Llegan los últimos días de clase, antes de las vacaciones navideñas con ello, los últimos exámenes del primer trimestre.
Esa semana Lucas no ha aparecido a buscarla, y Brenda no sabe por qué, ni donde estará.
Ha estado muy ocupada estudiando para esos tres últimos exámenes que la quedan, pero en sus pensamientos siempre esta Lucas, es una cosa que no puede evitar.
También está preocupada por su amigo Dylan, el hace una semana que se marchó, no se presenta a los exámenes y no sabe dónde está, ni tan siquiera por que se ha ido de esa forma.
Tiene en su mente a dos hombres, a Lucas su amor pasional y que no la deja vivir, cada momento en su mente la lleva a recordar esos momentos, que pasan juntos abrazados el uno al otro, y esos besos apasionados tan vivos que queman, y Dylan su gran amigo, del que ha recibido tanto apoyo y compañía en los momentos más duros de su vida,
En estos momentos se ve sola, Lucas no aparece, Dylan no sabe dónde está, y su amiga Margaret esta con su amor Leonardo, ve en ellos una pareja muy unida, ve que se quieren y que pasan casi todo el día juntos.
Cuando se encuentra en clase con su amiga, esta le cuenta todas las cosas que comparte con su pareja, ir de museos, hacer footing, desayunar todos los días juntos, cenar en bonitos restaurantes, y eso le da a Brenda muchísima envidia, aunque se alegra de que a su amiga le vaya también con Leonardo.
No le gusta estar sola y menos estos días que se acerca la navidad, y va a estar sin sus padres, mira al cielo y habla dirigiéndose a ellos, esperando una contestación, pero solo obtiene ese silencio, esa paz, sabiendo que desde allí arriba esos dos ángeles la cuidan y protegen, la única compañía que tiene ahora mismo es a su querido Pastor Alemán, su querido Otto.
Van pasando los días y le llega la angustia, deseando saber cuáles son las notas de sus exámenes, esperando tener notas altas, ha estudiado mucho todas las mañanas, cuando se levantaba temprano para estudiar y repasar todos los apuntes.
Decide sacar al Otto al parque un rato, hace frio, pero en un rato tiene que irse a trabajar.
No se ve nadie por el parque, alguna persona al igual que ella, paseando con su perro, pero de repente a la entrada del parque ve a Turco el perro de Lucas, y detrás de él, la hermana de este.
La chica se aproxima a ella.
—¡Hola, que tarde más fría, pero tengo que sacar al perro!
—Si, hace mucho frio, pero tienen que salir, a mí no me queda más remedio.
—Yo no lo suelo sacar mucho, la verdad, siempre lo saca Lucas.
—Si, hace tiempo que no lo veo por aquí—le dice Brenda.
—Si, ahora está muy ocupado con el papeleo, su padre no le deja moverse del trabajo.
—Claro, lo imagino, el papeleo es muy pesado.
—Si, cifras y más cifras, mucho papeleo, pero él se maneja muy bien, es todo un experto.
—Mejor así no se le hará tan pesado—le dice Brenda sonriendo.
—Se le da muy bien, lo de manejar cifras, lo lleva muy bien como su padre, en cambio a mí se me da fatal.
—Bueno, ¡Te dejo! Que entró a trabajar a las seis.
—¡Muy bien guapa! ¡Que te vaya bien!
—¡Adiós! Tal vez nos veamos otro día, le dice Brenda.
Brenda regresa a su apartamento, deja a Otto con comida y agua en una manta de lana que le ha colocado en el salón para que no pase frio.
Coge su bolso y se va caminando hacía su trabajo.
Al llegar su compañera se está tomando un café.
—¡Hola Brenda, que frio! Ven acércate, te invito a un café.
—Si, me tomare uno, me vendrá bien ¡Gracias!
Ambas se quedan en la barra tomando el café Alan sirve unas cervezas en la barra, hoy no hay muchos clientes en la hamburguesería.
—Creo que hoy ...vamos a terminar temprano—les dice Alan a las dos chicas.
—Eli, tiene la cocina ya casi limpia, para las once, sí no hay nadie, cerramos.
La noche está muy fría y no se ve nadie por las calles, Alan y Eli, los propietarios deciden cerrar más temprano.
Brenda va camino de su apartamento, en su trabajo le han dado un perrito caliente y patatas fritas con una lata de coca. Cola.
Al llegar a su apartamento como cada día, la recibe su perro Otto subiéndose sobre ella y ladrándola de alegría, se pone muy contento al ver que su dueña ya está en casa.
Brenda se quita su abrigo, su gorro de lana, la bufanda y los guantes, y los deja sobre una silla en la cocina.
Abre la bolsa y saca su cena, y junto a Otto devoran el perrito caliente y las patatas.
Al terminar, lo recoge todo, va a su habitación, se pone su pijama y se acuesta, no tiene sueño, hoy es más temprano, nunca se acuesta a esa hora, así que coge un libro, le encanta leer.
A medida que transcurre el tiempo, viene a su cabeza nuevamente Lucas, ese ser, que la tiene intrigada, intranquila, impaciente por volver a estar en sus brazos, por tener ese roce con su piel, por fundirse en sus labios. Por fundirse en su cuerpo...
Y se pregunta...
¿Cuándo volveré a verlo? Echo tanto de menos sus manos sobre mi cuerpo... ¿Te vere pronto?
Al final entre esos pensamientos y preguntas, le van pesando sus parpados, que se le van cerrando lentamente, y cae en un profundo sueño, donde como siempre esta Lucas.