Sara
─Espera un momento ¿Cómo que terminaste con Mario? ─. me pregunta Miriam con asombro en su rostro ─ ¿Por qué?
─ ¿Cómo que por qué? Después de la bofetada que me dio las cosas no iban a estar como si no pasara nada.
─ Estas exagerando amiga.
─ ¿Exagerando?
─ Pues sí, estaba tomado y no estaba consciente del todo ─. Me responde de lo más tranquila mientras bebe de su café ─. además, nunca te ha pegado y hasta te trata como toda una princesa.
─ A ver Miriam, eso no lo justifica, además todavía se hizo la victima en su intento de disculparse ─. Y no hay mentira en mi comentario, Mario se “disculpo” pero al final termino echándome la culpa otra vez.
─ En serio lo siento princesa ─. me dijo Mario ─. Pero me ganaron los celos sin contar que estaba pasado de copas.
─ Pero no debiste porque bofetearme
─ Lo se lo sé, pero es que también no ayudas
─ ¿Qué?
─ Pues sí, últimamente has estado vistiendo mas provocativa y eso hace que todos te volteen a ver
─ ¿Estás diciendo que es mi culpa entonces? ─. Pregunte con algo indignación.
─ No estoy diciendo que sea tu culpa, pero también no provoques a la gente y ni a mí con tu comportamiento
─ Entonces ¿Ese es tu intento de disculpa? ¿Decir que tu actitud es por mí?
─ Pues si nena
─ No chingues Mario, mejor te hubieras ahorrado tus disculpas si al final me ibas a culpar a mi ─. Le conteste en un tono molesto ─. ¿Sabes qué? ¡Terminamos!
─ ¿Qué? No, no, no, nena no es para tanto, además ya me disculpé ¿Qué más quieres?
─ ¿Disculparte? ¿Ah eso le llamas disculpa?
─ Lo siento, soy un idiota ¿qué más quieres que haga?, si quieres me hinco o cualquier otra cosa, pero por favor nena, no me hagas esto, por favor ─. Me imploro mientas sujetaba mis manos.
─ No Mario, entiende, lo que hiciste no tiene justificación ─. Le respondí mientras quitaba mis manos de las suyas
─ Esta bien, respeto tu decisión, pero eso no quita que aun te ame y no importa que haga, pero hare que regresemos y me perdones, eso te lo aseguro nena
─ Aun así, cariño, te estas tomando las cosas muy apecho ─, me dijo Miriam
─ Bueno y tú de qué lado estas entonces
─ Obvio que del tuyo, pero piensa bien, un chico como Mario no vas a encontrar
─ Lo que digas ─. Fue lo único que le dije para ya no seguir con la conversación.
─Por cierto, el árbol de Jacaranda está floreciendo muy lindo eh─. Me dijo
─Lose, en esta temporada es cuando florece muy lindo─. Le conteste mientras miraba el árbol que estaba en la parte trasera de la casa ─. Lo mejor es que da sombra y el clima se siente fresco
Siempre me ha gustado este árbol, desde que era pequeña me gustaba subir, aunque eso implicaba el regaño de mis padres, además la vista se veía mejor desde mi habitación porque todas las hojas y ramas se veían desde la ventana.
Ulises
─ Wow, que casota ─. Le dije a don Jorge.
─Si muchacho, en esta casa vive puro ricachón
Don Jorge es mi padrino de bautizo, pero también ha sido vecino y amigo de mi familia desde hace mucho tiempo, desde que era morrillo él y mi papá me enseñaron varios oficios como la jardinería, plomería, también me llevaban de chalan a las obras y me enseñaron carpintería y otros oficios.
─Pues si desde lejotes se ve ─. había venido para ayudarle en la jardinería ya que estaban solicitando su servicio y necesitaba de un ayudante─. Algún día también tendré una casa como esa.
─Pues échale ganas mijo que las cosas no se ganan fácil ─. Me respondió mientras me daba palmadas en el hombro─, Ándale bájate las cosas en lo que toco para que nos abran
─ Si, si ya voy.
Después de que nos abrieran nos llevaron al jardín de la casa y empezamos a trabajar. La casa tenía un árbol de jacarandas y estaba bien bonito, las hojas que le estaban creciendo le daban más vida al jardín.
─Chingada ma… se me olvido la botella de agua
Ya llevamos rato trabajando y el sol estaba algo fuerte por lo que quería tomar agua, pero me di cuenta que no había traído mi botella.
─ Vete a la cocina y que te regalen un vaso y de paso trae un vaso a mi
─ ¿Y si no quieren?
─ Mijo, un vaso de agua no se le niega a nadie, Ándale ve.
La cocina conectaba con el jardín por lo que no fue necesario entrar hasta dentro
─ Disculpe ─. toque la puerta de vidrio de la cocina y ahí estaba una señora ya mayor ─. Será que me pueda regalar algo de agua para tomar por favor
─ Claro que si joven, déjame darte una jarra