Fragancia de Crímen

IX

Alessia había llegado a moss park, para comprar lo indispensable para crear escencias de sus futuros crímenes, aún no era descubierta en la ciudad después de lo que pasó con su última víctima dónde lo habían declarado suicidio, sin embargo, no olvida que el detective Anderson estaba tras ella por dicha investigacion de las fechorías que ha hecho durantes los meses que han pasado.

 

—Toronto es grande y dudo que me encuentre con ese detective — Se decía así misma como terapia— después de todo debe estar disfrutando de lo mejor que el presidente le esté dando.

 

Evanson tenía la completa teoría basándose a las investigaciones que hizo en internet, que Einar Anderson era un detective particular cotizado por gente importante en los Estados Unidos de América, con un cobro alto  sobre lo que hace.

—No es momento de tener delirio de persecución, tengo que enfocarme.

 

Solo omitió todo momento el pensamiento que se le apareciera en algún momento a Einar frente su camino (algo que una probabilidad de que pase, es medio) solo siguió caminado  hasta Adentrarse a uno de los locales escondidos dónde vendían productos ilesgales.

 

—Bienvenida Grenouille — dijo el dueño del local con un seudónimo que le había bautizado —¿Lo mismo de siempre?

—Sabes que mi respuesta siempre será que sí —respondio tomando asiento y cruzar las piernas elegantemente—con la diferencia que está vez necesito la escencia más provocativa que tengas en tu estante.

—¿La presa será especial?

—Podria decir que sí.

—¿Lograste localizarlo?—preguntó intrigado.

—Todavia, ese maldito está más escondido que el mismo diablo.

—El diablo siempre anda suelto y se deja ver.

—Eso es verdad.

—Entonces si no es él ¿Quien esa presa?

—Al detective Einar Anderson —solto a la ligera— tengo pensado eliminarlo del camino para seguir con mi objetivo.

El dueño del lugar dejó de buscar las escencias para mirarla asombrado.

—Grenouille ¿Sabes que ese detective tiene cola policiaca? Estarás acabada si haces eso antes de tu meta.

—Ese idiota me tiene a la mira después de un descuido mío.

—Perdon, pero la idiota aquí eres tú, por el descuido. ¿Sabes que ahora ese hombre te anda buscando para dejarte caer la ley como piedra? Y lo peor que me llevarás entre las patas si te atrapan aquí, los policías verán que vendo hasta ceviche de ajolote y me irá muy mal.

—Relajate que todo lo tengo bajo control.

—Eso espero, esto es lo único que me hace sustentable en este País —continuaba buscando el pedido.

—Bueno, no te puedo juzgar sobre cómo sobrevives aquí, al menos tienes cómo. No como yo que tengo que robarme una parte del dinero de las víctimas después de dejar la escena del Crímen.

—Sustento es sustento auque de  mal manera.

Terminó de buscar hasta la escencia extra que le había pedido evanson mostrándole el nuevo olor.

—Este es un Sacred Sandalwood, pero yo lo llamo  "la tentación de lucifer"  y este es perfecto para ese detective, me pregunto dónde estará esa fragancia cuando lo elimines.

—Todavia está en planes, por el momento tengo que pensar como entrar a la casa de jesstory.

—¿No puedes dejarla de último? Apenas va a publicar el último libro de la saga y quiero ver cómo termina.

—La lista de una asesina no se puedes postergar —respondió pagando las cosas — Aunque te puedo traer la copia del manuscrito para que lo leas.

—En ese caso, no puedo pedir más. Te deseo suerte.

La chica se despidió de él tomando sus cosas e irse de la tienda.

Einar estaba en el lugar tras una recomendación que le había hecho París sobre algún mercenario que supiera la ubicación de Greco, cuando en ese momento vió de lejos a la chica saliendo del callejón donde estaba aquella tienda, no logró tomar una  fotografía de las placas del automóvil al quedarse mirando fijo a la chica cuando partió, Tomando la decisión inmediata  de entrar aquel local para que le den información.


El dueño guardaba las ganancias que había hecho hace unos minutos, cuando la campanilla de la puerta sonaba indicando un nuevo cliente.

—Bienvenido...—Se quedó en silencio al ver la presencia del detective.

—Buenas tardes, soy el detective Anderson y necesito que coopere de manera gentil en decirme todo lo que sepa sobre la mujer pelirroja que acaba de salir de aquí.

—Maldicion Grenouille — susurró— Lo siento pero no puedo entregar información de mis clientes.

—¿Está seguro?  

Anderson caminaba por el lugar tomando fotografías a la mercancía ilegal incluyendo el menú de ceviche de ajolote para después volver acercarse al mostrador.

—Si no me dices todo sobre esa mujer, enviaré la ubicación y estas fotos para que seas encarcelado al igual que clausurar tu local. Tu decides.

—Su nombre es Alessia evanson y tiene edad aproximada de tres décadas, es inmigrante—dijo en pánico.

—¿Sabes dónde puedo encontrarla?

—No le puedo decir, no puedo traicionarla.

—Estoy seleccionando las fotos para enviarlas.

—¡Bien!, ¡Vale! Alessia viven en Ballycroy, en un granero para ser exacto.

—¿Es real lo que dices?

—Completamente, ella misma me lo dijo en un correo encriptado que me mandó para poder enviarles algunos productos.

—Perfecto —selecciono las fotografías y borrarlas frente a él— gracias por cooperar.

—¿N-no piensa en denunciarme?

—Me pagan para investigar al ángel de la muerte de Toronto, no hacer denuncias de locales ilegales de barrio.

Salió de la tienda para dirigirse a su auto y así ir hasta la ubicación que había obtenido.


Casi una hora después, Evanson ya se encontraba en su hogar preparando el frasco que pronto le pertenecería al cuerpo de la escritora, se encontraba completamente concentrada en el plan que no notaba la presencia del detective quien se había adentrado al granero viendo todo los planes Tanto antiguos como futuros de sus víctimas.




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