Fantasía de un último deseo ll

Alex vs Stella

El hombro seguía sangrando sin parar, aunque ya no tanto como al principio. Lo que era constante era el dolor, uno punzante y desgarrador. Sin embargo, en ese momento no importaba ninguna de esas cosas. A fin de cuentas, solo era una herida más de las decenas que ha tenido.

Sus puños cargados con Energía Espiritual estaban alzados a la altura de su cabeza, en posición de combate, con el derecho por sobre el izquierdo. Con sus piernas se movía lentamente y alrededor de su enemigo, acercándose lentamente.

En su experiencia, siempre se lanzaba al ataque sin cuestionarse ni pensar demasiado. En este caso era muy distinto. Notaba que, quien tenía delante, era alguien a temer.

Su concentración estaba en su punto máximo y enfocada al cien en aquella persona con la cara cubierta por pañuelos negros. Debido a eso, no se percató que estaba siendo rodeado por numerosos Invasores. La mayoría lo superaba claramente en estatura y en compostura. Algunos portaban armas de fuego, otros armas blancas y unos pocos tenían sus manos iluminadas con elementos mágicos.

Su enemigo se mantuvo inamovible, observándolo fijamente. A su espalda tenía la puerta por lo que Alex no dudaba de que la podría usar para escapar.

¿Por qué no puedo atacar? ¿A que le tengo miedo? Se preguntaba. Y es que mirase como mirase, su enemigo era de estatura baja. Fácil le sacaba una cabeza de altura. Además, era flaca y por la silueta que se dejaba ver por el pantalón negro deportivo ajustado y la sudadera con capucha, se trataba de una mujer.

La otra duda que tenía era si se trataba de una humana. Siempre estaba la posibilidad de que fuera un Invasor con aspecto similar a un humano. Ya había visto muchos por lo que no le significaba sorpresa alguna. Y la última posibilidad que barajaba era que se trataba de un Invasor usando un cuerpo ajeno. 

Mientras más la veía, más pensaba que se trataba de alguien de la Tierra.

Lo que más le perturbaba eran aquellos ojos de color avellana. Aquella mirada le producía un caos mental que no lograba entender. ¿Aquello era lo que lo tenía tan a la defensiva? No lo sabía.

―Eres un imbécil ―dijo su enemigo.

Sus sospechas se aclararon al escuchar aquella voz. Se trataba de una mujer, no tenía ninguna duda.

Los Invasores que los rodeaban no perdieron más el tiempo y atacaron todos al unísono. Ella aprovechó el caos y la confusión para escapar por la puerta, haciéndole un agujero con su Energía Espiritual.

Alex se vio envuelto en aquellos que lo atacaron cuerpo a cuerpo. Al mismo tiempo, debía de preocuparse de esquivar proyectiles y ataques mágicos. Recibió la gran mayoría, pero resultó ileso gracias a su Defensa Espiritual.

Solamente se preocupó de golpear a los que se cruzaban en su camino y siguió adelante por la misma apertura que había creado ella.

"¿Por qué me dijo que soy un imbécil? ¿Quién diablos es?"

Al salir de la ciudad no había rastro de ella. Sorpresivamente recibió un ataque de fuego a sus espaldas, que lo mandó volando cerca de cincuenta metros del muro de Pandemonium.

Antes de que pudiera incorporarse, recibió el mismo ataque, lanzándolo a un más lejos de la ciudad.

"¿Dónde está? Cuando salí del muro no la vi por ninguna parte. Su ataque es fuerte, pese a que estoy ocupando mucha Energía Espiritual en mi defensa, siento un intenso hormigueo. ¡Maldición!"

Y nuevamente, sin lograr ubicar a su enemigo, recibió el mismo ataque.

"¡Está alejándome cada vez más de Pandemonium! ¿Qué es lo que pretende? Su magia es demasiado molestosa y potente. Si me sigue atacando así, me vencerá muy fácilmente".

Se incorporó de un salto, girando sobre sí mismo para encontrarla, pero ni siquiera la Percepción Espiritual le era efectiva. Sabía que en algún lado debía estar. Era invisible. Ya había visto esa técnica antes. En su pelea contra Axel y Balam le había sido sencillo ubicarlo. ¿Por qué esta vez no servía?

Y como una cámara que se repite constantemente, volvió a ser lastimado, esta vez de frente. Sin embargo, logró ubicarla en el momento exacto en que lanzó el ataque mágico. Arremetió hacia ella, tirándola hacia la caliente arena de Inframundo.

En un rápido movimiento, ella le había inmovilizado el cuerpo con una magia que no conocía. Y ahí estaba. Frente a él, con aquellos ojos.

"Son como los ojos de Stella".

―Eres el mayor idiota que he conocido en mi vida ―exclamó ella. Su tono de voz, dulce y suave estaba cargado de enfado e ira. Lo tenía agarrado del cuello, acercando su cabeza. Aquellos ojos, aquel aliento fresco... solo aceleraba su corazón cada vez más―. La Reina de Inframundo, a quien conoces como Luna, estaba lista para morir. ¡Era la mejor oportunidad y la perdí por tu culpa! ¿Qué es lo que haces aquí?

Lo empujó hacia la arena con fuerza y debido a que estaba paralizado no lograba moverse.

―¿Por qué quieres matarla? ¡No voy a permitir que lo hagas! ¡Ella es mi amiga!

"¿Es una humana o una Invasora? ¡No lo sé! ¡No veo rastro de Energía Espiritual de Invasor! ¿Quién es? Su mirada me recuerda a Stella. ¿Puede ser ella?"

―¡Luna es una Invasora! ¡Invasora! ¿Quieres que te lo deletree para que lo puedas entender mejor? ¿Tan hueco tienes el cerebro? En su vena solo corre maldad. Si no la mato, va a arrasar con todos en la Tierra. ¿Eso es lo que quieres? ¿Dónde está tu deber de Cazador Espiritual? ¡No me digas que ahora quieres convertirte en el enemigo! ¡Es lo único que te falta!

"Sabe muchas cosas. No puede ser de aquí".

―¿Eres una Cazadora Espiritual?

Creó en su mano derecha la misma espada que antes había portado para intentar asesinar a Luna. Pese a que no notaba intenciones reales de matarlo, le atacó la pierna derecha, por debajo de la rodilla. El arma había atravesado su extremidad y tras la herida que había quedado al retirar la espada se lograba apreciar el hueso.



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En el texto hay: extraterrestres, superpoderes, romance accion aventura

Editado: 09.07.2022

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