Flor de forja

Capitulo 4

Los pensamientos de Ao.

— Hola, bien día. Mi nombre es Ao — dije tratando de mostrarme alegre.

Hana se giró rápidamente en mi dirección y así nos pusimos frente a frente, me acerco un poco más a ella relajando mi cuerpo para no verme tenso. Quería mostrarme como alguien alegre al disculparme, así que hago todo este teatro.

— Hola, soy Hana — dijo a la vez que permanecía tensa y nerviosa.

— Verás, quería disculparme por causarte molestias durante la mañana debido al problema que tuve con el otro chico.

— ¿Eh? Si, no hay problema — relajo un poco los hombros —. No fue nada, era mi deber como guerrera.

Ahora parece menos tensa, pero siento como sigue en guardia, aunque no lo parezca, puede que la haya tomado por sorpresa al salir tan repentinamente de la nada, ¿debería disculparme también por eso?

— Gracias, eso era todo, lamento molestarte.

— Me tengo que ir, nos vemos — me ve fijamente a los ojos con una mirada feroz.

Tal vez si este molesta nuevamente, pero no importa mucho. No cedo ante su mirada, hasta que ella la aparta segundos después y de marcha por un largo pasillo, fue algo raro hablar con ella. Se mantenía en guardia lo más discreto que podía, puede que solo sea una costumbre de la clase azul, por algo los consideran la elite, siempre listos para combatir. Ya que aún no cerraba mi conexión con el maná del entorno, pude sentir a Kon acercarse a mitad de la conversación.

— ¿Sucede algo? — Le pregunté.

Él también me estaba viendo de manera extraña, algo no tan propio de él, por lo que me preocupe, tal vez tenga algo en el rostro o en realidad soy tan feo que los espante. Lo dudó ya que Kon nunca se muestra así.

— No vuelvas a saludar con una sonrisa, das miedo — dijo aterrado.

— ¿Qué? — me quede atónito — Perdón por ser tan feo.

— ¿Bromeas? Eres un increíblemente guapo, tanto que si fuera mujer estaría detrás de ti cazándote y uniendo nuestra vida desde las sombras.

— Me das miedo a veces, Kon — dije a la vez que me alejaba.

— ¡A donde vas! — grito — Era broma igual, ese no es el punto. Cuando tratas de sonreír muy alegremente das miedo, no es lo tuyo.

— Así que es eso, ya me lo habían dicho antes, aunque tú nunca me lo dijiste.

— Nunca te había visto sonreír, además si ya te lo habían dicho entonces, ¿por qué lo vuelves a hacer? — Se cruzó de brazos y se acercó más — No, la verdadera pregunta es, ¿ella te gusta?

— No — respondí serio, y empece a caminar.

Seguimos charlando mientras caminamos hacia el aula de magia, aún faltaban algunas otras clases antes de culminar el día. Supongo que después de todo Hana hizo gestos raros por mi sonrisa, no volveré a sonreír.

Finalmente, las clases terminan, Salgo junto a Kon del aula y ambos nos dirigimos a nuestros respectivos hogares. El día de hoy no nos quedamos a practicar después de clases, y el señor Guths me dio la semana libre de entrenamiento, así que puedo ir a ayudar a mi padre en la herrería. Entro por la puerta de la casa, me estiro y sigo caminando por un corto pasillo que lleva al interior.

— Ya he vuelto — dije sin esperar respuesta.

— Buenas Ao, ¿cómo te fue?

La chica que me acaba de hablar es mi hermana menor, Aoi. Aunque se supone que ella debería estar en la academia de magia a esta hora. Por un momento pienso en reprenderla, pero más bien sería una broma, si está aquí es por algo, después de todo nadie ama esa academia tanto como ella.

— Por cierto, papá me dijo que no fueras a la herrería hoy, que te daba el día libre; y si se te ocurría ir, no te pagaría por un mes.

— ¡Bromeas! Ahora no tengo nada que hacer — dije desesperado.

— ¿Por qué no sales con Emma o Kon?

— Kon estará ocupado esta semana y Emma igual — respondí —. Por cierto, ¿no deberías estar en la escuela?

— Salí antes — dijo y se encogió como bolita.

— Comprendo — asentí con la cabeza.

Aunque se me sigue haciendo raro, ya que ella suele quedarse hasta tarde en la escuela. Además, si mi padre le dejo un recado es porque lo vio antes de que este se marchara, y él se va temprano. Tal vez nunca se fue, pero seré comprensivo, porque ella puede tener sus motivos para no ir, lo mejor es no indagar de más.

Me despido y camino hacia mi habitación, entro y cierro la puerta, dejo caer mis cosas en el suelo mientras observo el acogedor diseño de esta, Me tiro en la cama y aprovecho par descansar, en los últimos días no había tenido alguno debido a la herrería. El imperio Llygredd, el más grande del continente; se encuentra al noreste de la ciudad, durante los últimos meses se ha estado adentrando de más en nuestras fronteras, por lo que se piensa que están movilizando tropas para declararnos la guerra y tomar la ciudad. Zare es un punto estratégico en el mapa para el comercio, además de ser una ciudad independiente a algún reino.

Así que la armada de la ciudad hizo un gran encargo de armamento a mi padre, para prepararse. En el peor de los casos de que se desate la guerra, puede que envíen a los combatientes de la clase amarilla y azul de la academia al campo de batalla, por esa parte estoy salvado, aunque Kon no. Solo en el peor caso de que la armada se quede sin tropas, ya que el imperio nos supera totalmente en número. Puede que la razón por la que no han atacado sea un miedo a la gran "Mizuni", la diosa de Zare.



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En el texto hay: conflictos, magia acción, academia combate

Editado: 12.05.2022

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