Fantasía de un último deseo

Diario de vida VI

Esta ciudad es un imán de desgracias. Primero el Invasor gigante y ahora los Emisarios de la muerte. ¿Qué vendrá después?

Estas nuevas amenazas han matado a una cantidad considerable de gente humana a nuestras espaldas. ¡Es imperdonable! Se han reído de nosotros durante mucho tiempo.

Naomi ya me puso al corriente del peligro por el que estamos pasando. Aunque creo que yo no estoy en aprietos. Son los Cazadores Espirituales de Lyon que están en graves problemas con estos Invasores que quieren sus cuerpos para unirlos a su ejército.

El Jefe me dijo que no me preocupara porque, a pesar del peligro, ellos son fuertes y derrotarán al enemigo.

Yo solo me tengo que ocupar de Duriel. Esa es mi única labor. Pero, me da miedo que les pase algo a los demás. Yo también soy una Cazadora Espiritual de esta ciudad y tengo que defenderla ante cualquier ataque. Aunque solo sea por unos meses más.

No sé qué debería hacer. Me siento inútil.

En la Universidad de Lyon siguen desapareciendo personas y no he podido encontrar a Duriel. Se sigue burlando de mí y en mi cara. A veces siento su presencia tan cerca, pero otras veces desaparece completamente.

―Lo siento ―me dijo Naomi cuando nos juntamos durante la mañana del día de hoy en la Universidad de Lyon―. No te he podido ser de mucha ayuda en todo esto.

―No te preocupes. Es culpa mía pensar que podía encontrar fácilmente a Duriel. Y Los meses en esta ciudad se me están acabando.

Estábamos en una cafetería del lugar. Naomi tomaba un café, mientras yo bebía un vaso de leche de chocolate caliente. Los estudiantes que recorrían los pasillos aledaños eran mucho menos, comparados a los días de semana. ¡Pobres infelices que tienen que venir a estudiar incluso los sábados!

―¿Hasta cuándo seguirás viviendo acá?

―A principios de diciembre vuelvo a Aurora. A veces me dan ganas de quedarme aquí. Pero tengo cosas pendientes en mi ciudad.

―Aun te queda tiempo suficiente. No te desesperes.

―Lo sé.

Me entristecí al darme cuenta de que el contenido de mi vaso se estaba por acabar. Quería pedirme otro, pero lo mejor era dejarlo para otro día. Miré por unos segundos a Naomi. Había venido a la Universidad porque tenía una clase práctica que ya había acabado. Me asombraba su semblante para estudiar. Nunca estaba perturbada ni estresada. Y por lo que me ha contado el Jefe, es una de las mejores alumnas de la generación.

Sin dudas, era una buena compañía. Desde que la conozco ha sido un apoyo en esta ciudad. Me ha ayudado a no sentirme sola.

―¿Qué pasará con los demás? ―pregunté. Mi duda era específicamente por Alex. Estaba preocupada por él. No lo conocía en nada, pero a la vez sentía que sabía todo sobre él. Era una sensación que me tenía inquieta.

―Están entrenando en la casa del Jefe. Según lo que nos dijeron, cualquiera de estos días, los Emisarios vendrán a matarlos. El Jefe está tratando de que se mantengan lo más unidos posible, pero ya comenzando la siguiente semana, todos se tendrán que separar para sus distintas labores. Por eso se están preparando mucho porque lo más probable es que los agarren por separado ―Naomi se detuvo por unos segundos, mirándome con una sonrisa―. Veo que dentro de esa dureza que tienes, hay un corazón que se preocupa.

―Más o menos.

La verdad sí que estaba preocupada por todos los Cazadores Espirituales. Pero también tenía miedo por Naomi. Ella se dedica más a estudiar y debido a la investigación que llevamos sobre Duriel, el tiempo que se entrena es muy escaso.

―Volviendo al tema de Duriel, está semana han desaparecido dos personas. Un estudiante de primer año de Medicina y otro de segundo año de la misma carrera. Conseguí los datos de la autopsia y sigue usando el mismo método. Es tal cual como dijo el Jefe el otro día, usa los cuerpos como reservorio hasta que se vuelven inservibles. En este momento, mientras conversamos, está usando otro humano para sus propósitos. Puede ser él ―apunté a un alumno que estaba sentado cerca de nosotras―, o cualquiera del grupo que está allá. Puede ser hasta un profesor o alguna persona encargada de la limpieza.

―Así es. Lo más probable es que nos tiene vigilada. Tienes la Percepción Espiritual activada ¿cierto?

―Siempre que estoy acá la tengo activa. Pero no he logrado ni verlo ni sentirlo.

Naomi sacó de su mochila un archivo de todos los individuos que han desaparecido.

―Mira, si seguimos los datos de todos los cuerpos que ha estado ocupando, casi todos son estudiantes. Los profesores que han muerto han sido muy pocos. Si son cuatro ya es mucho. ¿Se te ocurre por qué puede ser?

Creo que mis ojos se iluminaron ¿Cómo no haberme dado cuenta antes? ¿Tan tonta soy?

―Sí. Ocupa a los estudiantes para acercarse a los profesores y obtener algo en especial. Y si es capaz de conseguirlo, ocupa el cuerpo del profesor. Pero ¿qué estará buscando realmente? ¿Algún conocimiento en especial?

―Eso es lo que tenemos que averiguar.

Asentí. Naomi es increíble. Si no fuera por ella, yo nunca me habría dado cuenta. Es muy metódica y ordenada. Me sorprendió saber que tenía todos los documentos sobre las personas desaparecidas.

Nos pusimos de acuerdo para averiguar qué cosas querían saber los estudiantes ―si es que realmente estaban tratando de averiguar algo―, con los profesores a los que se acercaban. Y también saber qué tipo de investigaciones están haciendo esos profesores. Además, hacer una recopilación más a fondo de los trabajos realizados por los profesores muertos. Pasado mañana empezaremos siguiendo esa línea de búsqueda.

―Hoy no tiene mucho sentido estar en este lugar. Deberíamos ocupar el tiempo en otra cosa. Te propongo que vayamos a entrenar juntas. Tengamos un combate.




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