Fine Glass Of Wine

PROBLEMS AND QUIRKS

  • Mamá, sabes que soy responsable y que ya estoy grande – le dijo Dalia por celular.
  • Eso no quita que me preocupe. Y sé que hay cosas que ya vas a experimentar porque eres mayor, pero me da miedo que te pase algo
  • No estaré sola. Además, solo me quedare un rato y luego me iré.
  • Pero con cuidado.
  • Ok. Lo prometo.

Ambas se despidieron y su mamá entro en su casa – chicos ya lle…gue – observo las cajas en el suelo – ¿qué es esto? ¿de dónde lo trajeron? Llévenlo con su dueño.

Desa salió de la cocina y se señaló – piensas que me lo robe o que.

  • Hola mami – Leo se abrazó a ella y señalo las cajas – las trajo el… amigo de Dalia.

Su mamá volvió a observar las cajas y luego a Desa – es cierto, las trajo Andru.

  • El amigo del favor – dijo su mamá, mientras pasaba por un lado y se iba a su cuarto para dejar sus cosas.
  • ¿Podemos abrirlo para ver que es antes de que lo botes? – le pregunto Desa.
  • No, mejor vamos a cenar – le dijo su mamá.
  • Mamá no lo botes, yo también quiero saber que es – dijo Leo con un puchero en el rostro.
  • No voy a botarlo, pero tampoco van a abrirlo, ¿estamos?

Ambos hermanos se miraron y asintieron antes de irse a cenar. Mientras tanto su madre observo las cajas un poco más y los siguió, “espero equivocarme” pensó.

*

Todos llegaron a un karaoke que estaba en el centro de la ciudad y parecía muy concurrido por la cantidad de gente que entraba y salía – pediremos una sala privada – le dijo una de las chicas antes de entrar.

Dalia observo a su alrededor lleno de espejos, música por todo lado y mucha gente bailando y cantando en medio – señorita Aileen – dijo uno de sus compañeros.

Todos voltearon a ver y saludaron. Aileen estaba junto a un joven que no era Andru, pero que la tenía sujeta por la mano, y la soltó en el último momento – hola, ¿Qué hacen acá? – les pregunto mientras empujaba disimuladamente al otro joven.

  • Vinimos a nuestra noche de karaoke para darle la bienvenida a Dalia a nuestro departamento – le respondieron muy entusiasmados.
  • Que bien – Aileen se acercó a Dalia y la abrazo – tiempo que no te veo – le dijo.
  • Si, estaba ocupada – le respondió.
  • Bueno, vayan yendo, o quieren unirse a nosotros – señalo hacia un grupo de jóvenes – son unos amigos.

Todos se miraron y asintieron – si no es molestia – le dijeron y empezaron a caminar detrás de ella hacia una de las salas privadas.

Los amigos de Aileen se acercaron a ellos – pasen, ya nos estábamos aburriendo entre nosotros y una pareja – les dijo uno de ellos, a lo cual recibió un empujón del chico al lado de Aileen en medio de risas.

Estuvieron dentro por dos horas y Dalia ya tenía que irse, además de que la mayoría ya estaban un poquito pasaditos de copas – eres amiga de Aileen, ¿verdad? – le pregunto uno de los amigos de Aileen.

Dalia lo observo y asintió con la cabeza, no estaba muy segura de querer hablar con él, pero este no se fue, sino que le ofreció un vaso de quien sabe que – no gracias – le mostro su vaso y se levantó de su lugar para ir al baño y encerrarse ahí un rato.

Salió del cubículo y se mojó un poco la cara antes de salir, lo cual no fue muy buen momento, o quizá si – no quiero ir a ningún lado – escucho la voz de Aileen, que sonaba borrosa por lo mareada que estaba.

  • Ya me cansé de venir a lugares como este – le dijo la el chico que estaba junto a ella desde que llego el grupo de Dalia.

Aileen soltó una carcajada sin gracia – tú mismo me pediste que te trajera a estos lugares y ahora dices que te aburres. Desde un inicio te dije que fuéramos al lugar que te gusta, pero tú siempre andas pegado a tus amigos y haces lo que ellos quieren.

  • Porque ellos también merecen pasarla bien, y que mejor si todos la pasamos bien con alguien que pague todo, ¿no crees? – le respondió.

Dalia se abrió los ojos de la sorpresa por lo que escuchaba. Ahora entendía lo que decía Elena, Aileen si estaba engañando a Andru – eres un idiota si piensas que voy a seguir pagando por ustedes, grupo de imbéciles – les grito Aileen.

  • No necesitamos que estes con nosotros, con que nos des tu cartera es suficiente.
  • ¡¡Pues tómenla!! – es escucho el sonido de algo cayendo al suelo – ¡¡¡llévensela y largo de aquí!!!
  • Que buena eres cooperando – susurro uno de ellos mientras levantaba la cartera – pero no es suficiente para decirnos adiós – se escuchó varios pasos.

Dalia salió del baño y vio cómo se acercaban a Aileen y la empezaban a jalonear - ¡¡que creen que hacen!! – les grito mientras volteaba un tacho de basura que estaba a su lado y levantaba lo primero que vio - ¡¡suéltenla¡¡

Uno de ellos la miro con una sonrisa burlona y camino hacia ella – no estas mal, y tienes agallas – le dijo.

  • No te tengo miedo – Dalia golpeo la botella que tenía en la mano y la rompió, ocasionando un ruido fuerte – acércate y vemos quien tiene más agallas.

El chico estaba por tirarse sobre ella, pero se escuchó varios pasos que se acercaban a ellos, así que las dejaron a ambas y se fueron corriendo para evitarse problemas.

  • ¿Aileen estas bien? – le pregunto Dalia, mientras le ayudo a levantarse y apoyarse a la pared.
  • Si – le dijo con un sollozo – solo quiero irme.

El grupo de Dalia vino corriendo y las observo – ¿sucedió algo?, escuchamos un ruido y ustedes no aparecían – les dijeron.

Dalia estaba por hablar, pero Aileen lo hizo primero – nada, solo me tropecé haciendo caer ese tacho de basura. Lo bueno es que Dalia estaba cerca y me estaba ayudando – le respondió sin levantar la mirada, como si observara su ropa.

Los demás asintieron – bueno, nosotros ya nos vamos. Sería bueno que saques tus cosas de adentro Dalia.




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