Kate es decoradora de interiores; de veinticinco años, una chica risueña y alegre que disfruta de una vida sin sobresaltos, tranquila y apacible.
Morena, de pelo corto y unos ojazos marrones impresionantes, una figura esbelta, con un trasero muy respingón.
Vive en Austin capital de Texas, es una ciudad del interior que limita con la región de Hill Country. Sede del emblemático campus de la Universidad de Texas, es conocida por la música en directo, que se centra en el country, blues y rock. Sus numerosos parques y lagos son populares para la práctica de senderismo, ciclismo, natación y navegación.
Austin no tiene playa, pero sí tiene Barton Springs, una piscina de agua de manantial cristalina, ubicada en el corazón de la ciudad, lo que la hace muy atractiva, El hecho de que el agua provenga de un manantial, hace que la temperatura se mantenga siempre entre los 20-23 grados, por lo tanto, Barton Springs está abierto durante todo el año.
Vive en una casa situada en Brookside ,tiene tres dormitorios, cada uno con baño completo en suite, cocina abierta con sala principal, una sala de cine bien equipada, una oficina con baño completo y cuenta con garaje.
En el exterior por la parte trasera cuenta con una zona de barbacoa y piscina, y un área de césped.
Dylan es un estudiante de periodismo que ahora ha abandonado su carrera por amor, y se ha trasladado a vivir lejos
Dos desconocidos que no podrían ser más distintos unidos por un destino y con un pasado similar.
Se verán empujados a aparcar las vidas que conocen y emprender un camino para el que ninguno de ellos está preparado.
Un viaje lleno de sorpresas, risas, mucha complicidad, Kate y Dylan deberán comprender que, solo trabajando en equipo y apoyándose el uno en el otro conseguirán encontrar aquello que buscan y llegar hasta el final.
¿Estarán listos para enfrentarse, al presente y al futuro?
¿Serán capaz de olvidarse del pasado, de olvidar esos nombres que todavía resuenan en sus mentes?
Kate atormentada quiere borrar de su mente a su exnovio Bratt, un chico de su misma edad, rubio de ojos azules, delgado y atractivo, que trabaja de Agente inmobiliario en Austin donde también reside, es presumido y coqueto y le gusta tener muchas amigas, últimamente solo hace que ellos estén de continuas peleas, con lo cual Kate ha decidido dejarlo y olvidarse de él, aunque está completamente enamorada y lo quiere, ya llevaban tres años de relación, que ahora ella quiere olvidar y dejar atrás.
Dylan por su parte quiere olvidar a Brenda, de la cual esta locamente enamorado, lo dejaría todo por ella, si ella lo buscara, pero ella, ni tan siquiera sabe que su amigo está sufriendo por ella.
Un amor que no ha sabido defender, por el cual no ha luchado, pero el cual quiere olvidar y dejar en el pasado.
Es un domingo cuando Kate ha ido de visita a Castroville, paseando por sus parques y senderos se ha sentado un rato en un banco, se está muy bien, lleva un libro y se ha puesto a leer.
Ese día como todos los domingos, Dylan ha ido a pasear por esa zona como siempre, se da una caminata de cuatro kilómetros y ve sentada, en un banco a Kate.
—¿Puedo sentarme? Si no es molestia— le dice.
—¡Claro, puedes sentarte! ¡Esta libre! y no molestas.
—¡Gracias! —Le dice, Dylan permanece callado.
—¿Eres de por aquí? Imagino...que si—le dice Kate.
—No, soy de New York, pero ahora estoy trabajando aquí en Castroville.
—¿Y tú? me doy grandes caminatas todos los domingos y no te he visto nunca, por aquí.
—Yo soy de Austin, a una hora y cuarenta y cinco minutos en coche, eso es lo que he tardado en llegar, con mi Mini Cooper SE.
—De, New york a Castroville, hay veintiséis horas, de coche.
—¡Vaya un trayecto muy largo! A mí me gusta conducir, me encanta ir al volante.
—¡Me llamo Kate! ¡Encantada!
—¡Encantado de conocerte, Kate! Mi nombre es Dylan.
—¿A qué te dedicas? —Le pregunta ella.
—Trabajo en un almacén de carnes, en New York estudio la carrera de periodismo, que ahora tengo un poco dejada, y pertenezco a un equipo de futbol americano.
—¿Y tú, estudias o trabajas? Kate.
—¡Vivo Sola! Soy decoradora dé interiores ¿Y tú, vives con alguien?
—En New York vivía con mi abuela, por circunstancias de la vida, ¡Aquí vivo solo! ¡Me las apaño muy bien!
—¿Conoces algún buen restaurante? ¡Hoy me quedare, a comer aquí! Y tú ya conoces la zona.
—¿Algún italiano, mexicano, o tradicional? ¿Qué tipo de cocina te gusta?
—¡Me gusta mucho la cocina italiana! ¡Me encanta la pasta!
—¡Entonces, té invito! a Luigi's ITALIAN RESTAURANT ¡Te gustara!
—No quiero ser una molestia ¡Para ti! a lo mejor tienes planes.
—¡Lo hago encantado! ¡Mi plan es invitarte a comer!
En esos momentos le salieron esas palabras a Dylan tan espontaneas, con tanta chispa y energía que... no se reconocía ni él.
Estaba tan a gusto con esa chica, que la compañía le parecía buena, aquella chica le parecía perfecta, aquellos ojos marrones, con los que a veces se cruzaba su mirada, le calaban muy dentro, le hacían sentirse, como hacía tiempo no se sentía.
A Kate, le había encantado conocer a Dylan, vio que era un chico educado, de temple relajado, educado, le gustaba ese corte de pelo con el flequillo a un lado, esa mirada angelical, y esa gran espalda, con esos fuertes brazos, y ese trasero tan resultón, en realidad Dylan le había gustado mucho.