Febrero

CAPITULO 5

—Muy bien, chicos, me gusta cómo se miran, tramiten lo que el público quiere ver. Ahora tú, Braulio, te acercas a ella y le extiendes la mano, la sacarás a bailar. Mavie tú lo miras tal cual lo estás viendo ahora —El director se acerca para darnos indicaciones.

Si al principio estaba nerviosa, ahora estoy mucho más, intento una vez más bajar el vestido.

—¿Estás nerviosa?

—Un poco. ¿Sabías que tenemos que darnos un beso?

—Si, solo es un piquito, intentémoslo hacer bien para que no tengamos que hacerlo de nuevo.

—Me encantaría terminar rápido, el vestido está súper corto.

—Te queda muy bonito, ese color te queda muy bien.

—Gracias, Braulio.

Braulio me pide bailar, después de otro corte, ponen la música, tenemos que bailar muy juntos, se supone que Braulio tiene que olerme, agradezco al cielo que hoy me bañe por la mañana, antes cuando trabajaba para Catalina, lo tenía que hacer por las noches si no quería llegar tarde entraba a las seis o siete, ahora tengo un horario normal como todos. Braulio no es malo para bailar, al contrario, es muy bueno.

—Sí que huele rico, el perfume me susurra.

Nuestras miradas se cruzan, sonreímos.

—¡Corte!

La música se para y Braulio me suelta.

—Bailas bien.

—Tú también.

—Chicos, es hora de la última toma, es un beso. Sé que había dicho que un piquito, pero siento que podemos dar un beso más creíble. Mavie tú ponte en este lado. Tú no tienes nada que hacer, ahora, Braulio, ponte aquí. Necesito que se miren antes de la toma del beso, quiero grabar sus caras.

Mirar a Braulio no es incómodo, tenemos dos semanas conociéndonos y la verdad me cae muy bien, es muy lindo con todos, y como qué jefe es magnífico, hasta me levantó con ganas de trabajar todos los días.

—Me encanta, Braulio, necesito que ahora acaricies su mejilla izquierda. Y le das el beso.

—¿Puedo besarte? —me preguntó.

Miro a mi alrededor, todos están atentos, hasta Catalina y mi exnovio. ¿Qué hace mi exnovio aquí?

—Mavie ¿Estás bien?

—Hagámoslo.

Braulio me acaricia el rostro. Acto seguido, siento sus labios rozar los míos, sabe a menta. Siento sus manos en mi cara, siento una electricidad por todo mi cuerpo. No nos dijeron cuánto tiene que durar el beso, pero Braulio me atrae a él; sus manos ahora están en mi cintura.

Soy jalada de los brazos de Braulio, abro los ojos, Liam me está galoneando.

—¡Suéltame! —le gritó.

—No puedo creer que te prestarás a esto.

—Liam, suéltame, estás haciendo el ridículo.

—¿El ridículo? Te estás besando con otro en mi presencia, Mavie. Tú eres mía.

—Suelta a Mavie —Braulio logra que me suelte.

—No te atrevas a volver a decir que soy tuya, Liam. No te atrevas —tengo mucho coraje que después de que me engaño se quiera ser el santo conmigo.

—Sal de aquí, no tienes por qué estar en el set de grabación. Y no vuelvas a tratar a sí a tu exnovia, no es un objeto que te pertenezca.

—Ya hablaremos afuera, Mavie.

Liam se va por fin, Catalina tiene una sonrisa de satisfacción que ahora mismo tengo ganas de quitársela.

—Perdón a todos, sigamos —Braulio toma mi mano para regresar al set.

—Ya terminaos, solo quedan las fotografías. Mavie ve a cambiarte de vestido, solo tomaremos un par de fotografías más y terminamos.

Voy al camerino de vuelta, tengo tres opciones de vestuario: el primero es un vestido celeste, escotado. La otra opción es un short blanco, con una playera negra y una camisa blanca. El último, en definitiva, no es mi estilo, es una minifalda negra con un top rojo. Me decido por el short blanco, otra cosa que agradezco que me depile esta mañana.

Salgo quince minutos después, Braulio está hablando con el director de escena.

—Estoy lista

Braulio me mira de pies a cabeza.

—¿Me veo mal?

—No, te vez muy bien, creo que el que debería cambiarse soy yo, ya vuelvo.

— Ven, Mavie, empezaremos contigo, te tomarán algunas fotografías.

Hoy en la mañana que Salí de mi pequeño hogar, no sabía que mi día sería así. El fotógrafo me ha pedido unas poses fuera de lo común para mí, pero claro, a sí se toman las fotografías ahora. Ya me ha tomado quinientas fotos en menos de diez minutos.

—Braulio, ponte con Mavie, quiero que la abraces por atrás. Mavie tú toma el perfume.

Braulio se acerca a mí, hace lo que el director le dijo, se pone atrás de mí y me abraza. ¿Hace calor aquí? O solo seré yo.

—¿Te pusiste más perfume? —me susurra. Mi piel se eriza con su cercanía.

—Sí para un video para redes sociales.

—Voy a poner varios ceros en tu cheque por hacer esto.

—¿Van a pagarme?

—¿Pensabas que no?

—Pensé que no.

—Chicos miren a la cámara y sonrían.

Eso hacemos en cada fotografía, sin duda es más divertido con Braulio que sola, las poses son más divertidas. Y me ha hecho reír, le puse perfume en el cuello y también lo olí. Aunque fue una mezcla extraña de perfume dulzón y perfume de hombre.

—Felicidades, Mavie. Deberías considerar, participar en campañas tienes presencia, solo te falta tener un poco más de confianza en ti, pero lo hiciste perfecto. —El director me felicita.

—Muchas gracias

—Tú también lo hiciste excelente, Braulio, hiciste una gran entrada de nuevo a tu empresa.

—Gracias, Gonzalo, pero esta es mi primera y última vez.

—No estoy muy seguro, cuando salgan estas fotografías y el comercial les aseguro que las marcas los van a querer. Juntos tienen mucha química.

¿Química? ¿Cuál química? No tenemos ninguna química, solo nos caemos bien, eso es todo.

—En cuanto estén el video y las fotografías, se los haré llegar.

El director se va, a sí como todos los demás, y el set se desarma mañana.

—¿Tienes hambre? —me preguntó.

—Sí, ya es tarde.

—Vamos a comer, tengo tiempo antes de que mi hija llegue.

—Solo tengo que ir a cambiarme.




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