Llegó el día, y el momento de salir para cenar, con la familia de Dina,
Brenda, se puso un pantalón de cuero negro, un jersey de lana blanco con cuello alto, unas botas negras, un abrigo, con un gorro de lana, guantes y una bufanda también en color negro, cogió su bolso y la bolsa con los regalos, y se dirigió a la puerta de la hamburguesería, que esos días estaba cerrada, hasta después de reyes.
Los dueños han decidido cerrar por vacaciones, y juntarse con la familia a disfrutar de estos días de fiestas navideñas, y así descansar.
Cuando Brenda llego, ya estaba allí toda su familia, le presento a sus padres, su hermana y sus abuelos y se dirigieron hacia un restaurante donde ya tenían mesa reservada, pues el día de navidad la gente sale a disfrutar con la familia y los restaurantes están llenos.
Rolfs German Restaurant, un pequeño local situado en Manhattan (Nueva York) con la mayor decoración navideña, por paredes y techo se forran con bolas, luces y musgo de Navidad para deleite de los comensales.
Brenda nunca había estado en ese restaurante y se quedó fascinada por tanta decoración alrededor de ella, parecía estar en un mundo mágico, llenó de colores, se sentía como una niña pequeña, descubriendo algo nuevo, regresando a su niñez.
La comida del restaurante es la tradicional cocina alemana, los padres de Dina son alemanes ella y su hermana han nacido en New York, hace muchos años que sus padres se vinieron a vivir aquí.
Cenaron carne de cerdo asada, pato, con judías verdes y pure de patata, choucroute con chucrut, salchichas, y trucha que pidieron los abuelos de Dina. Bebieron cerveza y agua.
Después del salir del restaurante fueron a The Chocolate Room , a tomarse un chocolate caliente, les apetecía para terminar ese increíble día de Navidad, Brenda lo ha pasado genial y se despide de su amiga y de toda su familia, han sido encantadores con ella, muy simpáticos y agradables.
Brenda se dirige a su apartamento, son las diez de la noche, de repente ve una sombra de espaldas cuando llega a la altura del portal, al darse la vuelta ve que es Lucas.
—Llamaba a tu timbre ¡Creía que estabas en casa! Mirándola fijamente a los ojos y cogiéndola de las manos.
—¡He salido a cenar con una amiga! Es Navidad y no te esperaba después de tanto tiempo, sin saber de ti.
—He tenido mucho trabajo acumulado, por estas fiestas navideñas ¡No he podido escaparme Brenda!
—¿Y ya tienes, menos trabajo? Le pregunta ella, esperando una buena respuesta.
—¡Tengo, mucho trabajo! Me es imposible escaparme en estos días, mi padre es muy estricto, le he dicho que me pasaba donde un cliente, que no iba a tardar mucho. ¿Tienes un rato?
—Si todavía, no es muy tarde, tengo un rato.
Lucas sabe de sobra, que tiene a Brenda en su poder, con solo mirarla nota que ella hace lo que él le pide, que ella no se niega a nada.
Brenda estaba deseando que ese momento llegara, ahora está aquí y no piensa perder ningún minuto de su tiempo, lo está deseando, está deseando que de nuevo el, explore su cuerpo.
—¡Bueno, sube al coche! Vayamos a mi apartamento.
Brenda sin decir nada, se sube al coche y nuevamente, como tiempo atrás se dirigen al apartamento de Lucas, allí harán todo tipo de delicias con sus cuerpos.
Al llegar al apartamento, Lucas toma las riendas.
—¡Ve, a mi habitación! Desnúdate y quédate sobre la cama, voy a por unas copas de vino.
Brenda entra en la habitación y comienza a quitarse la ropa, se queda completamente desnuda, sobre la cama esperando a Lucas.
El, regresa con dos copas de vino que deja sobre la mesita de noche, y comienza a desnudarse frente a Brenda, a ella le corre un hormigueo por todo su cuerpo, Lucas se tumba sobre ella, llenándola de besos intensos, paseando sus grandes manos por su cuerpo, entrando dentro de ella, una y otra vez.
Brenda se siente en el paraíso, se estremece todo su cuerpo, sentir a Lucas, lo desea una y otra vez más, ella no quiere acabar.
Lucas disfruta de cada palmo del cuerpo de Brenda, sus manos la palpan de arriba hacia abajo y luego vuelve con sus manos hacia arriba, no queda lugar en ella por donde no ha pasado Lucas.
Viven momentos de pasión, que llenan a Brenda de vibraciones, su cuerpo se entorna, y se estira, dejando las piernas abiertas, dejando su cuerpo libre para Lucas. Ardiendo enloquecidamente.
Lucas se levanta y se toma la copa de vino, le da la suya a Brenda, que la toma en su mano, y se la bebe, mirando fijamente a Lucas.
Ambos cruzan sus miradas, las de ella están llenas de gozo y picardía observando el cuerpo desnudo de él, frente a ella, la mirada de él, es más intensa, es de haber disfrutado de su trofeo, de un nuevo juego ganado al cuerpo de Brenda, de disponer y hacer de ella, lo que le dé la gana, y cuando a él le apetezca.
Ambos se visten y nuevamente Lucas lleva a Brenda a su apartamento, lo hace en su coche, recorren cinco avenidas, pero Brenda no sabe la distancia, ni donde se encuentra el apartamento de Lucas, el siempre corre a gran velocidad, a ella le parece que está cercano, pero él nunca le dice dónde
—¡Bueno, preciosa! No sé cuándo podre volver, pero no me olvido de ti.
—¡Espero, que no tardes tanto! Me dejas abandonada.
—¡Lo siento amor! Estoy deseando que pasen estas fechas ¡Nos vemos pronto, Te quiero!
—¡Yo también, te quiero! ¡Ven pronto!
Arranco su coche y se perdió en la madrugada.
A Brenda, le gusta esa palabra que ha escuchado de Lucas, por primera vez "Te quiero "y ella también es la primera vez que se lo ha dicho, desde el tiempo que esta con Lucas.
Lucas va victorioso en su coche, hacia su gran mansión, ya es madrugada y nadie le espera, ni su padre, ni trabajo, ni una visita a un cliente, tan solo le espera en su casa, su prometida con la cual está pasando las fiestas navideñas.