Fantasía de un último deseo

Diario de vida V

El tiempo viviendo en Lyon ha avanzado a pasos agigantados. Siento que fue ayer cuando era abril y llegué a esta ciudad. Ya me queda la mitad de tiempo para vivir en este sitio y aún no he podido avanzar mucho.

Después de haber hablado con el Jefe, han pasado tantas cosas y no he tenido tiempo para escribir con la regularidad de antes.

Lo último que escribí en este cuaderno fue cuando vi al Jefe por primera vez, y luego de eso el chistoso encuentro con Alex. Aún recuerdo mucho aquello. ¡Pobre tipo! Me alegro de que haya sobrevivido. Si lo hubiese matado estaría muy arrepentida.

No me he encontrado con los otros Cazadores Espirituales. Solo me relaciono con Naomi y el Jefe. Es mejor que sea así.

Gracias al Jefe, a la semana de conversar con él y darle todos mis motivos de el por qué estoy en Lyon, recibí la autorización de activar mis poderes en esta ciudad. Lo primero que hice fue acabar con un par de Invasores. ¡Extrañaba hacerlo!

Como mencioné al principio, han pasado varias cosas en este último mes, pero los avances han sido escasos.

Comencé a trabajar en conjunto con Naomi. Ella durante meses ―mucho antes de que yo llegara a Lyon― ha estado recopilando información sobre Duriel. La verdad no es mucho lo que tiene. Todo lo que ella sabe, yo ya lo conocía desde antes.

Lo que dijo el Jefe, cuando conversamos hace dos meses, es verdad. Duriel está ocupando la forma de un ser humano y su poder de Invasor en ese estado es muy difícil de detectar. Mejor dicho, es imposible.

Durante años hizo lo mismo en la escuela en donde asistía. Ahí fue cuando, por lo que sé, se apoderó de su primer cuerpo humano. Se trataba de mi compañero y amigo de clases. Su nombre era Jack. Teníamos una linda amistad formada por años de compañerismo. Y era un ser humano normal y corriente. Ni siquiera tenía la capacidad de ver a los Invasores. De un día para otro cambió. Ya no era Jack... era Duriel.

El hijo de puta se apoderó de mi amigo. Fue capaz de engañar a todo el mundo, incluso a mí. Cuando descubrí su verdadera identidad ya era muy tarde. Había asesinado a toda la familia de Jack. Luego fue tras la mía. Mató a mis hermanos, a mi madre y a mi padre. Me dejó completamente sola.

En ese momento fue cuando lo enfrenté. Con todo el derecho que tenía y tengo como Cazadora Espiritual, decidí ponerle fin al camino de desgracia y desamparo que estaba causando en mi vida. Sin embargo, me derrotó con una facilidad increíble.

Todo eso sucedió hace dos años. Nunca más volví a ver a Duriel ni escuchar de él. Desde entonces he vivido con mi abuela materna y con un dolor crónico que no se ha curado. 

Frente a la tumba de mis padres prometí vengarme. Y lo voy a hacer.

Cuando llegué a Lyon creí que Duriel seguiría ocupando el cuerpo de Jack. ¡Qué equivocada estaba! 

Quizás en qué momento se deshizo de mi amigo. Mantenía la mínima esperanza de poder recuperarlo, pero su cadáver, esté donde esté, ya debe ser solo huesos.

...

Le pedí a Naomi un listado de personas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Lyon ―lugar donde Duriel ha estado desde hace meses―, que han sufrido cambios de personalidad y que luego desaparecen o son encontradas muertas.

Hasta el momento en el que le solicité a Naomi esa información, solo habían sido cuatro. Un alumno de segundo año de Medicina, un alumno de Kinesiología, el profesor titular de Fisiología y otro alumno de Enfermería que por casualidad había sido compañero de Naomi. Ella me dijo que aquel compañero fue su pareja durante años. Ahí entendí el por qué ella está metida en esto. También quiere venganza.

Desde que empezamos a investigar juntas, las cifras han aumentado. Cada vez hay más desaparecidos en la Facultad y uno que otro cuerpo es hallado muerto. La autopsia ha revelado que las muertes han sido por suicidio. ¿Suicidio? ¡No me fastidies, Duriel, hijo de puta! ¡Eres el culpable de todo esto!

¡Estoy muy segura de que todo este asunto es obra de él!

Tras las conversaciones que he tenido con el Jefe y Naomi, he concluido que Duriel es capaz de pasar a un cuerpo humano y ocuparlo como si fuera un reservorio. Pero este cuerpo se va desgastando, teniendo un tiempo límite de uso. Ya llegado a su fin, abandona el cuerpo y ocupa otro. Así ha estado viviendo durante años. ¿Acaso no es capaz de vivir por su cuenta? Es algo que no se sabe, pero por lo visto no. Necesita de un cuerpo inerte o vivo para existir y mantenerse indetectable. Es un desgraciado muy molesto. ¿Todos los Invasores de rango alto tendrán este comportamiento?

Desde junio hasta agosto, en total ha habido doce desaparecidos y diez cuerpos encontrados muertos. La gran mayoría son estudiantes, pero también han caído profesores.

Él ha estado jugando con nosotras durante todo este tiempo. Sabe que vamos a por él y también ya debe estar al tanto de que yo estoy aquí. Está usando a víctimas inocentes para hacer aún más difícil encontrar su rastro. 

Siempre ha sido así. Su característica principal es jugar con los seres humanos y divertirse con el sufrimiento ajeno.

No sabemos bien cómo proceder. Es muy complicado encontrarlo en esta situación. Estamos atentas a algún indicio en el cambio de personalidad de cualquier persona. Es una búsqueda muy desgastante. Yo ya lo conozco como actúa, pero hasta el momento no he encontrado a nadie sospechoso.

El Jefe ha insistido en que alguno de los otros Cazadores Espirituales nos ayude, pero no quiero. Sé que estoy siendo egoísta al no permitirlo. Sin embargo, Duriel es un asunto personal. ¡Es mi problema y yo lo voy a resolver!

Además, no quiero relacionarme con más gente, ni mucho menos con Alex, no después de lo que le hice. Pero si las cosas se ponen muy feas no me quedará más remedio que pedir ayuda a los demás.




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