Fractumbras Olvidadas

Capítulo 6

Los engranajes de Nova Aether

📍 Nova Aether, Torre Central, 2382

La torre principal de Nova Aether se alzaba como una sombra imponente sobre el océano perpetuamente gris. En sus entrañas, Ava, Alex y Marcus formaban parte de la rutina perfecta que era Arytza. El trío operaba en los niveles inferiores, donde el pulso de la ciudad se traducía en servidores, sistemas de soporte y protocolos automatizados que parecían nunca fallar.

Ava, de movimientos precisos y mirada inquisitiva, siempre destacaba entre la monotonía. Cada código que escribía, cada sistema que recalibraba, la hacía sentir que algo más profundo resonaba en su interior. Como si su intuición superara a cualquier entrenamiento técnico.

—Tu eficiencia sigue batiendo récords —comentó Alex, medio en broma mientras revisaba un informe—. ¿Tienes algún chip secreto del que no nos hayas hablado?

Ava esbozó una sonrisa ligera. —Solo intento no quedarme dormida con tanta perfección —respondió.

Marcus, desde una terminal cercana, soltó una leve risa. —Perfección es una palabra fuerte para un sistema que se cuelga cada dos semanas —dijo mientras detectaba una pequeña anomalía en una de las redes auxiliares.

Alex, siempre el ambicioso, ajustó su tablet y negó con la cabeza. —Arytza mantiene en pie toda la red global. Si algo falla es porque alguien allá arriba no hizo su parte.

Ava bajó la vista un segundo, recordando los rumores sobre la “ciudad vieja” bajo Nova Aether. Corredores sellados, sistemas sin acceso, y zonas que ni siquiera aparecían en los mapas oficiales. Había algo que la corporación ocultaba bajo la pulcritud de sus informes.

La rutina y la sospecha

A diario, los tres recorrían pasillos interminables con el eco de sus propios pasos y el leve zumbido de la red telepática de fondo. Desde hacía décadas, los humanos dependían de esa conexión mental facilitada por Arytza, pero para Ava, cada día la sensación de “ser observada” crecía.

Durante las noches, las visiones se intensificaban: fractales entrelazados, figuras que parecían llamarla desde el interior de la red, y susurros que le decían que buscara "lo que estaba debajo".

Marcus también percibía algo inusual. Su intuición para detectar fallas en sistemas era casi antinatural. Había reparado equipos antes de que fallaran y evitado cortocircuitos que ni los sensores anticipaban.

—¿No les parece que trabajamos para una máquina que nos controla más de lo que nos guía? —murmuró una tarde mientras verificaban una terminal en la sala de servidores.

Alex negó con firmeza. —No somos esclavos, Marcus. Tenemos estabilidad, tecnología, seguridad. Lo que pasa es que estás paranoico.

Ava no dijo nada, pero sintió que Marcus estaba más cerca de la verdad de lo que Alex quería admitir.

La mirada de Chen

Desde los pisos superiores, Chen observaba los informes de los tres con detenimiento. Sabía que el tiempo de intervención estaba cerca. Los fragmentos de Luna vibraban en Ava, el Patrón resonaba en Marcus, y Alex… Alex era el engranaje ideal para mantener el balance.

—Cada uno juega su papel —murmuró, activando una serie de monitoreos específicos.

Mientras tanto, en los subsuelos olvidados de Nova Aether, una puerta sellada seguía esperando. Y el Patrón, con su pulso silencioso, guiaba a los tres hacia la próxima grieta en la historia.




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