Fantasía de un último deseo

Unidos por el demonio

Aún era de madrugada cuando una pesadilla lo despertó. Todo su cuerpo brillaba intensamente por el sudor que le corría. Cada músculo le temblaba. Tenía miedo.

En su sueño se encontraba con su familia en la playa. Disfrutaba con ellos como nunca. Un meteorito cayó frente a ellos. Al impactar contra el suelo produjo un fuerte terremoto. La onda expansiva destruyó toda la flora de la zona. Por el momento todos estaban a salvo.

El objeto del espacio se desquebrajó y un hombre con el mismo aspecto físico de Axel, apareció. Sus rasgos faciales eran los mismos que los de un demonio. Uno a uno, los miembros de su familia cayeron heridos mortalmente en el estómago causadas por el visitante del universo. Aquel ser del espacio exterior era Balam.

Deseó con todas sus fuerzas que su familia de verdad hubiese estado de vacaciones. Sin embargo, la realidad era igual a su pesadilla.

Axel no podía creer lo que hace unas semanas atrás había sucedido. Y no le quedó más remedio que aceptarlo, por su bien y sobre todo por el de Luna.

Ella se encontraba a su lado. La fina sábana cubría su desnudez. En ese momento la quería mucho. Tenía que reconocer que si no hubiese sido por Balam, probablemente ellos seguirían siendo amigos.

―¿Qué sucede? ―dijo ella al ver que Axel quería levantarse. Lo abrazó fuertemente antes de que se incorporara. No quería soltarlo nunca.

―Voy al baño, princesa.

―No tardes. No quiero sentirme sola tanto tiempo.

Axel besó su frente antes de ponerse de pie.

―Estar contigo es maravilloso. Me hace olvidar todos mis problemas ―la tristeza en la voz de Luna se notaba con claridad. Era evidente que tenía asuntos complicados en su vida. Problemas que iban más allá que la preocupación de no lastimar más a Alex.

En el cuarto de baño, Axel se miró al espejo. Estaba observando su propio rostro. Nada había cambiado externamente. Sin embargo, la imagen que proyectaba el espejo era muy diferente al de la vida real. Su rostro serio contrastaba con la sonrisa del cristal.

―Estás disfrutando mucho.

―Cállate Balam. Eres un hijo de puta. No olvidaré que mataste a toda mi familia.

―Sabes que lo hice por tu bien. Además, técnicamente tú los mataste. No olvides que este cuerpo es tuyo. Yo sé lo que piensas en el fondo. Estás feliz de que haya matado a tu padre, a tu madre y a tu querida hermana menor.

¿Era tal cual como lo decía su compañero de cuerpo? No quería aceptar que Balam estaba en lo cierto, pero su mente se debatía entre lo que era correcto y no, dada su complicada situación.

―Y me deberías agradecer que puedas acariciar el suave cuerpo de ella.

―Te dije que te calles ―su voz la elevó a tal nivel que Luna, desde la habitación, le preguntó si sucedía algo.

―No hables tan fuerte. No vaya a pensar que hablas solo y te deje por lunático.

Axel gruñó. No tenía remedio discutir con Balam. Aprovechando que estaba de buen humor, le hizo un par de preguntas para despejar dudas que llevaba tiempo sin resolver.

―Me contaste que ella me oculta algunas cosas. Una de ellas es que es una Cazadora Espiritual. ¿A qué te refieres con eso?

―Pertenece a un grupo de super humanos que nos hacen frente. Mantiene la vida humana y no sé qué más cosas. Tú también eres como ella. Tienes un poder y eso fue lo que te ayudó a mantenerte con vida cuando me apoderé de tu cuerpo.

―Aquel poder lo liberé cuando mataste a mi familia.

―Así es. Fuiste capaz de despertarlo ―la sonrisa de Balam se ensanchó nuevamente―. Era parte de mi plan. Tu poder con el mío nos hace mucho más poderosos.

―Yo solo quiero ser feliz con Luna.

―Y lo serás. Te daré todo lo que quieras, pero te necesito de mi lado hasta el final. Solo déjame recordarte que gracias a mi puedes abrazar a Luna. Gracias a mi sigues vivo.

Axel cerró los ojos, se sentía frustrado. Permitió que su familia muriera. ¿Por qué razón exactamente? No lo sabía en realidad. Mientras más pasaba tiempo con Balam, más sentía que la mente malvada de él lo estaba absorbiendo. Es una maldad a la que no puede hacer frente y aunque lo ha intentado ha fracasado... desde el primer día que fue poseído.

Aquella vez se dio cuenta que aquel viejo lo estaba siguiendo. Fastidiado decidió hacerle frente. Fue el último día que vivió como un ser humano común y corriente. Hizo todo lo posible por mantenerse vivo dentro de su propio cuerpo. Sintió como una enorme presión lo quería matar por dentro, pero gracias a sus características de super humano logró sobrevivir.

Han pasado cuatro meses desde entonces y de vez en cuando podía tener el control de su cuerpo, pero Balam lo recuperaba enseguida. Últimamente, y vigilado por su compañero, podía estar más tiempo usando su organismo.

Salió del baño para acostarse al lado de Luna. Ella tenía los ojos cerrados. No sabría decir si estaba dormida o no.

"Luna... mi querida Luna, hemos sido amigos desde hace mucho tiempo. Siempre había soñado con este momento, y al fin se ha logrado. Mi sueño se ha hecho realidad. Te tengo entre mis brazos. Pero esto no lo logré solo... Balam tiene razón. Todo fue gracias a él".

"Aún no sé qué es lo que quiere de ti. He hecho hasta lo imposible por tratar de defenderte e incluso te traté de advertir que te alejaras... Mas no he podido volver hacerlo a pesar de que Balam me deja usar el cuerpo por más tiempo. Yo... no sé cuánto me quede de pureza... o quizás ya no la tengo, porque quiero que seas solo mía. No voy a permitir que te alejes de mí... de nosotros. Luna, lo siento mucho. Mientras más pasa el tiempo, más pienso como Balam. Tarde o temprano, él y yo seremos uno solo".

"Gracias a que él aniquiló a toda mi familia he sido capaz de despertar mi poder oculto. Ahora puedo ser como tú. Pronto seré un Cazador Espiritual y ayudaré a que Balam pueda cumplir su objetivo. Luna mía, perdóname".




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