dónde saca tanta resistencia. Con todos los golpes que le di ya debería estar noqueado en un charco de su propia sangre. ¡Pero no por la mierda! Esta ahí parado mirándome con una pose de batalla absurda. Se está burlando de mí, de mis golpes, de mi velocidad. Ahora sí que me hizo enojar. Le mostraré lo que es el infierno".

Comenzó a concentrarse para descargar más Energía Espiritual, pero no pudo. Ya con todo lo que había peleado con los Invasores durante el día y con la ráfaga que le propinó a Alex, estaba casi vacío. Todas sus energías se estaban acabando.




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