Bajo la luz de la luna

En una noche fria de noviembre.
Conocí a Camila, risueña, guapa, morena, un pelo lacio y hermoso.
Fue por un amigo en común, bebiendo, disfrutando.
No era mi intención coquetear, pero sus grandes presencias se pronunciaron y me embobaron.
Es mi mayor debilidad, no lo puedo negar, nos besamos.
En mi casa, en mi sala, todo fue encantador a excepción de que ella no quiso al principio.
Eso hizo que me interese mas su presencia y su nombre.
Recuerdo que bebimos demasiado, quedo inconsciente en mi sofá y tuvimos que llevarla a su casa con su amiga así.
Ahí nos caímos dos veces en el camino hacia su casa, valió la pena.
Hablamos mucho en ese mismo sofa que cayo de borracha, de su primer amor y de mi casi algo que llego a nada.
Estábamos rotos en ese entonces, quizá no quisimos, pero sucedió.
Asi mismo en mi intrinseca estabilidad, termine cogiendome a su amiga, no estuvo mal, he de admitir, pero termino asi mi primera vez durmiendo con alguien toda una noche.
Lo odie, hacía mucho calor con su cuerpo y no compartía cobija para abrigarme del frío que sentía en el pecho.
Me quede con el recuerdo de Camila en ese entonces, no la volví a ver luego de mucho tiempo.
En ese entonces, cuando la volví a tener a mi lado, no me quise ir, no podía, no se porque. Era un iman que no quise que se acabe. Sosteniendo su mano con mi mano.

Yo había sanado, sin embargo, ella no. Nos volvimos a encontrar como la primera vez, tomando.
Fue un error mi cobardía, fue su error no soportar un poco más.
Me enamoré una tercera vez y ella. Bueno, algo sintió por mí.
O eso quiero creer.
Hoy, sentado, bajo la luz de la luna, la volví a recordar.
Fumando un cigarrillo, pensé, recordé y me pregunté.
¿Donde estará esa mujer?
Se donde esta, sé con quien está, se donde volver a buscar.
¿Ustedes lo harían?
Yo no tengo los huevos para hacerlo, creo que ya rogué demasiado.
Creo que ya busque demasiado.
El sonido de los grillos, en este frio mes de noviembre, bajo la luz de la luna, puedo decir.
Espero que sea feliz...