¿Has escuchado hablar del síndrome de Alejandría? Lo más probable es que no tengas la mínima idea de que es ó de que trata este peculiar síndrome.
Los ojos violetas seguramente sean muy atractivos, pero las personas que los tendrían a causa de este síndrome, además, presentan características biológicas muy extrañas.
La génesis de Alexandria, el síndrome de Alejandría o la enfermedad de los ojos violetas es una mutación que hace que nazcas con los ojos grises o azul pero a los seis meses comienzan a ponerse de color violeta o púrpura.
Durante la pubertad el color se intensifica y luego se vuelven violeta oscuro, un color morado oscuro, un púrpura real o un color azul-violeta y ya se queda así.
Pero a esta mutación se le atribuyen muchos otros cambios: una piel muy pálida, ausencia de vello facial y corporal, un metabolismo acelerado que evita que engorden, una alta resistencia a caer enfermo, una excelente visión y una larga esperanza de vida que supera los 100 años. También se dice que las mujeres que lo tienen carecen de menstruación, pero que a la vez son perfectamente fértiles. Una serie de condiciones muy beneficiosas, casi seres humanos perfectos.
Esta condición se suele dar, sobre todo, en personas caucásicas. Durante la pubertad, el tono se convierte en más oscuro. Pero el color de los ojos, aunque puede ser llamativo, no es lo más perturbador de esta historia. Por ejemplo, que a pesar de la tonalidad pálida de la piel, estas personas no se queman al sol.
Además, resulta que gracias a una mutación genética el envejecimiento se detendría alrededor de los 50 años, y supuestamente no es a partir de los 100 años de edad cuando estos individuos comienzan a parecer personas mayores.
El nombre de este desorden aparece en el siglo XIV en el Norte de Europa. Según cuenta la historia, el término se originó debido al caso de Alexandría Agustín, una mujer que nació en Londres en el año 1329. En el momento de su nacimiento, la pequeña Alexandría tenía los ojos azules, pero poco a poco el color cambió a violeta.
Pensaron que una bruja le hizo esto a su hija y se la llevaron al padre pensando que Dios podía devolverle el color de sus ojos.
Un sacerdote de la época afirmaba que este extraño caso no era obra del diablo -menos mal-, sino que tenía conocimiento de algún caso similar proveniente de Egipto, y Alexandría tendría todos los síntomas anteriormente descritos. El sacerdote les dijo que no se preocuparan y que la cuidaran. Alexandria paso a ser una joven bella, tuvo cuatro hijos todos con la mutación y murió a los 150 años por causas naturales y nunca enfermó.
Esta historia que podría parecer más bien un tema relacionado con la superstición y los temores sobre la brujería que sigue viva en la actualidad.
La leyenda dice que estos humanos provienen de Egipto de una luz extraña que brillo una noche sin luna, miles de años atrás , cuando salio la gente a verla desarrollaron la piel pálida y los ojos morados. Se les llamaba espíritus por su apariencia después mudaron al norte y no se volvió a saber de ellos.
Pero... Yo no estoy aquí para explicarte que es este síndrome.
De hecho, estoy aquí para narrar te una historia.
No el típico cliché romántico y empalagoso que encuentras en cualquier otra novela; tal vez puede que no tenga el feliz deseado o esperado, habrá sentimientos, habrá llantos, pero es lo que realmente sucedió.
La historia de la chica de ojos violeta, la que terminó enamorándose de aquel chico que tenía el nombre de un ángel caído, de aquel amor que ambos tuvieron.
Aquel romance, aquella pasión, aquel deseo, aquella esencia que ambos irradeaban con tan solo un simple mirar, la mirada que solo unos amantes comparten.
Un amor de lo más puro pero a la vez igual de caótico.
La historia de Violette Mévouilet y Raziel Nossard.
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Editado: 23.12.2023