Fantasía de un último deseo ll

Fin del diario de vida

Pensé que volviendo a Aurora llevaría una vida normal y sobre todo después de la muerte de Duriel. A pesar de no haber cumplido con mis propias manos la venganza que tanto añoraba, al menos me quedé tranquila de haber ayudado a ponerle fin a su reinado de dolor en la Facultad de Medicina. Sin embargo, viví tres meses de tranquilidad ilusoria y efímera. ¡Qué errada estaba al pensar que podría existir como una humana normal!

Quizás mi equivocación fue volver a mi ciudad... si me estaban buscando... debí haberme alejado para no sacudir con mi desgracia a gente inocente... Siento que todo esto ya lo he vivido antes y no hay nada que pueda cambiar mi trágico destino.

Extraño tanto escribir en mi diario, lamentablemente se me ha despojado de todo lo que poseía. Ya no tengo nada y creo que muy pronto no seré nadie en esta vida. Aunque, a decir verdad, nunca lo fui. Solo he sido un trivial polvo estelar imperceptible que adoptó una forma humana insignificante.

Abrir los ojos y vivir se ha vuelto una carga muy pesada. No tengo la menor idea de cuántos días llevo encerrada en este lugar, pero me ha parecido una eternidad. El tiempo avanza tan lentamente dentro de esta celda... y es horrible. ¿Por qué me ha tocado vivir esto a mí? Yo no he hecho nada ni he lastimado a nadie.

¿Será por haber querido asesinar a ese desgraciado? ¿O por haber ayudado al Jefe? ¿Todo esto tendrá relación con Duriel?

―¡No lo sé!

Desde que estoy aquí solo he recordado mis últimos meses viviendo en Aurora. El camino de vuelta a casa fue larguísimo. En aquel bus el aire estaba tan denso y tóxico... Por alguna extraña razón me sentía observada y vigilada. Creía que estaba viajando en una maquinaria viviente con ruedas y que llevaba Invasores en su interior que solo deseaban mi muerte. Por lo mismo estaba muy atenta a cualquier movimiento inusual. Mas llegué a Aurora al día siguiente y sin ningún inconveniente.

Volver a respirar el clima tropical de mi ciudad natal era en cierta parte agradable y nostálgico. La extrañaba, pero también hubiera deseado nunca volver. Sentía que mi vida pertenecía a Lyon. Si no hubiera sido por mi abuela y perro que me esperaban... Ya era suficiente para ellos todos los meses que estuve afuera...

Mi familia... La única familia que me quedaba después de que Duriel se deshiciera de mis padres... Recordarlos me hace llorar. Por mi culpa quizás ellos están muertos. Lo que me da aun esperanza es que nuestra casa queda muy lejos de la Universidad de Aurora y por lo mismo puede que hayan sobrevivido. Es lo que espero. ¡Por favor!

―¡Malditos Invasores! ¡Me han jodido la vida!

No debí haber vuelto... Si iban tras de mí, habrían atacado a Lyon y no a Aurora. No tengo dudas de eso. El jefe habría sido capaz de detener la masacre que estaba por ocurrir. Y no solo él. Todos los Cazadores Espirituales de Lyon con lo fuertes que son habrían sido capaces de matarlos.

―No debí volver...

Mi abuela... cuando llegué a casa se alegró tanto de verme. Hace tiempo no recibía un abrazo con tanto amor. Estaba tan feliz de volver a verla... Y Sam, mi dulce perro, no dejaba de saltar y correr a mi alrededor.

No voy a mentir que abandonar Lyon me causó una angustia y desesperación horrible. No sé a qué se deberá. Muchas noches desperté con pesadillas de todo tipo. Duriel estaba en casi todas ellas y en algunas aparecía Alex.

Por alguna extraña razón empezaron a aparecer más Invasores mientras los días transcurrían. Al menos éramos un buen número de Cazadores Espirituales para hacerles frente. Me pregunto si seguirán con vida tras la paliza que nos dieron.

―Si todos murieron, fue por mi culpa. Si tan solo no hubiera existido...

Las noticias de la desaparición de Luna habían llegado a estas tierras. Nuestro encargado nos pidió que la buscáramos por toda la ciudad hasta estar completamente seguros de que no estaba. Junto a dos compañeros del equipo, buscamos a la Cazadora sin descanso. Sin embargo, no apareció por ningún lado, al menos en Aurora. En febrero, todas las ciudades reportaron no haber encontrado rastro de ella.

Luna... Me pregunto si lo que te sucedió a ti tendrá relación con lo que me está pasando.

Aun ni siquiera sé dónde estoy. No sé si llevo días, meses o años encerrada en esta pequeña celda. El único contacto que tengo es con un hombre que a diario me trae comida y no me dirige la palabra, a pesar de que lo he atiborrado con miles de preguntas.

Para empeorar la situación, tampoco he sido capaz de usar mi Energía Espiritual. He intentado muchas veces poder materializar a mi vieja amiga, pero no hay caso. Todos mis intentos han fallado. Tal vez he perdido completamente mis poderes.

¿Qué hago aquí? ¿Qué quieren de mí? No puedo hallar la respuesta a ninguna de mis preguntas.

Recuerdo la emoción que me embargaba cuando faltaba una semana para que diera inicio el año académico en la Universidad de Aurora. ¡Al fin empezaría oficialmente con las clases de Medicina! Mi abuela estaba tan orgullosa de mí... Y fue aquel primer día, cuatro de marzo, que todo se fue a la misma mierda.

Después de una grata bienvenida en un enorme salón, la alarma no dejaba de sonar. Me levanté de mi asiento muy asustada porque el dispositivo nunca se había comportado de aquella forma. Mientras el resto de los alumnos seguían su vida normal, en el cielo aparecieron cientos de portales negros. Estaba inundada por sentimientos de miedo y odio. Había mucha gente presente en aquel sitio. Sabía que, aunque me esforzara al máximo, no sería capaz de defender a todo el mundo.

La pesadilla empezó cuando cayeron centenares de Invasores. Era como ver una lluvia de aquellas abominables bestias.



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En el texto hay: extraterrestres, superpoderes, romance accion aventura

Editado: 09.07.2022

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