SUNGLASSES AND HOODS

• Me encantaría saber porque tengo que ser yo la persona que cargue contigo – murmuro, mientras llevaba un gran bulto en la espalda.
• Porque eres el único que estaba cerca – respondió, arrastrando las palabras por el alcohol en su sangre.

Ambos estaban mojados, más por culpa del bulto, y caminaban en medio de una calle vacía. Llevaban pocas cosas encima, así que no tenían miedo de ser asaltados. Lo más grabe seria ser reconocidos.

Pero vamos al comienzo de todo esto, el inicio de sentimientos capaces de romper un simple vaso y volverse una fina copa.

• Que idiotas – murmuro. Se agacho para ayudar a la chica que estaba medio inconsciente en el suelo y había sido abandonada por un grupo de chicos mareados después de una gran fiesta – ¿Estas bien?? – le dio unos ligeros golpes en la mejilla, pero esta no contestaba, solo parecía balbucear un nombre, “Andru”

Como ella no sabía quién miércoles era Andru, solo pudo levantarla para llevarla con ella a su casa hasta que despierte y le diga donde vive.

Paso uno de sus brazos sobre su hombro y levanto la pequeña cartera que llevaba la chica consigo, la cual parecía muy costosa por la marca que logro ver. Trato de agarrarlo con mucho cuidado y empezó a caminar de apoco. Hasta que vio aparecer un auto a toda velocidad y detenerse a su lado.

Un hombre alto con lentes de sol y una capucha, bajo del auto y la observo con una mala cara – que pretendes hacer con ella – trato de agarrar a la joven.

• que te sucede – ella trato de detenerlo, lo cual fue imposible debido a la obvia diferencia de fuerzas.
• Eres una chica??? – le pregunto el hombre.
• Si – contesto, indignada. Aunque por la manera en la que estaba vestida, lo cual era un jean ancho con polera larga y la capucha puesta, y debido a la oscuridad de la zona, pues era uno de los barrios de clase media, no se podía ver muy bien su rostro. Así que era comprensible que se equivocaran. Pero él tampoco se salvaba, pues por su pinta parecía un delincuente escondiéndose de la justicia.

Ambos estaban en una batalla de miradas, hasta que un murmullo los saco – Andru – susurro la chica que ahora estaba en brazos de ese hombre.

• Aquí estoy, soy yo – le susurro y trato de subirla a su auto.

Lo cual la otra joven trato de impedir – Que estás tratando de hacer???

Se apoyo en la puerta y estiro los brazos en forma de lucha. A lo cual Andru soltó un resoplido y busco en su bolsillo su identificación – ves, yo soy Andru y ella es mi amiga. Ahora ya nos podemos ir? Además, agradece que estoy apurado porque si no, te llevaría a la policía para que te investiguen.

• Que??? Yo la estaba ayudando. Unos idiotas la…. Cuidado!!!!! – ella grito cuando vio como la joven empezaba a convulsionar por una sobredosis de quien sabía qué, pero no era momento de averiguarlo.
• Aileen!!!! – Andru cargo a Aileen mientras la otra joven le abría la puerta de pasajeros y se metía dentro para recibir a, la que ahora sabia, se llamaba Aileen.

En auto salió disparado por la calle, más rápido que una ambulancia, y llegaron al hospital en lo que parecía segundos – sujétala bien, yo iré a buscar a los doctores – la joven corrió del auto para entrar, y salió junto a una camilla y dos enfermeras.

Aileen ingreso al hospital y empezaron a aparecer autos extraños por todo lado. Ella no entendía que estaba pasando, pero Andru sí. Así que la sujeto por el brazo y la obligo a ingresar – a nombre de quien ingreso Aileen?? – pregunto Andru.

• Mio – dijo ella de manera resuelta – no pensaras que primero iba a correr a pedirte tus datos y…
• Es mejor así – Andru corto su discurso y se fue hacia la recepción para preguntar cómo se encontraba.
• Idiota – ella murmuro. Se coloco mejor la capucha y vio por las puertas de vidrio como se agolpaban muchas personas con cámaras y eran detenidas por el personal de seguridad. Se quedo asombrada por la cantidad de gente. Y también por la hora, su mama la iba a matar. Saco su celular de la mochila en su espalda y marco el número que conocía de memoria – donde estas??? ¡¡¡¿¿Ya viste la hora??!!! La calle es muy peligrosa y…
• Mamá cálmate, tuve que ayudar a alguien y me demoré. Pero ni bien sepa como este, regreso. Te llamo cuando este cerca de casa, sí?
• Mas te vale que sea rápido. Estaba muy preocupada, cuídate.
• Si – asintió como si la estuvieran viendo. Corto la llamada y fue hacia la recepción, pero no encontró al chico raro. Así que se acerco a la enfermera para consultar – disculpe, el chico de negro que estaba aquí?? Ya se fue??

La enfermera la observo extraño y saco un formulario – La señorita Aileen ingreso a nombre tuyo de emergencia y ahora le están haciendo un lavado gástrico. El joven fue a verla. Están el tercer piso, luego será trasladad al área privada, para eso tienes que firmar aquí.

• ¿¿Área privada?? – ella observo el formulario y sacudió la cabeza – yo no tengo tanto dinero…
• El joven es novio de la chica y él pagara. Usted solo tiene que firmar el permiso.
• Ok – ella agarro la hoja y firmo – permiso.

La enfermera asintió y se dio la vuelta para llevar el formulario que firmo, mientras ella subía al ascensor.

Cuando llego, vio a Andru sentado frente a una de los laboratorios, suponía que era sonde estaba Aileen, y se acercó a el – como esta???

Andru levanto la cabeza y le dio una mirada antes de volver a su postura inicial – veo que sigues aquí. ¿Ya firmaste abajo? Yo me encargare de los pagos hasta que llegue su familia.

• Si, ya firme todo. Y con un gracias era suficiente, a mí tampoco me agrada verte – ella se acomodó la mochila en su espalda y dio la vuelta con cara de fastidio.

Cuando salió del hospital logro ver a todos los periodistas que estaban pegados a la puerta, quien sabe porque, y termino en empujones para poder salir. Ese día no podía ser peor, o bueno si podía. Porque reviso su bolsillo y conto todo lo que había logrado ahorrar para poder ir en taxi a su casa. Ella prefería caminar, pero no sabía dónde estaba y era muy tarde. Así que se resignó a gastar todo lo que tenía.