Febrero

CAPITULO 8

Marisa nos ha citado a Braulio y a mí para ver una casa por su zona. Aún no acepto vivir con Braulio, pero no pude decirle que no a Marisa. Quedé de vernos en su casa. Braulio trabaja desde casa porque su hija se lo pidió. A él le urge cambiarse de casa porque su exesposa no quiere irse; según ella, es porque no quiere ver sufrir a su bendición. Pobrecita niña, la tiene bien manipulada y ella, en su inocencia, solo quiere que vuelvan sus papás. Sé que Braulio no le dirá la verdad; está muy pequeña y eso sí la puede traumar. No es fácil para nadie enterarse de que uno de sus padres es infiel y sobre todo que conoces y quieres a esa persona con la que engañan a tu padre.

Me desvío un poco antes de llegar a casa de Thiago. Vi una tienda de caballero. Pasado mañana es cumpleaños de Braulio; le gusta usar camisas sin el saco. El vestuario que se puso para la sesión de fotos también me gustó cómo se miraba. Veré si algo me gusta.

Hay una variedad de camisas, tanto de estilos como de colores. La chica del mostrador me ha enseñado varias camisas.

Escojo dos: una blanca y la otra una camisa de manga corta, color caqui.

—Nos acaban de llegar unos perfumes que huelen riquísimo, es un regalo ideal para su novio —mira mi mano antes de decir novio.

—Muchas gracias, solo llevaré las dos camisas. —Braulio debe tener muchos perfumes.

Salgo de la tienda, pongo la caja de regalo en la cajuela.

Braulio ya está en casa de Thiago, me estaciono al lado de su coche, me retoco el maquillaje antes de bajar. Braulio y Marisa salen de casa, no sé si porque me vieron llegar.

—Hola, Mavie, te estábamos esperando.

—Siento llegar tarde. —me disculpo.

—No te preocupes, vamos, nos iremos caminando; está muy cerca. Si les gusta, seremos vecinos.

Marisa nos va contando un poco las reglas del vecindario, por suerte los vecinos aman a las mascotas, así que puedo tener a Cereza sin problema.

—Esta es la casa, aquí vivía un matrimonio, pero sus hijos se los llevaron a vivir a otra ciudad, así que están vendiendo la casa. La venden con todo y muebles, están muy bonitos. Su nuera es diseñadora de interiores. Es de cuatro recámaras arriba y una abajo. Cuenta con piscina y el jardín solo necesita cuidados.

Entramos a la casa, me quedo anonadada por lo grande y hermosa que está; tiene sillones azul rey, es muy colorida, me encanta.

—¿Te gusta? —Braulio me pregunta.

—Está muy bonita y grande.

—Y espera ver las habitaciones. Suban a verla; yo haré un par de llamadas a unos clientes y, en un momento, los alcanzo.

Subimos, Braulio abre la primera habitación.

—¿Ya lo has pensado? —me pregunta.

—¿Tú qué dices?

—Me contestaste con otra pregunta.

—No voy a decir que desconfío de ti, porque me cuidaste cuando estaba ebria y sin sentido alguno. Pero no sé si esto está bien.

—Marjorie piensa que estoy teniendo algo contigo, no lo está soportando y te confieso que le he dicho un par de cosas solo para hacerla rabiar.

—¿Qué cosas?

—Le confirmé que nos vemos, ella quería saber si era verdad, así que le dije lo que quería oír, también le dije que eras muy hermosa. Aún quiere regresar conmigo por Molly.

—¿Y tu hija sabe que posiblemente viva con ustedes? —Sé que Molly vivirá con su papá una semana y la otra con su madre.

—No le he dicho, pero tiene doce años, tiene que entender que ahora las cosas se harán de esta forma. No tiene por qué tener problemas porque tú vivas con nosotros.

Sí, claro, se nota que Molly hace lo que mamá diga, y creo que no le caí nada bien.

Mi celular suena, es un número desconocido, en cuanto escucho la voz, me arrepiento de contestar.

—Oh, cariño, no me cuelgues, por favor.

—¿Cómo conseguiste mi número? —digo molesta.

—Eso no importa, quiero hablar, por favor, Mavie, no quiero perderte, por favor, mi amor, entre Catalina y yo ya no hay nada más que puro trabajo, te lo prometo.

—Tengo novio, lo siento, perdiste tu oportunidad el día que me jodiste mi cumpleaños, idiota. —Cuelgo la llamada.

Pero ¿qué se ha creído este idiota? En serio cree que lo voy a perdonar y volver con él, jamás lo haría. Para mí, él ya está enterrado bajo tierra, todo el amor que le tenía, él mismo se encargó de que se acabara.

—¿Me perdí de algo? —demonios…

—Es que lo odio, Braulio, me molesta escucharlo.

—Solo tengo una pregunta: ¿El novio se supone que soy yo?

—No eres mi novio, solo lo dije para que me dejara de molestar.

—Aceptémoslo, Mavie, tú quieres vengarte de Liam y yo de Marjorie. Liam está celoso de mí por el beso que nos dimos, y Marjorie está celosa de ti porque sabe que nos besamos. Veamos qué desastre hacemos.

—De acuerdo, pero no tienes inconveniente que venga cereza.

—No hay ningún problema, me gustan los gatos y a Molly también.

—Sigamos viendo, aunque creo que esta es perfecta, me gusta la privacidad que se tiene en esta zona y la seguridad.

—Chicos, debo irme, me adelantaron checar dos casas para venta, ¿les molesta si los dejo solos?

—Claro que no, seguiremos viéndola, pero sí la vamos a querer.

—Perfecto, haré el papeleo para que cuanto antes puedan mudarse.

—Si puede ser mañana o pasado mañana, mejor para mí, Marjorie no se quiere ir.

—Bueno, regularmente me toma una semana, pero por ser tú voy a pedir un favor para que mañana mismo te instales.

—Puedo transferir hoy mismo si lo necesitas.

—Los clientes como tú me encantan.

—Debemos hablar de cómo nos vamos a administrar, yo soy la que menos va a aportar, pero me puedo encargar de los servicios y de la limpieza.

—Voy a contratar a alguien que nos haga la limpieza, la casa es grande y es lo mejor. Tú y yo tenemos mucho trabajo. Y no es necesario que cooperes con nada, puedes ahorrar en algún momento que querrás vivir sola y, si ahorras, créeme que te facilitará muchas cosas.

—No, si no puedo aportar nada, no acepto vivir contigo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.