Y si todo tu sistema de creencias, con el que te has definido hasta este momento, se derrumbara de la noche a la mañana ?
- Lucifer cayó precisamente por qué quiso reinar en la tierra, por qué quiso reinar entre los humanos. Tu padre perdió todo Yahveh, su reino, su vida, su hijo y hasta el permiso supremo de existir, por seguir ciegamente su ambición de extender las sombras hasta el planeta Tierra.
Dice una voz suave y firme, proveniente de un hombre con mirada transparente y misteriosa, delgado en contextura, inmenso en sabiduría, vestido solamente con una túnica roja y amarilla, distintivas de su tradición. Kâla Lama se encuentra en la quinta década de su vida humana y está sería su mil ciento onceava encarnación, más de un billón quinientos cincuenta y cinco mil millones, cuatrocientos cincuenta mil años lumínicos para ser exactos en total de su existencia, su trabajo ha sido silencioso, casi imperceptible, pero su constancia y paciencia a través de todos estos años y todas estas vidas, lo han preparado para este momento. Se encuentra sentado en una banca que él mismo ha designado como tal, pero que cualquiera a simple vista diría, que es un tronco de árbol caído de hace cientos de años de aquel nostálgico parque que ha visto transformarse una y otra vez a través de todas sus encarnaciones, más cemento, menos árboles, pero igual de mágico y poderoso, Changtang sigue siendo una vasta y hermosa reserva natural de china, cercana al Tibet, a su siempre hogar y el lugar acordado para aquel fatídico encuentro.
- Que clase de Hijo sería, si no siguiera los pasos y el legado de mi padre, Anciano de los Días?
Estas palabras son pronunciadas en un tono grueso y grave, más un gruñido que una voz, que va desperdigando pestilencia y veneno con cada pronunciación.
Todas las criaturas en el bosque corren espantadas en busca de refugio, un hueco en un árbol para la serpiente, una madriguera para el búho, la cima de un bamboo para el antílope, el interior de un tronco roído y enmohecido por el tiempo para un yak salvaje, cualquier lugar es bueno, para huir de la ponzoñosa boca que va acabando con todo lo verde que le rodea. El Sin Forma, lleva un extraño recipiente como cuerpo, piel en vez de carne y garras en lugar de manos, aunque intenta disfrazarse y camuflarse entre la raza humana, la vastedad de su no forma, lo hace imposible. Camina con pasos silenciosos y letales hacia el anciano, como si la misma muerte hiciera parte de sus patas y le ayudara a succionar la vida con cada paso que da.
Se para justo en frente del anciano, se podría contar la distancia con las ramas caídas de los árboles después de que uno o dos chimpancés se balancearan en ellas o con las flores que cayeron para hacerle un camino acolchado al anciano amado de sus días. Pero nadie cuenta, todos callan, observan, esperan.
- Uno sensato que reina donde y a quien debe, respeta su origen y jerarquía
Un silencio abismal envuelve el bosque, nada respira, nada emite sonido alguno, todos lloran la pérdida, de aquel que tanto les ha dado y con el que tanto han compartido, el bosque sacude sus hojas, sus frutos caen, intentando llegar a tiempo, pero aunque se partiera en dos desde el núcleo mismo, no habría nada que pudiera hacer para salvar a aquel insensato anciano, lo único que queda, es abrazarle permitiendo que por un entrelazado de hojas le llegue uno que otro rayo de sol o que sus mariposas le besen los cachetes, recordandole que no está solo, que aun hay tiempo, que no es su hora.
Un escalofrío recorre la médula ósea del Anciano y a su vez la del bosque, es consciente de que hizo enojar al Sin Forma, pero solo ruega para ser lo suficientemente rápido, antes de que una catástrofe acabe con él y con su bosque amado.
- Lama, vives siendo presa, en un mundo de depredadores, humanos que nacieron condenados a ser derrotados por ellos mismos y por sus linajes. Generaciones de ellos enfermos, unos tras otros caen como cucarachas, aplastados por sus acciones. Vine por tu respuesta y por la razón por la que mi padre fue derrotado, no por consejos, incluso en este asqueroso planeta, tu vida sigue estando a un chasquido de mi boca.
Sonríe sombríamente, si es que sonrisa se le puede llamar y el bosque deja de respirar por uno, dos, tres segundos, hasta que el nacimiento de un buitre, le devuelve el aire.
Kâla Lama inclina su cabeza hacia atrás, recibiendo un pequeño rayo de luz que llega a través de un entretejido de hojas, respira el aire que le llega a los pulmones profundamente y agradece a la mariposa que se ha posado en su rostro, tan delicada caricia. Se levanta con movimientos decididos, sabe que es hora de marcharse, pero... y si espera un poco más... solo unos minutos más... y tal vez... solo tal vez... tendrían su ventaja.
- Yahvé... Mi respuesta es mi existencia y el lugar que habito, no ha cambiado en miles de vidas, no cambiará ahora. ¿Aún quieres la respuesta de tu padre?
- Por ella vine no es así ?
El sin forma gruñe y alcanza a la madre del pichón; Esta se arriesgó a salir de su escondite para proteger a su cría que acababa de salir del cascarón, pero pierde poco a poco su color, el orificio de sus ojos ahora está vacío, del pico salen sombras, espesas como una brea, su cuerpo cae del nido y se precipita a la tierra, cuando su pequeño cuerpo toca el suelo, ya no tienen color sus alas, ni su pecho.
El Anciano observa el lugar desde el que la madre cae y luego mira a la criatura que camina hacia a el.
- Es sencillo... Mucho más de lo que cualquiera llegaría a creer, tu padre menosprecio el verdadero poder de la humanidad. Olvido los cimientos de su permanencia, tu padre olvidó que los seres humanos son una mezcla entre lo más perverso y lo más puro y limpio que ha existido en todos los universos, pero lo que le aseguró su caída, fue olvidar que todos y cada uno de ellos, tienen potestad sobre sus decisiones.
El Anciano comienza a caminar, dándole la espalda al Sin Forma, se dirige al cuerpo que yace sin vida en la tierra, se agacha y siente como las sombras se acercan poco a poco, recoge el cuerpo sin vida de la madre del pichón, lo guarda en su túnica, sabe que dejarlo allí, sería condenar el bosque entero a la perdición.
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Editado: 09.03.2025