Fantasmas entre nosotros

Introducción

Iba caminando por un pasillo, tomado de la mano de mi abuela, volteé a mi alrededor y solo vi gente llorando y en el centro, al final del pasillo, un gran féretro. ¿Quién estaba dentro?, no lo sabía. Mi abuela me condujo a un asiento a lado de un hombre mayor con una flor en su saco.

-Espera aquí cariño, tenemos que ayudar a este hombre- me dijo ella al ir y acercarse al féretro. Unos minutos después, me habló, haciendo una señal para que me acercara a ella.

En cuanto me acerqué, no podía creer quien era la persona que estaba dentro, era el hombre del cual había tomado asiento a lado. Al parecer el lugar en donde estábamos era su funeral y su alma seguía ahí. Volteé hacia todos lados hasta que vi a una mujer mayor, pero más joven que el fantasma, su viuda. La pobre mujer estaba llorando, una amiga o tal vez una hermana del hombre estaba a lado de ella, reconfortandola. Fue entonces que sentí su presencia a mi lado.

-Tú y tu abuela son los únicos que pueden verme en este lugar - me dijo y continúo - ¿Vez a esa mujer de ahí? Ella es mi esposa, y está muy triste porque me fui antes que ella. ¿Puedes hacerme un favor?

Asentí y entonces el hombre se acercó a mi oído para decirme el mensaje que quería que le diera su viuda. Me acerqué a la mujer, la cual se volvió a verme sorprendida, tal vez porque ese no era un lugar al cual llevarías a un niño de 12 años.

-Tengo un mensaje para usted- le dije acercándome a su oído para susurrarle. - Su esposo quiere que siga tomando una copa de champagne por la noches y contemplando la luna y las estrellas todos los días, tal y como lo hacían cuando estaba vivo. Pide que viva feliz y que un día volverán a reunirse, como en su primera cita.

Volteo a verme sorprendida y me aleje de ella tan rápido como me acerque. Fue entonces que el hombre se acercó a ella y le pasó una mano por la mejilla, solo un pequeño roce, pero que al parecer significó mucho para ella, pues volteo a verme, creyendo en mis palabras tal vez.

El hombre caminó por el pasillo hasta el final. Volteo a vernos a mi y a mi abuela, asintió con la cabeza en señal de agradecimiento, y entonces desapareció. Cuando le pregunté a mi abuela que había pasado con él, mi abuela me respondió.

-Ha seguido su camino, querido. ¿Recuerdas lo que te dije que pasaba al morir una persona?- Asentí. - Existe un lugar mejor para ellos, al momento de cruzar la luz, encuentran la paz.

-¿Tú también caminarás hacia la luz abuela? - pregunte.

Ella sonrió. -Así es Zhan, algun dia yo también caminaré hacia la luz.- dijo. -Pero antes me aseguraré de dejarte en buenas manos.

Pensar en que un día mi abuela ya no estaría, hacía que mi corazón doliera. Pues mi madre no es muy cercana a mi, y mi padre se fue cuando yo tenía 8 años, no he sabido de él desde entonces.

Mi abuela se fue, una tarde de verano, en su recámara en el asilo en donde vivía y, aunque no me pude despedir de ella en vida, si lo hice cuando murió, pues su fantasma me busco y me dijo que no tenía que preocuparme por ella ni por lo que me esperaba en el futuro, pues una persona vendría a cuidarme.

La vi cruzar hacia la luz, y sentí que mi corazón se fue con ella. Pero como mi abuela mencionó, la vida me tenía preparado a un ángel que conocí poco tiempo después de que ella falleciera.

Gracias a un derrumbe que hubo en el edificio en donde vivía, pude conocer al paramédico Wang Yibo, mi futuro esposo, y es aquí en donde empieza mi historia.




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