Beautiful Boy
John Lennon
𝐍𝐢𝐜𝐨
—¿Y si desayunamos pizza con chocolate?
—Eso no es un desayuno, Aurora
Volteé los panqueques y vertí más mezcla en la otra sartén para hacer más. Tomé dos del tazón y los puse en un plato para Aurora. Los cubrí con miel y partí algunas fresas y arándanos para acompañarlos.
—¿A la próxima puedes hacer uno de princesa? —dijo cuando dejé los panqueques frente a ella.
La miré con las cejas fruncidas y me planteé si era capaz de revolver una mezcla para que saliera una princesa de ella. Definitivamente mi talento culinario no daba para tanto.
—Creo que es mejor si te imaginas que el panqueque tiene forma de princesa. —Le pellizqué la mejilla con los nudillos y ella sonrió con los labios brillantes por la miel.
Tenerla en mi vida era como una luz, incluso su nombre significaba eso: amanecer. Era un nombre que resaltaba la luz y la esperanza, y fue justamente lo que llegó a provocar en mi vida.
Después de meses estando perdido, meses de agonía, llegó la noticia de que sería padre. Y aunque en el momento lo vi como una amenaza a mi vida o a mis sueños, en el fondo estallaba de felicidad por tener a una pequeña italiana horneando pizza conmigo en las tardes de verano en Varazze.
Lastimosamente, esa fantasía no se pudo dar allá. Habíamos compartido las tardes horneando pizza, claro, pero desde una cocina viendo los enormes edificios de Manhattan por los inmensos ventanales del apartamento. Pero en parte no me quejaba. Italia no mostraba buenos recuerdos para mí en ese momento, y aún le seguía guardando cierto rencor, sobre todo a las personas que me dañaron allá. Pero tenía la esperanza de volver en algún momento, cuando esos recuerdos, sobre todo el que más me molestaba día tras día, desapareciera, y así podría visitar de nuevo a mi familia, sentir el verano, la playa y la comida que tanto extrañaba.
La puerta principal sonó cuando alguien tocó por afuera y yo saqué los últimos panqueques de la sartén antes de abrir. Baker apareció con una caja de donas al otro lado y con una expresión de diversión.
—¿Te molestas si le doy una dosis de azúcar a tu hija?
—¿Quieres que me destruya el apartamento?
Baker rio y me dio una palmada en el brazo cuando le di espacio para que entrara.
—¡Tío Jacob!
Aurora le abrió los brazos sentada en el banquillo para abrazarlo.
—Tío Jacob trajo donas de distintos colores. —Le dio un beso en su dorado cabello.
Los vi husmear dentro de la caja de donas como dos niños y negué con la cabeza, sonriendo. Quedé al otro lado de la isla y llevé un trozo de panqueque a mis labios antes de hablarle al oficial.
—¿Qué haces rondando por mi casa tan temprano?
—Tengo información.
La felicidad se evaporó cuando la intriga pasó a formar parte principal de mis pensamientos. Sabía de qué información hablaba, y aunque no era correcto para ninguno de los dos hacer lo que estábamos haciendo, si estaba aquí era porque tenía algo importante.
—Stellina mia, ¿te importaría ir a mi despacho y buscar una carpeta roja en la biblioteca? —le hablé a Aurora.
—Claro.
Aurora se bajó del banquillo y corrió a mi despacho. La única manera de distraerla era que buscara algo que no existía, así pasaría rato ahí dentro. Esperé a que la puerta de mi oficina se cerrara y me giré hacia Baker.
—¿Qué encontraste?
—Primero, esto no puede salir de aquí porque estoy incumpliendo con mis reglas al filtrar información...
—Ya lo sé, habla de una vez.
La actitud de Olivia el viernes me dejó más inquieto de lo que ya estaba. Ver su expresión de neutralidad fingida para ocultar su temor o nerviosismo no me daba una buena espina, y tal vez Baker me lo podía confirmar.
—Fuimos a su apartamento para hablar con ella, pero fue... extraño. Ambos actúan muy extraño, sobre todo, el chico.
—¿Es el mismo que la acompañó?
—Logan Miller, sí. Investigué un poco sobre él y tiene un expediente limpio, lo cual es aún más extraño. No parece una persona que tenga un expediente limpio. —Le dio una mordida a la dona, como si no estuviera hablando de algo serio—. Estuvo intentando esquivar nuestra intervención, así que tuve que darle la excusa de que otro ataque había pasado y teníamos el deber de investigarlo. Pero es extraño el poco interés que mostró por la seguridad de ella.
Era como si tuviera la certeza de que teniéndola adentro de ese apartamento podía protegerla, pero ¿protegerla de qué? No creía que nadie presentara una amenaza para Olivia, pero él... Él tenía algo, y no me gustaba lo que pensaba sobre eso.
—¿Y ella?
Logan no me interesaba. Bueno, sí, si hablábamos sobre que era el causante de los problemas de Olivia. Pero me importaba más ella.
—Con ella... Bueno, hablamos con el portero para revisar las cámaras, y las grabaciones de esa noche no estaban. Él dijo que las cámaras solían fallar a veces y...
—Ya, ¿y van a fallar el mismo día del accidente? Ese cuento no me lo creo, Jacob.
—Bueno, no te hagas historias aun, Bianchi, que eso no es la peor parte.
¿Cómo? ¿Había algo mal en la historia?
—El portero dijo que ella toma medicación, antidepresivos y no sé qué más. A veces suele drogarse y se autolesiona, así que hay una posibilidad de que las heridas que viste y la que atendiste ese día, sean causadas por ella misma.
Me quedé inmóvil cuando escuché las cosas que salieron de su boca. No era posible, ella no lucía como alguien que hiciera esas cosas. ¿Qué tanto había sufrido para llegar a esos niveles? ¿Quién la había hecho sufrir tanto? ¿Por qué?
—No, eso no es verdad.
—¿Por qué estás tan seguro?
—En su expediente médico no aparece ningún medicamento que ingiera actualmente.
—Tal vez no está registrado y se automedica.
Podía ser una opción, pero algo me decía que ella no lo haría. No sabía por qué lo pensaba de esa manera, pero prefería aferrarme a esa idea que a pensar que ella se hacía daño por motivos terribles.
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Editado: 05.11.2024