Febrero

CAPITULO 23

Braulio

Estoy llamando a Mavie, pero no me coge el teléfono, seguro está divirtiéndose con sus amigas. Lo único que le pedí es que no tomara mucho porque debe cuidarse para no pasar lo que pasó en su cumpleaños. Tuvo suerte de que fui yo la que la ayudó y no un depravado.

—Papá, ¿podemos salir a caminar un rato?

—Claro, cariño, pero espera que me bañe para irnos.

—Sí, papá, llamaré a mamá para contarle lo que hemos hecho ayer.

—Está bien, mi cielo.

Estoy muy molesto con Marjorie porque haya intentado venir con nosotros cuando se lo pedí, pero supongo que yo ya estaba consciente de que lo haría porque cambié el destino. Elegí Hawái; no le dije nada a mi hija porque sé que se lo diría a su madre. Marjorie no contaba con eso, al final tuvo que regresar a casa o irse sola.

Entro a la bañera; se antoja quedarse aquí un buen rato, pero Molly está encantada. Ayer estuvimos todo el día fuera, y no se cansó, tiene tanta pila. ¿De dónde sacan las pilas los niños de ahora?

El celular suena; salgo del baño, me envuelvo en la toalla para tomar el celular, es mi padre. Suspiro con resignación, entre él y yo no hay mucha comunicación, nos vemos de vez en cuando, pero desde que apoyé a Dylan, y me culpo a mí por abandonar a mi mujer en la cama y que por eso mi hermanito le dio lo que a ella le faltaba… La comunicación se volvió casi nula.

—Dime, papá

—Hola, Brau, ¿dónde andas?

—Estoy de viaje con Molly.

—Oh, mi dulce Molly, dale un beso de mi parte.

—¿Para qué me llamaste?

—Para invitarte a nuestro nuevo antro, nos ha ido muy bien, a los jóvenes les encanta dejarnos el dinero.

—Me alegra por ti —digo.

—Tu hermano ha hecho todo, ahora mismo se está divirtiendo con unas lindas chicas.

—No me interesa lo que haga Dylan, papá.

—¿Hasta cuándo vas a seguir molesto? Tu hermano solo hizo lo que cualquier hombre haría.

—Yo no lo haría, papá, yo no soy como ustedes. Dylan creció contigo.

—Por eso es lo que es.

—Voy a colgar, papá.

—Ven cuando quieras al antro; tendrás bebidas gratis.

Cuelgo la llamada molesto; papá me ha puesto de mal humor con tan solo mencionar al idiota de Dylan. No puedo creer que fui tan tonto para no darme cuenta de que sus intenciones de acercarse a mí solo fueron porque quería llegar a la cama de Marjorie.

Molly me regresó el buen humor, hemos ido al centro comercial. Le quiere llevar recuerdos a su madre y a su abuela y a César también. Yo quiero llevarle recuerdos a Mavie y a Marisa, y a Thiago le llevaré lo que siempre me pide: un llavero del recuerdo. Entramos a varias tiendas. Me encantan algunas cosas, pero nada me convence para Molly; me fue más fácil encontrar algo para Marisa. Aprovecho que Molly está entretenida en una tienda para pasarme a la de enfrente, la puedo ver desde ahí. Un vestido rojo llama mi atención. A Mavie le encantan los vestidos; me he dado cuenta de que es lo que usa más, o no sé si es porque su amiga le regala muchos.

—Tiene descuento ese vestido; se lo puedo mostrar si gusta. —La chica que atiende el lugar llega conmigo.

En el maniquí se ve muy lindo.

—Me lo da en talla chica, por favor.

—Enseguida se lo doy. Si no le queda a su esposa, puede cambiarlo, tiene quince días para hacerlo.

No creo que vuelva a Hawái para cambiar un vestido, no se lo menciono, solo le doy las gracias después que pago el vestido y salgo de la tienda. Molly está donde la dejé, decidiendo qué quiere llevar.

—¿No te decides?

—No, papá, ¿qué color te gusta más?

—El verde les queda a tus preciosos ojos.

Dejo a Molly mientras recorro nuevamente el pasillo, un collar llama mi atención. Conozco a Mavie, no es de usar cosas de marca, así que un collar bonito le encantará. Tomo uno y unos aretes para mi madre que le encantarán.

—Estoy lista, papá, voy a llevar todo esto.

—De acuerdo, cariño, pagamos y después vamos a comer, ya tengo hambre.

—Tengo que ir al baño, papá.

—Voy a pagar para ir al baño.

Nos dirigimos a los baños, no dejo que Molly vaya sola a los baños, procuro poder entrar yo al baño de mujeres. Algunas veces se enojan, pero no me importa, es por el bienestar de mi hija, no me gusta que entre al baño de hombres, así que prefiero soportar las miradas.

Le mando un mensaje a Mavie, no me ha regresado la llamada y yo ya me empiezo a preocupar. Sé que me prometió cuidar, no tomar mucho, pero me siento un poco preocupado, no me aguanto y le envío un mensaje a Thiago. Espero esté disponible y pueda ir a ver si Mavie está bien. Sé que esto puede ser un poco tóxico, pero no lo hago por desconfianza, porque a pesar de que ya estuvimos juntos, no soy su dueño, y no hemos formalizado.




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