Frases De Invierno

ELLA...

Ella.

Recuerdo cuando la conocí, era una tarde de agosto, calurosa y apacible. Estaba entre un grupo de chicas y en medio de risas y conversaciones termine sintiéndome a gusto al hablar con unas completas extrañas. No sé en que momento todas se concentraron en un tema específico que involucraba a una chica en especial, ella se había mantenido callada la mayor parte del tiempo, pero desde el momento en el que alguien decidió ser un poco indiscreta, al mencionar un tema que sin duda a esa chica le molestaba. No pude evitar mi insaciable curiosidad por saber quien era esa persona, no se si era su forma de hablar o era el hecho de que estaba en frente de una chica tímida y de mirada ausente, tal vez mi curiosidad se dio debido a que ella me recordaba a otro individuo tan familiar para mí y aunque aun no comprendo porque quería estar con ella en todo momento y a la vez mantenerme lejos, si pude entender algo con el tiempo y fue que, desde esa tarde de agosto, los meses que vendrían sin duda alguna, no serian lo mismos para mí, ni para ella.

Recuerdo que la observaba desde los rincones de la escuela, donde me quedaba la gran parte del tiempo leyendo o escribiendo garabatos que hoy ya creo que ni existen y en ese momento no entendí porque había algo en ella que me atraía a querer conocerla, pero que a la vez me generaba un extraño sentimiento, que mas tarde logre comprender que se llamaba instinto de protección, quería protegerla o al menos apoyarla porque sin duda alguna podía intuir que no la estaba pasando bien. Ella sonreía entre su grupo de conocidos y yo solo la observaba desde lejos y en mi mente no había más que dudas y cuestiones sobre el actuar de la chica de ojos cafés, no dejaba de preguntarme; ¿por qué diablos su sonrisa no encaja con la expresión de sus ojos?, ¿Por qué las personas que se encuentran con ella no se dan cuenta de su tristeza, de su soledad? O tal vez si se daban cuenta, pero preferían no entrometerse. Y quien era yo para hablar de esas personas cuando yo misma solo observaba y me mantenía enfrascada en mi mundo, alejada de ella a una distancia prudente. Se que ella piensa que yo la ignoraba y no quería saber nada de su amistad, lo sé y aunque mis acciones no eran intencionales, le dolían y sumían más en esa tristeza que lograba ocultar entre las heridas de su piel. Yo fui una más de ese grupo de personas que la hirió y la hizo sentirse poca cosa.

Ahora comprendo el porqué de parte de sus acciones, muchas eran motivadas por mí, ella quería llamar mi atención, que yo comprendiera que ella estaba allí y que necesitaba de todo el apoyo para poder seguir adelante, en eso también me equivoque porque no estuve completamente a su lado, sin duda alguna le falle y aun después de haberle fallado, ella me perdonó. Fui su confidente, la escuche, me calle y le hacia saber las cosas en las que estaba en desacuerdo, la aconseje, pero no evite que otros le hicieran daño, por miedo, por cobardía, por intentar a la vez de proteger a otra persona. Lamento no ser de verdad lo que ella merecía, pude darle más de mí para ayudarla a sanar sus heridas. Se que decir que lo siento no soluciona nada y no va a devolver el tiempo, pero lo que pasé junto a ella fue una experiencia que nos sirvió para crecer como personas y aunque actualmente no seamos las mejores amigas y ella haya encontrado en otra chica de cabello rizado lo que yo no pude darle, siempre voy a estar para ella. Se que no importa cuantos cambios se den en mí vida, ella siempre estará presente, no como mi mejor amiga, pero si como una chica especial que en un momento de mi existencia llego para comprender una parte de mí y aunque no me conoció completamente ni yo a ella, logramos crear un lazo de amistad que ninguna olvidará.

TE QUIRO D.




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