Fire Island 1º Hasta que te conocí

Capítulo 32º Miradas

Es sábado, Scott la noche anterior le ha propuesto a Brenda pasar un día juntos por El Brooklyn Bridge Park, el no sale desde que regreso de Sacramento. salvo a tomarse alguna cerveza cuando sale de trabajar.

Le ha gustado mucho Brenda, se siente muy a gusto con ella, otras chicas jóvenes de su edad están en las discotecas, disfrutando y pasándoselo bien, ve que Brenda ha madurado y estabilizado más su vida, por circunstancias que le ha puesto la vida.

El parque es conocido por sus jardines, sus senderos a lo largo del río y sus colinas ondulantes que te alejan del tráfico de la bahía. Pero lo que hace al Brooklyn Bridge Park realmente único es su vista espectacular sobre Manhattan.

Hay muchos campos de deporte, carriles para correr y pedalear.

El parque tiene zonas especiales y muy conocidas para hacer picnics.

A Scott le parece un buen lugar para hacer picnic y pasar un día tumbados sobre la hierba, llevar unos bocadillos y agua o hacer ejercicio y dar una buena caminata.

A Brenda le ha parecido un plan perfecto, así que se ha puesto su chándal azul marino y sus deportivas blancas, y a preparado unos bocadillos de cerdo asado, jamón, queso suizo, pepinillos encurtidos, y mostaza. Se tuesta en una plancha una vez que está hecho para que el queso se funda, de ahí su característica forma plana tipo panini y su jugosa textura.

Abajo se encontraba Scott, llevaba unos leggins negros, una sudadera negra a juego con las deportivas, y su larga melena la había recogido en un majestuoso moño.

—¡Hola, buenos días! He preparado unos buenos bocadillos.

—¡Perfecto! —¿Caminamos primero? O ¿hacemos footing?

—A mí me gusta más, hacer footing ¿Tu, que prefieres?

—¡Estupendo! Hacemos footing, lo prefiero también.

—Llevó los bocadillos en la mochila así, nos paramos luego en Bridge Park.

—Si, nos tumbaremos en la hierba, hace tanto tiempo que no voy, de adolescente iba mucho con mis amigos.

—Bueno, ¡Pues vamos allá! A ver quién resiste más sin parar.

—Quien llegue, el ultimo ¡Paga unas cervezas! Esta noche después de trabajar ¿Aceptas o no?

—¡Acepto el reto! Comienza la cuenta atrás tres, dos, uno... ¡Ya!

Ambos comenzaron a correr como poseídos por el diablo, iban surcando a los peatones que iban por la acera, sin mirar atrás, hicieron un largo recorrido hasta llegar al parque, ambos estaban exhaustos, sudando y con la boca seca,

Por supuesto, Scott gano a Brenda con diferencia.

—¡Uff ,como corres! No te he podido, alcanzar Scott.

—¡Estoy acostumbrado! En Sacramento hacia footing todos los días, dos horas.

—Yo, hace tiempo, que no hago deporte.

—¡Me debes, una cerveza! Hoy al salir del trabajo.

—¡Cierto, he perdido! Tengo que pagar.

Los dos llegaron casi a la orilla del rio, Brenda saco un mantel de cuadros rojo y blanco, coloco los bocadillos, enrollados en film y con un par de servilletas de papel.

—¡Que buena pinta tienen! ¡Huelen fenomenal!

—¡Espero que te gusten! Me enseño mi madre a prepararlos.

—¡Esta riquísimo! Y la carne en su punto, cómo a mí me gusta.

—¡Me alegro mucho, que te gusten! ¡Gracias!

Terminaron los bocadillos y se tumbaron sobre la hierba, mirando hacia el cielo azul, había gente en el parque y niños, pero Scott no escucha nada, solamente está en sus pensamientos, sumergido en un silencio, en una paz, hace tiempo que no se siente tan relajado, tras dejar su vida en Sacramento y haber vuelto a vivir con sus padres, esa idea le atormenta, se considera demasiado mayor, por eso ahorra, para vivir independiente.

Brenda también mira al cielo, pero ella solo ve allí a sus padres, el silencio también se ha apoderado de ella, el cansancio, sobre la hierba la ha relajado y los pensamientos fluyen, ella habla en silencio dirigiéndose hacia su madre primero, dedicándole unas palabras, después se dirige a su padre, al cual también le habla, sabe que ellos la están escuchando...

Scott se levanta y mira a Brenda que parece estar en otro lugar, en otro mundo.

—¡Vamos Brenda! Nos queda una caminata, para volver.

—¡Perdona, ya voy! Se esta, tan bien aquí,

—Ya, lo repetiremos otro día ¿Te parece bien?

—Si ¡Me parece bien! Hacía mucho que no me acercaba a este parque.

Brenda se levanta, recoge el mantel y lo introduce en su mochila, se la cuelga a su espalda, y comienza a caminar junto a Scott.

Llegan ya por la avenida, y se acercan al portal de Brenda.

—¡Bueno, nos vemos esta tarde! Descansa Brenda.

—Si, ¡Hasta luego Scott! Nos vemos en el trabajo.

Scott, siguió caminando por la avenida, hacia su casa.

Brenda llega al apartamento, allí esta Otto como siempre esperándola para cuando ella abre la puerta, echarse a sus brazos.

—¡Ya estoy aquí! ¿Vamos al parque?

El perro ladra de alegría, le encanta ir al parque, es un perro muy juguetón.

Pasan un buen rato en el parque, Brenda deja que su perro también disfrute de ese buen día sobre la hierba.

Una vez de regreso en su apartamento, Brenda se prepara un buen baño con sales minerales, se introduce en él y se queda totalmente relajada, la verdad, le encanta prepararse esos baños, con tanta espuma sobre ella.

¿Se está enamorando, Scott de Brenda? Solamente él lo sabe...

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.