Fire Island 1º Hasta que te conocí

Capítulo 33º Latido.

Ya era hora de dirigirse al trabajo, Brenda se puso su uniforme de camarera y una chaqueta de entretiempo de rayas, se recogió una coleta y se dejó dos flecos de pelo caer a cada lado de la cara, cogió su bolso y camino hasta llegar.

Entro en la hamburguesería, fue a su taquilla a dejar el bolso, se puso la diadema en el pelo y el delantal, y se puso a servir las mesas.

Ese día había dos familias celebrando cumpleaños, y la hamburguesería estaba muy animada.

Scott como cada noche está en la barra, sirviendo las bebidas que le piden las camareras, con una gran sonrisa. Le brillan los ojos cada vez que mira a Brenda, caminar contoneando su cuerpo llevando la bandeja, esa chica de gran melena pelirroja y ojos azul cielo, le está robando el corazón.

Al terminar Brenda recoge las mesas junto con su compañera, ella decide barrer todo el salón y Dina comienza a fregar, mientas tanto Scott sale a tirar la basura a la parte trasera del local.

El señor Alan y su esposa, ya se han marchado a casa, es Scott, quien se encarga de cerrar el negocio cada noche.

Dina termina, coge su bolso y se despide de ambos, hasta el día siguiente.

—Bueno ¡Me debes una cervecita! —Le dice sonriendo.

—¡Claro, vamos! Te la debo, no pienses que no te la voy a pagar, yo lo que digo, lo cumplo.

—¡No lo dudo! —Me pareces una chica cumplidora.

Pasan al bar de la esquina, y se colocan, nada más entrar en la barra.

—¡Dos cervezas, por favor! ¡Bien frías!

—¡Enseguida! —Le contesto el camarero ¡aquí tienes!

—¡Gracias! —Contesta Brenda.

Se toman las cervezas en la barra y charlan sobre los cumpleaños en el trabajo, de lo bien que se encuentra Brenda en él, de sus estudios, de sus notas, de su casa en la isla de Fire Island, donde Scott le sugiere la idea de ir un fin de semana, a conocer esa zona, de la que ella le habla y que le parece tan interesante.

A Brenda le parece bien Scott, le parece un chico amable, divertido, con el que tiene muchas cosas en común, además es un buen compañero de trabajo, por supuesto lo ve atractivo y con mucho encanto, pero ella ya tiene su corazón ocupado por Lucas, no piensa en Scott como otra cosa, simplemente como en un buen amigo.

Ambos amigos se toman la cerveza y se despiden, hasta el día siguiente, deseándose las buenas noches.

Brenda se dirige hacia su apartamento, cuando de repente por detrás le aparece Lucas sin avisar.

—¡Pero bueno, que susto! ¡No puedes aparecer así!

—¡Sorpresa! ¿No te gusta, que haya venido?

—Si, pero ¡Puedes avisar! ¿No te parece Lucas?

—Bueno... ¡Perdóname princesa! No quería asustarte, solo darte una sorpresa, pensé que te gustaría.

—Y me gusta, que vengas...pero no de esta manera ¡Me asusté!

—¡Venga, sube al coche! ¡No puedo, estar sin ti!!

Brenda, ni se lo piensa, ya es tarde, es casi la una de la madrugada, pero sin dudarlo se sube al coche, agradece que Lucas se haya presentado, cada día piensa en él.

Al llegar al apartamento de Lucas, ambos sin pérdida de tiempo se dirigen a la habitación y empiezan a despojarse de la ropa, mientras sus manos fluyen sobre sus cuerpos, ambos recorren el cuerpo el uno del otro, ambos tienen sed de pasión.

Caen en la cama ya desnudos, donde Lucas toma el control y la hace suya, la explora, entra en su interior, Brenda goza de placer, le gusta sentir las manos de Lucas en lo más íntimo de su cuerpo, él se frota sobre ella, rozando su parte más viril, sobre sus pechos, llegando a la altura de sus labios.

Brenda disfruta de cada sensación que experimenta su cuerpo y se contonea, como si de una culebra se tratara, dejando que Lucas haga con ella, lo que quiere, ella lo desea y esas noches entre sus brazos y surcando sus cuerpos, esos labios que se juntan y se saborean entre sí, la llenan a Brenda de un placer que no puede describir, ella lo siente dentro y le gusta.

Lucas disfruta cada noche de pasión con ella, la posee más de una vez, ya ha descubierto cada palmo de su cuerpo, la ha explorado una y otra vez, se ha introducido en ella, se conoce muy bien sus partes íntimas y también le ha ofrecido las suyas, la ha visto gozar, dominada por sus abrazos, por sus caricias, por sus besos.

Al terminar ambos se visten, y Lucas la acerca hasta su apartamento, ya son las cuatro de la mañana, la deja en el portal, se despide y desaparece nuevamente.

Brenda no volverá a saber de él, hasta que el no regrese, le quería decir, que se venga a vivir con ella, pero al final no ha podido, Lucas, no ha separado sus labios de los de ella, en ningún momento, la a saboreado de una manera intensa.

Brenda se pone el pijama y se mete en la cama, esta madrugada no va a leer ningún libro, se queda fijamente mirando el techo, se queda pensando en la madrugada que ha pasado con Lucas, y en sus dulces besos, sus suaves manos, su jugoso cuerpo...

 




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