La próxima semana se acercan los primeros exámenes del curso.
Los nervios están a flor de piel, el profesor es muy estricto en las clases, quiere que todos sus alumnos estén en silencio y tomen apuntes. No es un profesor de repetir las cosas más de una vez.
Brenda se ha levantado temprano, para repasar los últimos temas, tomar nota, y ponerse a estudiar, quiere estar bien preparada y llevar todo el curso con buenas calificaciones.
Así que se prepara un café bien calentito, en su habitación tiene una gran mesa, su ordenador y el cuaderno de apuntes, todavía es demasiado temprano, no ha amanecido y Brenda enciende la lampara que está colocada al lado izquierdo de la mesa, al lado derecho tiene una foto de sus padres con ella, en la casa de la isla.
Siente frio, así que busca en el armario una bata y se la pone, se sienta frente el ordenador y comienza a estudiar.
Al cabo de un buen rato, decide recoger los libros, darse una ducha y preparar el desayuno.
Cada día se prepara un café con leche bien calentito y unas tostadas con su zumo de naranja.
Hoy es un día gris de lluvia y frio, así que se abriga bien y saca a su perro al parque.
Al regresar hacia su apartamento se encuentra con su compañera de trabajo.
—Hola Dina, ¿Cómo tú por aquí? —Le pregunta.
—Hola ¿qué tal? Voy a la floristería, a encargar unas rosas, hoy es el cumpleaños de mi madre —le contesta.
—Le gustaran, a mí me encantan las flores, soy una apasionada de ellas.
—A mi madre le gustan muchísimo, le voy a regalar también un perfume, así me la tengo ganada.
—Me parecen unos regalos fantásticos —le dice Brenda.
—Bueno y este es el famoso Otto—imagino.
—Si, este es mi fiel amigo, mi querido Otto.
—Es precioso Brenda, a mí me gustan, pero mi padre no quiere animales en el apartamento.
—¡Gracias! Dina, bueno nos vemos esta tarde —hasta luego.
—¡Hasta luego! Brenda ¡que tengas un buen día!
Brenda llega al apartamento, abre la puerta y pasa hacia el interior, se dirige a su habitación a quitarse la ropa y ponerse un chándal para estar en casa más cómodamente, además no va a salir más, hasta que no tenga que ir hacia la universidad y para eso le quedan muchas horas todavía.
Apenas son las once de la mañana.
Como cada día Margaret y Leonardo, han salido a hacer footing, a pesar de que el día es frio y cae una pequeña llovizna, a ellos les da igual, no cambian su rutina por nada del mundo.
Ya estamos en el mes de diciembre.
Las temperaturas promedio oscilan entre los 7°C de máxima y los 0°C de mínima. Los días son muy cortos (oscurece alrededor de las 4:30 pm).
Ya se van acercando las fechas navideñas, y con ello la ciudad cambiara.
La Navidad en Nueva York es mágica. Los estadounidenses se esfuerzan mucho decorando sus casas, las llenan de adornos y de luces, las ventanas, las puertas, los jardines, quedan realmente bonitas y lucen muchísimo, los neoyorquinos también adornan los escaparates de las tiendas y las calles con mucho empeño. La ciudad es siempre bonita, pero durante las navidades es un cuento de hadas. Todo es luz y color, todo es magia, disfrutan tanto los grandes como los más pequeños.
Margaret ya le ha dicho a Leonardo, que tienen que ir a patinar, este año todavía no ha ido, está deseando hacerlo, mas este año que esta con él, y sabe que disfrutara aún más.
Cerca de Times Square se encuentra Bryant Park, situado en 42nd Street, entre las avenidas Fith y Seth. La pista, situada en el medio del parque, es incluso más grande que la del Rockefeller que es otra pista de patinaje, donde hay que pagar.
Para patinar en Central Park también la entrada es de pago,
Bryant Park es gratuita y suele estar abierta de octubre a marzo, lo único que hay que pagar es el alquiler de los patines, es la preferida de Margaret.
Margaret está disfrutando más que nunca, es una chica muy alocada, le gusta vivir y disfrutar, y desde que comenzó a salir con Leonardo, no para en casa, nada más que para dormir.
Sin embargo, en este trio de amigos siempre unidos por una gran amistad y compañeros de universidad algo ha cambiado, Brenda, Dylan y Margaret, ya no comparten, pasar días juntos como antes, ir a la biblioteca a estudiar, tomarse unas copas en fin de semana., sus confidencias, ambos se lo contaban todo, no había secreto entre ellos.
Dylan ha perdido a sus dos mejores amigas, apenas las ve en clase cada día, los fines de semana, ni las ve.
Sabe que su primo Leonardo sale con Margaret, el mismo se lo ha contado todo, nunca ha tenido secretos con Dylan, incluso le pide que vaya con ellos, pero Dylan considera que molesta y que prefiere quedarse en casa.
Aparte de ir a la universidad, Dylan no sabe qué hacer con su vida, siente que es el chico más tonto del mundo, el más cobarde y que no le extraña nada que Brenda se haya enamorado de otro chico.
Él siempre ha estado a su lado, la ha acompañado en sus malos momentos, pero mostrándose como un gran amigo, mostrándole que lo tiene ahí para cuando lo necesite, para ser su apoyo.
Ya son las dos y media y Brenda sale camino hacia la universidad. hoy hace frio y está lloviendo, así que camina ligera para no empaparse ni llegar tarde.
Al llegar a clase se cruza con Dylan.
—Hola Brenda, vaya día de frio—le dice.
—Si, hoy apetece quedarse en casa—le contesta ella.
—¿Has estudiado algo? El temario es largo.
—Si, me levante temprano, estudio mejor.
—Bueno, ve a tu mesa, que entra el profesor.
—Sí, claro—le contesta el.
Son las únicas palabras que han intercambiado entre ellos.
La clase se hace pesada, el profesor está repasando todo el temario, al final de la semana, el viernes será el primer examen, nada más entrar, a las tres, es la noticia que les acaba de dar el profesor nada más finalizar la clase.