Habilidades especiales

El lugar en el que estaba ahora era muy distinto a los paisajes que conocía del mundo virtual. Para Alex le era costumbre llegar y ver el frondoso bosque que se extendía por kilómetros. Esta vez se trataba de un desierto carmesí, casi tan parecido como el que hay en Inframundo.

La mayoría tuvo que toser en varias ocasiones. El aire rojo y tóxico le causó a Alex una angustia inexplicable. Y para peor, le provocaba un constante déjà vu. Sentía que ya había estado en un lugar muy similar en algún momento de su vida. Aquella sensación era parecida a la que sentía cuando pensaba en Stella.

―¿Qué diablos hacemos aquí? ¡Este maldito aire me terminará matando! ―se quejó Max sacudiendo sus piernas para intentar entrar en calor. Lamentablemente el ir en pijama y descalzo no le favorecía―. ¿Por qué dijo que Nora y yo seríamos útiles en esto? ¡Yo no tengo nada que ver con ella!

El Jefe guardó silencio mientras avanzaba por la densa arena. Delante un grupo de Invasores apareció para rodearlo. Alex intentó ayudarlo, pero el Jefe le pidió que no se moviera.

Alex quedó sorprendido al ver que el aura de Energía Espiritual del Jefe se había expandido por varios metros... no... estaba seguro de que podría cubrir kilómetros a la redonda. Con aquella Energía logró deshacerse con facilidad de los enemigos ficticios.

―Esto es lo que ocupó ayer. Gracias a eso muchos se salvaron ―pronunció Nora.

―Así es ―dijo el Jefe sacudiendo el polvo que había quedado en su cuerpo―. Pero no fue suficiente. Cuando lo empecé a utilizar creí que sí, pero nunca tuve en mente que vendrían atacar con todas sus fuerzas. Nos hace falta mucho más, entrenar más duro para volvernos invencibles.

Todos asintieron excepto Alex, que se mantenía de brazos cruzados. De vez en cuando intercambia miradas tímidas con Luna.

―¿Recuerdan cuando se unieron al grupo de Cazadores?

La pregunta del Jefe tomó por sorpresa a Alex. Ni siquiera era algo que pensara a diario. Pero si lo recordaba con claridad. El momento en el que Naomi lo salvó de un Invasor y obligado tuvo que seguirla.

Observó al resto, que probablemente intentaban recordar aquel día. Se preguntaba sí Luna sería capaz de recordar la primera vez que se unió, pero lo más probable es que no. Sabía que para Yuuki y Max era distinto. Ellos llevaban mucho más tiempo como Cazadores y acordarse les sería más complicado.

―En aquel momento, ayudando a activar sus poderes, les enseñé lo básico y ustedes mismo con arduo entrenamiento han sido capaces de dominar la Energía Espiritual y adaptarla a su propio estilo de combate. Aún les queda mucho camino por recorrer, pero han logrado avanzar mucho... Además, también han sido capaces de desarrollar la Percepción o la Defensa Espiritual, que a la hora de una pelea les da una ventaja considerable ―el Jefe, con una mirada seria y recordando la batalla contra Bahamut, golpeó el aire con los puños

Alex entendía en parte los sentimientos frustrados del Jefe. Como encargado de Lyon era responsable de la protección de la ciudad. Ahora, con Luna en contra de ellos y albergando un enorme poder, sus vidas y las de todo el mundo estaban en juego.

―Pero llegó el momento en que aprendan algo nuevo. Sus habilidades innatas, la velocidad de Max, los poderosos puños y patadas que tiene Alex, y el poder transformar la Energía Espiritual en cualquier arma como lo realiza Yuuki, es solo lo básico. Existen más ramas del desarrollo. Una de ellas son las habilidades especiales.

"Así que lo que sabemos es solo lo básico..."

―¿A qué se refiere con eso? ―preguntó Max.

―Tú ya fuiste capaz de desarrollarla y mejorarla.

―¿En qué momento lo logré? ―Max guardó silencio por unos segundos para pensar a qué técnica se refería, hasta que se dio cuenta. Era lo único que ha desarrollado y potenciado en este último tiempo―. ¡La teletransportación!

―Así es ―respondió el Jefe seriamente―. No les mencioné esto en un principio porque es algo que requiere tiempo y paciencia. Además, tanto Yuuki como Alex aun no desarrollaban al completo sus habilidades basales.

―Insisto, yo solo quiero saber cuál es la relación de Nora en todo esto. Dijiste que ambos seríamos de ayuda ―preguntó Max, entrecerrando los ojos.

―Eso es fácil de responder. Yo también desarrollé mi habilidad especial.

―¡¿Qué?! ―exclamó Max casi al mismo tiempo que su cerebro procesaba rápidamente toda la información y recordaba lo que había ocurrido en la batalla―. ¿Fue lo que le hiciste a Luna?

Ante de que Nora respondiera, Alex se había adelantado. Tenía muchas dudas sobre el poder de su nueva compañera.

―¿En qué consiste tu habilidad?

―Lo siento, Alex. Me da mucha vergüenza, pero prefiero decírtelo yo misma antes que te des cuenta. Ya la usé una vez en ti...

―¿Qué? ¿En qué momento? No recuerdo que me hayas hecho algo. Ni siquiera me había dado cuenta de que eras una Cazadora Espiritual hasta ayer que te vi en el campo de batalla.

―Mi habilidad especial consiste en meterme en los recuerdos de una persona. Recuerdos que estarán enfocados en quien sea más importante en su vida o que les haya marcado lo suficiente.

―Entonces... ―Alex soltó una sonrisa nerviosa. Se frotaba el pelo constantemente al no tener una respuesta clara―. No recuerdo en qué momento habrá sido.

"Espera... Creo... Fue cuando la vi por primera vez... El primer día de clases en la facultad. Pero esa vez se quedó sentada... no... todo es muy confuso... hay algo que no recuerdo. Ese día... iba a juntarme con Yuuki, creo que sí, y de un momento a otro mi mente se fue a blanco. Vi muchos recuerdos donde estaba Luna..."

―Sí es así... a quien viste fue a... ―Alex agachó la mirada pensando en la persona que más quería.

―Sí. Vi a ella ―dijo apuntando a Luna.

Era obvio, pensó Alex. El silencio de los demás era una muestra de que pensaban lo mismo. Siguió mirando a su compañera y esta vez, estando junto al resto, se notaba la clara diferencia de estatura con Luna y Yuuki.