El Patrón no fue destruido.
Pero ya no era invulnerable.
Las decisiones de Kahel y Sira, su intento fallido, su sacrificio sin victoria… no fueron olvidados.
Fueron integrados.
Ahora, cada ciclo llevaba una grieta.
Cada posibilidad, una fisura.
Y en cada fisura, una semilla.
El ciclo seguía.
Pero ya no era el mismo.
Y en un rincón de la realidad, aún por revelar, el Patrón se reconfiguraba. No por voluntad.
Sino porque el eco era más fuerte que la fórmula.
Editado: 17.08.2025