Fantasía de un último deseo

Cazadores vs Balam

La situación no era propicia para los Cazadores que miraban a Balam levitando en el aire con una apariencia un tanto distinta y un aura maligna envolviéndolo.

La casa que anteriormente estaba en llamas ahora yacía quemada y sacudida a causa de la poderosa tormenta eléctrica y polar que causó el Invasor. Todo estaba cayéndose a pedazos.

El Jefe echó un vistazo a su alrededor, preguntándose de quién era la vivienda tan grande. Trató de buscar alguna pista de reojo, pero solo encontró destrucción y escombros. Sin perder más el tiempo admirando la desolación del escenario, y considerando que más tarde analizaría con más calma, se acercó a Luna y Alex para curar sus heridas.

―Naomi, llévate a Luna a mi casa. Debe estar muy cansada física y psicológicamente. No quiero imaginar todo lo que pudo haberle hecho. Mas tarde o mañana habrá tiempo para conversar y ponernos al día ―dijo el Jefe. Miraba a Luna con pena. Se sentía culpable por no haberse dado cuenta antes y que ella pasara por tantos hechos lamentables. Un Invasor los había engañado fácilmente y eso lo enfurecía. Mientras la miraba se preguntó qué había usado ella para desplegar tanta Energía Espiritual hace unos minutos. No era una Fase Límite normal como las que estaba acostumbrado a ver.

―¿Qué haremos con Alex? ―preguntó Naomi al hombre que tenía al lado, siempre vestido por una camisa y con una actitud un tanto despreocupada. Esta vez lo notaba impávido y con la Energía Espiritual concentrada en su interior a punto de explotar. Tragó saliva solo por el temor que le producía el Jefe.

―Déjalo conmigo. En cualquier momento despertará y podrá ayudarnos a enfrentar a Balam.

Naomi asintió cargando a Luna en su espalda. Mientras se alejaba lo más rápido posible, Balam se interpuso en su camino.

―¿A dónde crees que vas, Naomi? ¡Luna me pertenece! ―exclamó lanzándose al ataque.

Ella logró detenerlo con su poder por un breve lapso. Instantes valiosos que le permitieron huir con Luna. Debido a la densa Energía Espiritual negra que poseía Balam, no fue capaz de contenerlo por más de tres segundos.

Quedó enfurecido por haber caído en los trucos absurdos de ella, por lo que cuando salió de su control trató de lanzar sus lobos Espirituales contra Naomi para no permitir que escapara. Sin embargo, no logró hacerlo porque Max estaba delante.

―Ahora pelearás conmigo. ¿Recuerdas el regalo que me dejaste ayer? Me vengaré por lo que me hiciste, hijo de puta... ―Max tocó su abdomen recordando lo cerca que estuvo de morir. No iba a permitir que volviera a suceder algo así ni tampoco dejar que lastimara a alguno de sus amigos―. Y por habernos engañado todo este tiempo. Estábamos confiando en ti...

―Es una lástima.

Ambos se vieron envueltos en un intercambio de ataques a una alta velocidad, desplazándose por gran parte de la casa. Max atacó con puñetazos y a la vez esquivaba las poderosas técnicas que usaba Balam para matarlo. Por otro lado, el Invasor se veía en la necesidad de esquivar las flechas espirituales que lanzaba Yuuki.

Ella al ver que Max solo fallaba sus ataques y que prácticamente estaba a la defensiva esquivando todas las habilidades de Balam, decidió apoyarlo a la distancia lanzando flechas en un patrón coordinado con el ataque de su compañero. Aquella combinación dio sus frutos pues lograron encerrar al Invasor en una esquina. Sin perder ninguna chance, Yuuki creó una lanza y se la arrojó con mucha potencia.

―¡Basta de juegos! ―gritó Balam expandiendo su Energía Espiritual, desvaneciendo el arma de Yuuki y enviando a Max hacia ella chocándola fuertemente.

De brazos cruzados y protegiendo el cuerpo de Alex estaba el Jefe observando detenidamente las habilidades de Balam. Eran iguales a las de Axel, la diferencia principal radicaba en que esta vez estaban cargadas de Energía Espiritual maligna. Lo encontraba muy complicado porque las habilidades de Axel ya de por sí eran muy problemáticas y combinadas con el poder de un Invasor se volvía muchísimo más poderoso. Lo que llamaba su atención era el aspecto. ¿Cómo había sido capaz de fusionar ambos cuerpos físicos? Estaba al tanto de que los Invasores de ayer se habían liberado del organismo humano, mostrando sus viles apariencias. ¿Por qué Balam no hizo lo mismo?

Alex abrió los ojos y se incorporó de un salto, gritando el nombre de su amada. Se sorprendió ver al Jefe delante y a sus amigos peleando contra Balam.

―Viejo... ¿Qué ha sucedido con Luna? ―fue lo primero que mencionó al notar la ausencia de ella.

―Naomi se la llevó a mi casa ―indicó el Jefe, mientras tocaba el hombro del Cazador para tranquilizarlo, demostrándole que con su presencia todo estaría bien y que Naomi protegería a Luna ante cualquier cosa―. No debiste haber venido solo. Pudo haberte matado. Por otro lado, gracias a ti alcanzamos a llegar, sino se hubiese escapado con Luna.

Cuando despertó no tenía Energía Espiritual, pero después de que el jefe tocara su hombro, sentía como la recuperaba rápidamente.

―Un poco de mi poder para que puedas pelear ―prosiguió el Jefe, aunque sabía lo difícil que sería porque Alex aún no se recuperaba de la batalla de ayer. Sumado al estrés de hoy, su cuerpo por mucho que tuviese Energía Espiritual no pelearía con la misma naturalidad y soltura con la que acostumbraba a hacerlo.

―Lo siento por haber actuado solo. Vi el poder de Luna desplegarse por el cielo y solo quise llegar lo antes posible. Lamentablemente no logré mucho. Me derrotó con facilidad.

―Sin embargo, ya venías para acá desde antes.

―Así es. Encontré la dirección de este lugar en la casa de Axel.

―Qué extraño. Ni ustedes ni Naomi con su habilidad encontraron algo de utilidad en ese domicilio. De todas formas, es algo que ahora no importa. Debemos enfocarnos en él ―anunció mirando a Balam peleando sin problemas ante sus Cazadores. Parecía que solo jugaba con ellos―. Hay que luchar y deshacernos de él de una vez por todas. No permitamos que salga vivo de este lugar.




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