Fractum

Cap. 15: La maldición de Rheinsberg.

Matthew temblaba de miedo, Allison se había quedado paralizada con la presencia inhumana de aquella mujer que bajaba lentamente hacia ellos.

—Seres blasfemos— Decía Ymir en tono superior— Lo que han hecho por su sed de poder los condenará de por vida.

—Espere, Lady Hansen— Dijo Matthew al tiempo que se arrodillaba— Venimos en paz. Me llamo Matthew Crowne, fui enviado por Thorne Solskjaér a buscarla a usted y a Alexei Rashford.

Al oír el apellido Crowne y el nombre de Thorne Solskjaér, el semblante de Ymir cambio de manera drástica.

—Las marionetas de Crowne y Solskjaér —Dijo molesta — Espero no sea muy tarde cuando se den cuenta de la verdad sobre ellos. Ahora desaparezcan.

El Maledictus Cosmos comenzó a brillar con un aura oscura, unos caracteres ilegibles comenzaron a salir de el y danzaban en el viento en un macabro baile. Los caracteres volaron hacia Matthew y Allison, se fueron hacia la tierra y con un gran crujido la tierra desapareció, convirtiéndose en un gran agujero negro. Los dos cayeron en la negrura hacia el vacío infinito.

Solo estaban Matthew y Allison en el vacío, no había absolutamente nada más. Quería moverse pero no sabía si lo hacía o aún estaba quieto, era una sensación aterrorizante. Abrió la boca pero no pudo articular ninguna palabra. El vacío era absoluto. Poco a poco el vacío fue transformándose, el color gris se hizo presente, después el verde y negro, café y azul, blanco y rojo. Los colores danzaron y formaron un paraje lóbrego y decadente. Un pequeño pueblo en ruinas, algunas cabañas derruidas, casas en ruinas y varias estructuras más también en muy mal estado. En el medio del pueblo se encontraba un campanario enorme con un reloj en el, que curiosamente las manecillas giraban en sentido contrario.

—¿Dónde estamos?— Dijo Matthew con curiosidad — Este lugar es tétrico y hay un olor a quemado en todo el ambiente y no se ve ninguna fogata o algo con fuego.

—Matthew— Dijo Allison— Ese letrero responderá tu pregunta.

Al lado derecho de ellos, se encontraba un letrero manchado de sangre con la leyenda “Rheinsberg”.

—¿Este lugar es… Rheinsberg?— Decía Matthew con miedo— El lugar donde el horror comenzó.

—Aquí mi familia se condenó para siempre — Dijo Allison con tristeza — Ese olor a quemado, ¿Podría ser el castillo de Eintracht?.

—¡Mira!.

La puerta de una de las casas se había abierto, de adentro salía una especie de bruma blanquecina. Una mano se posó en la puerta, una muy extraña. Tenía solo tres dedos largos y pálidos y soltaban una sustancia viscosa. Por un momento pensaron en los seres del Cosmium, pero lentamente la criatura se asomo por completo, solo era un señor extraño. Tenía casi todas la características de esos seres pálidos y horrorosos, solo con la diferencia de que eran más humanos.

El hombre caminó al centro del pueblo, Rheinsberg constaba de unas nueve estructuras además del campanario, entre ellas un establo, un granero, un molino de viento y seis o siete casas más. El hombre se paró justo en medio de todos, no llevaba zapatos así que iba dejando un camino de esa viscosidad. Levantó los brazos y emitió un sonido aterrador. Allison y Matthew se taparon los oídos. Las campanas comenzaron a sonar con estrépito, las manecillas se habían detenido en las doce en punto, la puerta del campanario se abrió y de ella salió un hombre con gabardina blanca, se veía un poco encorvado y sostenía un bastón rojo.

El extraño ser levantó el bastón, y así las demás puertas se abrieron y en pocos segundo el lugar se encontraba lleno de esas personas extrañas.

—¿Qué esta pasando?— dijo Matthew — ¿Parece que no nos han visto?.

—No lo hacen— Dijo el hombre de gabardina blanca — Ellos no los ven a ustedes, solo me ven a mi.

El sujeto caminó hacia ellos, cojeaba un poco así que se sujetaba del bastón.

—Ellos son los habitantes originales de Rheinsberg — Dijo mirándolos con tristeza — Todos ellos olvidados en esta pesadilla, todo por culpa de el. Condenados a vagar aquí con ese aspecto demoníaco y maldito. Experimentos fallidos de ese loco cabrón de Eintracht… Tu ancestro.

Allison solo bajó la cabeza, pues era cierto. Su familia había provocado todo eso.

—Ella no tiene nada que ver— Dijo Matthew enojado — Ella no es como ese maníaco con caja.

El sujeto estaba parado al lado de ellos, ¿Cómo había llegado allí?.

—Es cierto—Dijo— Ahora lo veo, ella no está conectada a el. Ella no ha nacido con la maldición de Rheinsberg.

—¿La maldición de… Rheinsberg?.

Ambos quedaron algo shockeados, ¿Qué era esa maldición?.

—Eintracht hizo que toda su descendencia quedará maldita pero había un escrito que un descendiente nacería puro, libre de pecado. ¿Acaso eres tú?.

Allison no tenía palabras, el hombre hacía preguntas raras y balbuceaba cosas sin sentido.

—Ven, muchacha— Dijo el hombre— Sígueme y veremos si realmente eres libre.

El hombre la tomó del brazo y se apresuró a ir al campanario. Matthew se interpuso.

—¿Qué crees que haces— Matthew tomó al hombre por el brazo pero este le provocó una quemada— ¡Que carajos!.




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