Fantasmas entre nosotros

Capítulo 2. Alma Inocente.

-¿Vas a llegar hoy en la noche?- le pregunté a mi esposo mientras terminaba de lavar los platos del almuerzo.

-No, hoy me toca doble turno, ¿recuerdas que te lo dije hace días?- dijo pasando por detrás de mí para acercarse al refrigerador.

-Si es cierto. Lo olvidé, es que últimamente hemos tenido mucho trabajo en la cafetería. Además, estuve investigando y hablando con un posible proveedor, acerca de un café colombiano que aún no he probado. Hicimos una cita en la cafetería, llevará una muestra y si nos gusta, bueno, será lo nuevo en nuestro menú.

-Eso es genial. Si te gusta, tienes que guardarme un poco y llevamelo al hospital. Un poco de cafeína me caerá bien después de las 4 de la mañana.

Sonreí por su comentario. -Si claro, serás nuestro primer cliente en probar la novedad.- dije al momento en que salíamos de la casa.

-Bien. Cuídate, cualquier cosa no olvides llamarme. Te amo.- dijo dándome un beso de despedida y finalmente dirigiéndose a su auto.

Arranqué mi auto para que él pudiera salir e irse al hospital. Me despedí diciendo adiós con la mano y emprender camino hacia la cafetería.

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-No puedo creer que rico está este café. - dijo Yu Bin saboreando. - no se como, pero siento que deja un sabor dulce pero ácido en la boca. ¿Como dijo que se llama la marca disculpe?

-Café Juan Valdez, es muy conocido en Colombia. Su cosecha es a mano, lo que nos permite elegir solo los mejores granos, además el país de Colombia es perfecto para cultivar café pues gracias a su ubicación le da cantidad de luz solar exacta, lo que permite el crecimiento de granos perfectos. -dijo el señor Jesús Amador alardeando.

-Bueno, pues creo que no tenemos que pensarlo más.- dije cuando terminó de hablar.- Este café es delicioso, y creo que será bienvenido entre la gente del pueblo. Por lo que he visto, muy pocas cafeterías tienen productos extranjeros.

-Excelente. Entonces, le mandaré el contrato por e-mail señor Xiao, y los productos le llegarán en esta semana. Muchas gracias.- dijo dándome la mano. - señor Xiao, señor Yu, que tengan una excelente tarde.

-Wow de verdad esta muy rico.- dijo Yu Bin mientras veiamos como el señor Jesus subía a su auto y emprendió camino.

-Si es cierto. Guardaré un poco para llevárselo a Yibo al hospital, hoy tiene doble turno.

-Qué horrible. Yo apenas puedo mantenerme despierto de día, no sé cómo reaccionaría si me dijeras que tengo que venir a trabajar también de noche.- dijo.

-Bueno, no me des ideas. Tal vez pueda hacer un horario nocturno, la gente que trabaja de noche también necesita algo con que mantenerse despierto. - dije fingiendo pensarlo.

-No, ¿sabes que? no me hagas caso, no pude dormir bien ayer entonces estoy diciendo incoherencias.- dijo rápidamente.

Empecé a reír al ver su reacción, a decir verdad, yo tampoco creo ser capaz de mantenerme despierto toda la noche, soy muy dormilón y cualquiera que me conozca puede confirmarlo.

-¿Quieres ir a cenar? Como dije, Yibo no llegará hoy a la casa. Entonces no siento ganas de preparar la cena.

Por la forma en la que se me quedó viendo, supe que me iba a decir que no. -Lo lamento, hoy tengo una cita con un chico que conocí en el teatro. De verdad lo siento.

-No te preocupes, ve con él. Ah pero oye, tendrás que contarme todos los detalles acerca de este chico.- dije mirándolo con una sonrisa.

-Por supuesto. ¿Tu cierras? .- me pregunto.- Quisiera ir a arreglarme, y a mentalizarse de no meter el pie hoy.

-Si claro, vete tranquilo. Si tienes algún problema, puedes marcarme. - me respondió con un asentimiento de cabeza en señal de que lo haría.

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Estaba en la sala de espera, esperando (válgame la redundancia) a que Yibo saliera de atender a un paciente. Ya que no quería cenar solo en casa, decidí venir hasta acá a cenar con mi esposo. Y a traerle, su tan ansiado y necesitado cafe.

-Hola lindo, ¿Como te llamas?, ¿te gustaría salir conmigo? .- dijo un muchacho de aparentemente unos 18 o 19 años.

-Lo lamento.- dije mostrando mi mano izquierda en donde se encontraba mi anillo de matrimonio. - no creo que mi esposo me permita salir contigo.

-Ah ya estás casado. Bueno no importa, no creo que haya necesidad de decirle a tu esposo, ni cuenta se dará.- dijo pícaramente.

Reí por las ocurrencias de este chico, pero me calme en cuanto vi como la demás gente de la sala empezó a verme raro.

-Entonces, ¿qué dices?. Dime cuando, a comparación de tu esposo yo no tengo demasiado trabajo.- rei.

-Dime entonces por qué sigues aquí, si tienes algún asunto pendiente, puedo ayudarte a resolverlo, si con eso puedes cruzar a la luz. Ya no perteneces a este mundo, tienes que seguir tu camino.

-No tengo ningún pendiente en realidad, solo que aquí hay enfermeras y enfermeros lindos.- dijo guiñandome un ojo.

Negué con la cabeza ante su comentario. En ese momento, vi como Yibo iba saliendo de una habitación. En cuanto me vio, la cara seria que muestra ante todo el mundo desapareció.

-¿Él es tu esposo? .- escuche decir al chico.- no es tan lindo.

-Cállate.- le dije.

-¿Qué haces aquí? .- me pregunto Yibo en cuanto terminó de acercarse a mi. - Porque no me dijiste que venías Zhan, hubiera tardado menos.

-Precisamente por eso no te dije que venía. Hubieras hecho a un lado tus deberes y lo que menos quiero es que por mi culpa no los cumplas.

-No es nada lindo, ¿que le viste? .- volvió a hablar el chico.

-Puedes por favor dejarnos en paz. Vete a molestar a alguien más. Mira.- dije mirando detrás de Yibo.- ahí va una enfermera linda, ve. - y con eso se esfumó.

-Bien, he de suponer que no fue a mi a quien lanzaste a los brazos de una linda enfermera. - dijo en medio de una sonrisa.

-Claro que no. Usted, ya está amarrado a mi, por toda la eternidad señor Wang. - le dije mientras le daba un sutil beso. - Se lo decía a otro chico, antes de que llegaras, intentó invitarme a salir.




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