Fantasía de un último deseo ll

¿Estoy enamorada de ti?

 

Alex estaba recostado en su cama cuando la llamada de Frank lo sobresaltó. Al contestar y escuchar la voz tan animada y alegre de su amigo solo esperaba buenas noticias. Sin embargo, de un momento a otro dejó de hablar, dejando las dudas en el aire.

Intentó comunicarse con él, pero cada llamada era enviada al buzón de voz.

"¿Y a este qué le pasa? ¿Para qué llamarme de esa forma y luego cortar? ¿Habrá estado borracho? O quizás se le descargó el celular. O puede ser que..."

Consideró la posibilidad de que Stella hubiera aparecido. Para que Frank hubiese estado exaltado de aquella manera solo sopesaba aquella opción. Sin embargo, la descartó enseguida. A esas alturas y con el tiempo transcurrido tras el ataque a Aurora, daba por hecho de que había muerto. Tras varias llamadas frustradas, se resignó. Le daría tiempo para que su amigo se volviera a comunicar y si no fuera el caso, lo volvería a llamar otro día.

Se mantuvo un tiempo más en la cama, observando el techo con los pensamientos enredados.

"No entiendo por qué a veces pienso en Stella. La sensación de que la conozco no logro sacármela de encima. Es una sensación muy distinta a la que me produce cuando pienso en Luna. Es como si ya conociera todo sobre Stella y no lo digo simplemente por haber leído su diario de vida, siento que va más allá... En fin, aunque le dé vueltas y vueltas al asunto no resolveré nada".

Alzó sus manos cargadas con Energía Espiritual para observarlas detenidamente. El manto azulado le recordaba con claridad el por qué se había hecho Cazador Espiritual: defender a todos y no perder a ningún ser querido. No quería permitir que volviera a ocurrir el desastre de hace unos días.

El recuerdo de aquel ataque feroz seguía inquietándolo. El hecho de haber estado a punto de perder la vida le oprimía el corazón. Necesitaba, con urgencia, ser más fuerte de lo que fue en el pasado para ser capaz de derrotar a cualquier Invasor.

La cara de Balam se materializó en su mente. Apretó los puños con tanta fuerza que las uñas se clavaron en sus manos. Se repudiaba el hecho de no haber sido capaz de matarlo el año pasado.

"¡Cuando lo vuelva a ver lo pulverizaré! ¡Haré pedazos esa cara y le arrancaré cada mechón rubio! ¡Lo juro!"

Se levantó de su cama pasado las dos de la tarde. Los músculos de los brazos y las piernas chirriaban de dolor con cada movimiento, recordándole el duro entrenamiento que había tenido el día anterior.

"Es probable que el resto también haya amanecido en mal estado y por eso el Viejo nos dio el día libre".

Salió a caminar para ver si con eso podía despejar, aunque sea un poco, sus pensamientos. El cielo estaba azulado, pero corría una leve y fría brisa que lo obligó a ponerse una chaqueta.

Desde el ataque a la Facultades no habían vuelto aparecer Invasores, por lo que la alarma tampoco se había activado.

"¡Maldición, esto me desespera! Tengo que ir a Inframundo. Necesito ver y hablar con Luna, pero no encuentro la forma. Si no aparecen Invasores me será imposible ir. ¿Acaso no existe otro método para ir?".

Llevaba caminando más de una hora cuando, de forma inconsciente, se dio cuenta que se encontraba a menos de una cuadra de la casa de Luna.

Cada vez que dormía la asaltaban sueños tormentosos. Pesadillas que ocurrían en un planeta muy distinto a la Tierra. Y una y otra vez la cara de dos demonios la perseguían incansablemente en un desierto rojo donde la arena le quemaba los pies.

Uno de ellos era físicamente igual a Axel. El otro era un viejo que usaba un traje formal, pero su presencia era tan temeraria que incluso Axel lo trataba con respeto y cautela.

En contra de su voluntad, Axel la besaba y acariciaba diciéndole una y otra vez que la amaba, que pronto serian padres y muchas otras cosas más.

En la misma pesadilla pensaba que era imposible que fuera madre, pero la duda siempre estaba ahí, rondándola. ¿En qué momento había tenido relaciones íntimas con él para que algo así ocurriera? Y en el caso de que llegase a ser cierto... ¿Qué había pasado con su bebé? Más sabiendo que, de lo que recordaba, jamás había estado embarazada y el tiempo normal de aquel proceso no cuadraba con sus cálculos y su corta estadía en Inframundo.

Pero también consideraba que quizás la otra Luna era la que estaba embarazada.

Dentro de la misma pesadilla había una luz que le daba esperanza. Un brillo que se extendía hacia el sur y cada vez que lo observaba se sentía plena y feliz. Cada vez que enfocaba sus ojos en aquel punto, observaba a Alex.

Con los ojos llorosos, deseaba estar con él.

Con una angustia constante, deseaba besarlo.

Con un grito de desesperación, deseaba abrazarlo

Y lo que más deseaba en el fondo era corresponder sus sentimientos.

"¿Estoy enamorada de Alex?"

Y aquel día, Luna despertó con un fuerte deseo de verlo.

Llegó a casa de su compañera cerca de las cuatro de la tarde. Después de un saludo frío e incómodo, Alex le propuso caminar por el sector.

―¿Cómo te sientes? ―le preguntó Alex, cruzando los brazos y luego llevándolos a sus bolsillos, repitiendo la acción varias veces. ¡Qué difícil le era poder ocultar sus nervios!

―Muy cansada en todos los sentidos. El entrenamiento de ayer fue muy agotador y mi mente es un caos. Sigo haciendo intentos de adaptarme a esta realidad que se me vino de golpe. Hace una semana mi vida parecía tan normal, tan simple...

―Me imagino lo complicado que debe ser. Para nosotros aun sigue siendo muy confuso.

―No puedo creer que haya estado desaparecida desde noviembre. Le pregunté a mi hermana y ella me dijo que nunca sucedió algo así. ¿Cómo puede ser posible?

―Es extraño porque hace unas semanas aun aparecías en los noticieros. De un momento a otro, toda esa información desapareció.



#10604 en Fantasía
#14954 en Otros
#2391 en Acción

En el texto hay: extraterrestres, superpoderes, romance accion aventura

Editado: 09.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.