Los siguientes días fueron agotadores para Matthew. Eran ya seis días que iba con el director Thorne quien le enseñaba a usar su Liber Mortis. El último día habían avanzado mucho, Matthew ya era capaz de usarlo sin pensar en hacerlo.
—Hoy te llevaré a un lugar especial señor Crowne — Decía con su característico cigarrillo — Iremos a dónde comenzó todo.
—¿Dónde todo comenzó?— decía curioso — ¿Se refiere al límite sombrío?.
—No señor Crowne. Es un lugar distinto, algo lejos del Límite Sombrío y del internado. Hasta podría decirse que de Apocrypha.
Caminaban sobre escalones creados por Thorne, iban de una isla a otra. Cruzaban una isla llena de unas estructuras triangulares muy parecidas a las pirámides Mayas. Un intenso bosque cubría la mayoría del lugar. Matthew sentía cientos de miradas sobre ellos y sonidos extraños invadían el lugar.
—Allí señor Crowne— señaló adelante— Allí inició la pesadilla. Allí inició el fin de una era lejana.
Entre la maleza sobresalía una puerta cubierta de musgo y hierbas. Era de color gris y carecía de perilla.
—¿Hacia donde lleva?— preguntó Matthew al ver que atrás no había nada, solo el vacío.
—No lo sé. Solamente el usuario de Liber Mortis puede acceder a ella. Tu padre jamás contó que había al otro lado pero después de ir cambió para siempre— Thorne encendió otro cigarrillo — Dime ¿Podrás entrar?.
Matthew se acercó a la puerta, puso su mano sobre ella. Lograba sentir un lejano sonido, parecido a un latido muy tenue, casi al borde de la muerte.
—Entraré— Dijo convencido— ¿Qué peligros habrá al otro lado?.
Thorne trago saliva, se veía nervioso. Su mirada estaba intranquila, algo ocultaba.
—Tu padre encerró allí a Ymir y Alexei—Dijo con un ligero tono de miedo— Será un viaje largo y trata de no llamar la atención de los dos.
—¿¡Entraré ahora!?— Dijo desconcertado — Estaré aquí mucho tiempo, me gustaría hablarlo con Allison para no preocuparla.
—Esta bien señor Crowne — Dijo después de pensarlo— Mañana entrará. Avísale a su amiga.
Los dos cruzaron la isla de nuevo, Matthew veía nuevos detalles que había pasado por alto, grandes estatuas parecidas a la que le mostró Eintracht en el lugar maldito. Llegaron al final y tomaron rumbo al internado. Al llegar a la oficina de Thorne los dos volvieron al mundo real.
Matthew regresó a su habitación, no sabía cuánto tiempo había pasado allí pero suponía que algunos días. Cuando llegó se encontró con Allison, ella hacia la tarea de los dos.
—Regrese, Allison— Dijo tranquilo — Te he dicho que no es necesario que hagas eso.
Allison se sobresaltó al oírlo, hacia tres días que Matthew no regresaba de la oficina.
—¡Matt!— dijo alegre— Estaba preocupada. Y si es necesario hacer la tarea ya que estamos en diciembre y pronto habrá exámenes y sabes que no tienes nada de tareas.
—Ah— dijo avergonzado — Perdón. Ven necesito contarte algunas cosas.
Allison calentó unos refrigerios mientras Matthew le contaba sobre la puerta gris y el viaje que haría al siguiente día. Allison lo veía preocupada.
—¿Así que mañana te volverás a ir?— Decía la pelirroja triste — Y serán muchos días.
—Lo siento Allison — Dijo con la boca llena— Sabes que debo ir.
—Iré contigo.
—No Allison no vendrás.
—No te pedía permiso, te estoy diciendo que iré contigo, quieras o no.
Matthew la miraba preocupado. Sus ojos verdes lo miraban con una seguridad que Matthew dudaba. Pero no quería poner en peligro a otro ser cercano a el. No quería perderla.
—He estado practicando lo que me contaste para entrar a la pesadilla — Dijo ella— Y sabes algo ya puedo entrar y salir por mi voluntad. Los he observado algunas veces. Aún no se que puede hacer mi Necro Tenebrae pero aún así iré. No te dejare sólo.
Matthew agradeció el gesto. Terminaron la tarea juntos y cenaron juntos. Ya se había hecho tarde, afuera como de costumbre la lluvia asediaba el internado.
—Tengo que irme Matt—Dijo Allison — Mi compañera de cuarto empieza a cuestionar sobre a dónde voy y en dónde duermo estos días.
—Perdón por hacerte pasar por todo esto— Matthew le tomó la mano—Gracias.
Allison salió ruborizada de la habitación. Matthew se tiró a la cama, estar en la pesadilla era tan agotador; en cuanto se dejó caer en su cama quedó dormido.
Al día siguiente Matthew y Allison se encontraron en la puerta de la oficina de Thorne.
—¿Estas lista, Allison?.
—Si Matthew.
Los dos entraron. Thorne se encontraba viendo por la ventana, veía la lluvia caer con su cigarro en una mano y una taza de café en la otra.
—Señorita Eintracht, que sorpresa tenerla aquí — Dijo algo confundido — ¿A qué se debe este honor?.
—Quiero acompañar a Matthew en este peligroso viaje— Dijo con convicción.
—Señor Crowne— Dijo con seriedad — Creo haber sido muy claro ayer. Solo el portador del Liber Mortis puede pasar la puerta, solo el portador y nadie más.