Capítulo 11

El ciclo comienza

El eco del silencio dominaba la sala mientras Ava, Alex y Marcus se quedaban de pie, sin saber cómo procesar lo que acababan de ver. La máquina se erguía ante ellos, compleja e imponente, como si la misma realidad se doblara a su alrededor.

Marcus sentía un hormigueo en la nuca. No podía apartar los ojos del patrón que vibraba en la estructura metálica. Algo en su interior le decía que este momento había ocurrido antes. Ocurriría otra vez.

—Esto... es imposible —murmuró Alex, intentando comprender los símbolos grabados en la interfaz de la máquina.

Ava se acercó con cautela. Las marcas, los diagramas, la geometría fractal... era el mismo lenguaje que había visto en los registros antiguos de Arytza. Su corazón latía con fuerza.

—No deberíamos estar aquí —dijo en un susurro.

Fue entonces cuando Marcus habló, su voz más profunda de lo normal, como si viniera de algún lugar lejano:

—Es el patrón.

Ava y Alex lo miraron de inmediato.

—¿Qué? —preguntó Alex.

Pero Marcus no podía responder. Sus ojos estaban clavados en la máquina, y por un instante, sintió que algo dentro de él se rompía, como si un velo se descorriera en su mente.

Desde las sombras

A kilómetros de distancia, en una sala oscura dentro del complejo central de Arytza, Chen miraba la pantalla con una expresión neutra. Su mano reposaba sobre la interfaz de comando, donde las imágenes de los tres intrusos se proyectaban en tiempo real.

—Así que finalmente han llegado —susurró para sí misma.

A su lado, una figura vestida con un traje de interfase tecnológica observaba en silencio.

—Han activado la secuencia. Todo sigue su curso.

Chen asintió lentamente.

—El ciclo continúa.

Con un gesto sutil, cerró la transmisión y se giró hacia el ventanal de su oficina, desde donde se veía la silueta del domo central de Nova Aether.

—Ahora solo es cuestión de tiempo.