Quité toda discreción de mi persona.
Me hice visible a todos.
Encubé una esperanza
Que estaba naciendo de a poco.
Desperté de mi sueño profundo.
Fui segura con mis acciones.
A aquellos bastos renglones
Les di un oportuno uso.
Dije todo lo que sentía,
Mostré cada pensamiento.
No importaba si no era bueno
Pues me trajo mucha alegría.
Y sentí que merecía
Total felicitación.
Era dueña del día
Y de la noche, ¡qué bendición!
Editado: 26.08.2021