Fire Island 1º Hasta que te conocí

Capítulo 5º Algo Inesperado

Brenda se da prisa, pues se ha entretenido mucho con ese nuevo amigo qué ha conocido en el parque y que no se le va de la mente

Coge su bolso y sale rápidamente hacia su trabajo, le gusta ser puntual y suele llegar siempre diez minutos antes.

Ella está muy feliz en el trabajo y le encanta su uniforme, ya no tiene tanto tiempo libre como antes, pero a ella no le importa, poco a poco se ha acostumbrado a esta vida.

—Buenas tardes Brenda—le saluda Alan.

—Buenas tardes, Señor Alan—le contesta Brenda

La hamburguesería está repleta de gente, al igual que todos los días, aunque los viernes y sábados es el día que más familias hay, sobre todo con los más peques.

—Hola Brenda, por favor esa mesa de diez personas, ¿Puedes ir? —Le dice su compañera que esta con mucha faena.

—Si, ya mismo les atiendo —le contesta.

Brenda se dirige hacia la mesa y les toma nota. Parece que va a ser una noche de mucho trabajo, pues no dejan de llegar clientes.

—Vaya noche, estamos llenos y es martes—le dice Dina

—Si, es cierto, hoy hay más trabajo que otros martes—le contesta.

Ha sido una noche de mucho trabajo que a Brenda se le ha hecho corta, ya que no ha parado desde que entró a las seis de la tarde.

Ha estado tan entretenida que se le ha pasado el tiempo volando.

De camino hacia casa, se ha parado en un puesto y se ha comprado un perrito caliente, que se come mientras camina hacia su apartamento.

Ya son más de las doce de la noche, está agotada, pero tiene que sacar a Otto.

Por fin está en su apartamento, como cada noche su perro la recibe, ladrando y subiéndose sobre ella y moviendo su cola continuamente.

—¡Quieto, quieto! me vas a tirar al suelo —le dice continuamente.

—Déjame que te ponga la correa y vamos al parque.

Es una noche fresca y Brenda coge una chaqueta de lana gruesa para ir bien abrigada, Otto también nota el frio y no tiene muchas ganas de estar en el parque, así que tras cinco minutos regresan al apartamento.

—Toma, a comer algo, ahí tienes agua fresquita.

Brenda se prepara una infusión de tila calentita y se va al sillón del salón, coge los apuntes y se pone a repasar.

Después de una hora, decide por fin irse a la cama a dormir, entra en la habitación y se pone su pijama beige. se mete en la cama y coge el libro de la mesilla continuando donde lo ha dejado la noche anterior.

A Brenda aun la cuesta mucho dormir a pesar de terminar todos los días cansada, se ocupa de la limpieza del apartamento, de las compras, de Otto, de ella misma, de sus estudios de periodismo y de su trabajo en la hamburguesería.

Pero, las noches para ella siguen siendo lo peor, la lectura es lo único que la acompaña, aparte de su querido pastor alemán.

Ya está medio dormida, cuando empieza a pensar en ese chico que ha conocido en el parque, del que tan solo sabe su nombre, pues toda la conversación a transcurrido sobre su hermoso perro.

No sabe dónde vive, si está estudiando o trabajando, pero piensa que no puede vivir tan lejos cuando va a ese parque.

Se ha quedado enamorada de esos grandes ojos verdes y de lo fijamente que mira a los ojos, esa voz tan suave, pero a la vez tan firme., de esa melena negra y rizada que le llega por los hombros.

Poco a poco viendo la figura medio borrosa ya de lucas se le van cerrando los ojos y por fin se queda dormida.

A la mañana siguiente Brenda se levanta temprano, se ha preparado un desayuno rápido, ha sacado a su perro al parque, se ha preparado y se dirige al supermercado.

Una vez en el supermercado se ha ido a la sección de carnicería para comprar un costillar, y un poco de ternera. Ha comprado un poco de verdura y naranjas para prepararse el zumo de cada mañana, y unas botellas de leche.

Al llegar al apartamento coloca los productos en el frigorífico, y se pone las zapatillas de estar en casa.

Hace un buen día y Brenda abre las ventanas del apartamento por donde se cuelan los rayos del sol y se pone a hacer la limpieza, mientras Otto esta tumbado en una alfombra en la cocina.

Va transcurriendo la mañana y coge los apuntes para llevar repasado el tema de hoy y corregir algunas notas.

Se ha preparado carne a la plancha con verduras, ya son casi las doce de la tarde, Brenda lo recoge todo. Sale un rato a pasear con el perro por el parque y se sienta en un banco, mientras Otto corre de un sitio para otro, ella le da de comer a las palomas.

Nuevamente sentada en el banco, no deja de pensar en ese chico y ella misma se pregunta ¿que estará haciendo? ¿lo volveré a ver?

De repente una sombra se acerca al banco donde ella se encuentra.

—Disculpa, ¿Me puedo sentar? —Le pregunta.

—Si claro, por supuesto. —le dice ella.

—Me gusta tu perro, es precioso—intentando entablar una conversación.

—Muchas gracias—le contesta.

Brenda se había dado cuenta de que ese perro era Turco, el perro del chico que había conocido en el parque, pero ¿quién sería aquella chica?

Un montón de preguntas rondaban por su mente, y la empezaban a atormentar, así que decidió llamar a Otto.

—Otto, Otto, ¡vamos! Venga nos tenemos que ir.

—Tú también, tienes un perro muy bonito—le dijo.

—Muchas gracias—le contesto Brenda sin más.

—Bueno, adiós—le dijo la chica despidiéndose

—Adiós—contestó ella fríamente...

Brenda y Otto se fueron alejando del banco y llegando al final del parque, cruzaron la calle y se dirigieron hacia delante, antes de terminar la avenida estaba el portal de su apartamento.

Por fin ya en el apartamento, se cambia de ropa, le deja comida y agua al perro y coge los libros para dirigirse a la universidad.

Brenda tiene el turno en la universidad de tres de la tarde a cinco de la tarde así puede compaginarlo con su trabajo de camarera, que comienza de seis de la tarde al cierre, normalmente doce de la noche, y al mismo tiempo poder manejar las cosas del hogar.




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