La arremetida de los Invasores

A pesar de que había activado sus poderes, la abundante cantidad de Invasores cayendo sobre la Facultad le impidió asumir la determinación de dónde empezar a matar. Contemplaba asombrado cómo seguían saliendo de aquellos agujeros que brillaban y se oscurecían en intervalos cortos de tiempo.

Al observar boquiabierto, y con cierto miedo, podía recordar con claridad las palabras de Isabella. Lo que describió aquel día calzaba a la perfección con lo que estaban viendo sus ojos.

"Todavía recuerdo el ataque. Estaba con mi compañera en nuestro primer día de Universidad. La alarma no dejaba de sonar. Desde ahí podíamos percibir el peligro que se avecinaba. Salimos solo para ver cómo en el cielo se habían formado cientos de agujeros. Aparecieron tantos Invasores que me quedé paralizada solo por el miedo".

Miedo... era exactamente lo que estaba sintiendo Alex en ese momento. Sin embargo, no era estremecimiento por morir a manos de ellos. No. Aquel sentimiento era causado por la sensación de perder a sus queridos y no ser capaz de defenderlos.

Su mayor pesadilla era perderlos a todos... razón que lo llevó a encontrar en su interior el poder oculto y de convertirse en un Cazador Espiritual. Había llegado la hora de demostrar sí es que en verdad era capaz de hacerlo.

Sus compañeros de equipo, con quienes había compartido tantos momentos buenos como malos, también estaban mirando hacia el cielo y casi podía leer sus pensamientos con total claridad.

Yuuki, que cuando la conoció la encontró débil y dubitativa, ahora se alzaba ante ellos con una cara de determinación que acobardaría a cualquiera que quisiera enfrentarla. Su pelo violeta danzaba libre al movimiento del viento. Sin perder el tiempo levantó el arco hacia el cielo y con sus flechas logró matar a los primeros Invasores que se acercaban.

Naomi, siempre con su carácter serio y reservado, esta vez tenía una sonrisa peculiarmente aterradora y que, si hubiera estado atento a aquella señal, podría haber recordado a Balam, pero estaba tan confundido que no fue capaz de percatarse de ese detalle.

Max también sonreía, pero a diferencia de su compañera, se notaba que relucía sus dientes por el mero hecho de enfrentar un desafío mayúsculo junto al deseo de proteger a todos sin importar qué.

En ese momento crucial de su vida, a punto de enfrentar a una horda de Invasores, sabía que algo malo le estaba por suceder. Era un extraño presentimiento que no entendía, pero casi lo podía palpar en el aire.

"¿Por qué me siento así? ¿Acaso moriré sin poder defender a nadie?"

―Yo me quedaré en la periferia matando a todos los que intenten alejarse de este lugar. También vigilaré ―al decir eso cerró automáticamente los ojos. Activó la Percepción Espiritual, abarcando todo el campus. Implicaría mucho gasto de energía, pero la situación lo ameritaba―. Yuuki, necesito que estés muy atenta a cualquier eventualidad. Sube al edificio más alto del campus para que puedas atacarlos con tus armas de largo alcance. Alex, preocúpate de matar a todo lo que pise tierra junto a Naomi en distintos lugares ―fue lo último que dijo Max antes de desaparecer completamente para, desde el extremo opuesto, matar a diez Invasores en un abrir y cerrar de ojos.

"Max es increíble para ser capaz de mantener la mente fría en un momento como este y dar las órdenes adecuadas. Ha madurado mucho en este último tiempo. Por algo el Jefe lo nombró líder del equipo".

En el pasado, cuando les había tocado asistir en grupo, él cumplía la labor de líder. Sin embargo, lo perdió debido a su inmadurez y falta de entrenamiento. No le molestaba en lo más mínimo. Max era un líder innato y muy experimentado en el campo de batalla.

―¡Alex! ―gritó Yuuki―. ¡Tenemos que pelear!

Pero sus oídos estaban tapados producto de sus propios pensamientos y los rugidos de los Invasores que a cada segundo se escuchaban más cercanos. Tan próximos... que apenas le dio tiempo para esquivar a uno con forma de toro. Si Yuuki no hubiese intervenido, las posibilidades de resultar herido habrían sido altas.

―¿Qué estás haciendo? ¡No hay tiempo para que estés perdiendo el tiempo en lo que sea que estés pensando! Y no me des las gracias ni disculpas.

Observó cómo se alejaba lanzando flechas al aire y acertando magistralmente. La encontraba mucho más hermosa al verla tan decidida... Si solo pudiera eliminar sus sentimientos por Luna... Sacudió la cabeza para concentrarse en la situación actual. Estaba completamente solo. Incluso Naomi corría hacia el sur del campus mientras mataba Invasores sin parar.

Pronto se vio rodeado por casi cincuenta enemigos de todos los tamaños y formas posibles. En sus manos ya estaba activado su poder y se preguntó en qué momento lo había hecho. Sin embargo, al contemplar sus manos lo recordó enseguida, fue cuando el ataque estaba por comenzar.

"Concéntrate, Alex. Este es mi momento".

Uno... dos... tres... poco a poco fue eliminando a los Invasores que se amontonaban entre sí. Gracias a la ayuda de Yuuki que ya había subido al edificio más alto, logró liberarse de todos los que lo rodeaban. Por su cuenta, producto de la torpeza y lentitud de sus movimientos, no habría sido capaz.

"¿Por qué me siento tan lánguido? Algo va mal aquí... Este extraño presentimiento no me deja en paz".

•

Max rodeó todo el campus corriendo a una velocidad superior a los cien kilómetros por hora. Los Invasores lo perseguían mientras intentaban devorárselo, pero los mataba a todos con maestría. Lo que llamaba tanto su atención era el hecho de que el ataque estuviese concentrado solo en el campus. Aun así, no quería confiarse y siguió corriendo, vigilando todo gracias a su Percepción Espiritual.

Naomi, manteniendo su sonrisa malévola, estaba matando a todo lo que se le cruzara en el camino desde un lugar muy apartado, pero asesinaba a tantos Invasores como a humanos por igual. Lo que más quería era no llamar la atención de sus compañeros.