Esas palabras que calaron
En lo más hondo de mi ser.
Esas palabras que causaron
Toda mi falta de poder.
Me envenenaste fríamente
De una manera muy lenta.
Un veneno que no mata
el cuerpo, si no el alma.
Y sentí que me ahogaba.
Mis oídos sangraban.
Que lentamente caía
En un abismo que desesperaba.
No encontraba el antídoto
Que sanara mi juicio.
No existía la forma
De curar mi alma.
Pero yo no sabía
Que me regeneraba.
Que era cuestión de tiempo
Que mi mente cambiara.
Aunque llena de cicatrices
Yo quedara,
Era fuerte, tan fuerte
Que sorprendida quedaba.
Editado: 26.08.2021