Fresa como Amarea

Capítulo 6

Querido diario,

No sé por dónde empezar. Todo se siente como si estuviera cambiando, y no estoy segura de si es algo bueno o malo. Hoy ha sido uno de esos días en los que me he sentido más consciente de mí misma. Es como si cada mirada, cada palabra que escucho, cada comentario que la gente hace, me afectara más de lo normal. No sé si soy yo o si es algo que está pasando a mi alrededor.

Como siempre, me senté al final del salón en matemáticas, escondida detrás de mi cuaderno. No es que me moleste estar al fondo; de hecho, prefiero estar lejos del centro de atención. Lo raro fue que, mientras el profesor hablaba de ecuaciones, no podía concentrarme. Mis pensamientos no dejaban de volver a la misma persona: Élan.

No es que piense en él todo el tiempo. O tal vez sí, pero no de la manera en que lo haría alguien que está… ¿interesada? No, no es eso. Es más bien una especie de curiosidad. Algo en él me desconcierta. ¿Por qué siempre parece tan seguro de sí mismo? ¿Por qué no parece importarle lo que los demás piensen de él? Y, lo más importante, ¿por qué le importo yo?

Me llamó "Fresa" otra vez ayer, y aunque trato de no pensarlo demasiado, no puedo evitarlo. Su tono no era burlón como el de los demás. De alguna manera, lo dice como si fuera algo bueno, algo especial. Y eso es lo que me confunde. Toda mi vida he sido "Tomate", o "Pimentón", o cualquier otra broma relacionada con el color de mi cabello. Siempre he pensado que era algo raro, algo de lo que debería avergonzarme. Pero cuando Élan me llama "Fresa", suena diferente. Suena... bonito.

Hoy, después de clase, lo encontré de nuevo en el pasillo. No sé si lo estaba buscando o si fue pura casualidad, pero ahí estaba él, apoyado contra una de las paredes, con esa sonrisa tranquila que siempre lleva. No pude evitarlo. Caminé hacia él, como si mis pies se movieran por sí solos.

—Hola, Fresa —dijo, con esa sonrisa que parece que sabe algo que yo no.

—Hola —respondí, intentando sonar casual, aunque por dentro sentía como si todo mi cuerpo estuviera a punto de explotar de nervios.

Nos quedamos en silencio un rato. No es el tipo de silencio incómodo, sino más bien un silencio que parece lleno de significado. Él simplemente me miraba, y yo no sabía si debía decir algo o quedarme ahí, esperando a que él hablara primero. Como siempre, fue él quien rompió el silencio.

—¿Te importa que te llame así? —preguntó de repente.

No me esperaba esa pregunta. En realidad, nunca había pensado en si me molestaba o no, hasta ahora. Bueno, al principio sí, pero ahora… no estoy tan segura.

—No lo sé —respondí, sinceramente—. Supongo que no.

Élan asintió, como si mi respuesta tuviera todo el sentido del mundo.

—Es solo que... no lo digo como una broma —dijo, mirándome a los ojos—. Lo digo porque te queda.

Esa frase, "te queda", resonó en mi cabeza durante el resto del día. ¿Qué significa que algo "me queda"? Nunca pensé que un apodo pudiera "quedarle" a alguien, pero ahora me hace cuestionarme todo. ¿Es posible que, después de todo este tiempo, haya alguien que vea mi cabello rojo como algo bueno? ¿Cómo algo que no está mal, sino que, de alguna manera, es especial?

El resto del día transcurrió como siempre. Las clases, el almuerzo, el recreo. Nada fuera de lo común, excepto el hecho de que, por alguna razón, no podía dejar de pensar en esa conversación. Tal vez estoy exagerando. Tal vez simplemente me afectó porque no estoy acostumbrada a que la gente me vea de una manera positiva. O tal vez, solo tal vez, hay algo en la forma en que Élan me mira que me hace sentir… diferente.

Al final del día, volví a casa y, como siempre, me encerré en mi habitación. Me puse los audífonos y dejé que la música llenara el espacio vacío. Hoy escogí una canción de los 80s, una de mis favoritas. Es de esas canciones que me hacen sentir que estoy en otro mundo, en un lugar donde todo tiene más sentido.

Mientras la escuchaba, me quedé mirando mi reflejo en el espejo. Mi cabello rojo caía sobre mis hombros, como siempre. Pero por primera vez, no lo vi como algo que quisiera cambiar. Tal vez, solo tal vez, Fresa no es un mal apodo después de todo.

La noche fue una de esas en las que mi cabeza no paraba de dar vueltas. Intenté dormir, pero era imposible. Cada vez que cerraba los ojos, las palabras de Élan resonaban en mi mente. "Te queda."

Me levanté de la cama y me acerqué a la ventana. La luz de la luna iluminaba la calle, y por un momento, me sentí en paz. A veces, las noches son lo único que me calma. El mundo se vuelve más tranquilo, y por alguna razón, mis pensamientos también. Me quedé ahí, mirando la luna, preguntándome por qué me afecta tanto lo que él dice. Es solo un chico, ¿verdad? No debería importarme lo que piense. Pero lo hace. Y eso me asusta un poco.

Mientras miraba el cielo, algo dentro de mí empezó a cambiar. No sé exactamente qué fue, pero sentí como si finalmente empezara a aceptar algo que había estado negando durante mucho tiempo. Tal vez ser "Fresa" no es tan malo. Tal vez, ser diferente no es algo de lo que debería avergonzarme. Tal vez, como Élan dijo, me queda.

No estoy lista para aceptarlo por completo, pero creo que estoy dando el primer paso. Y eso, para mí, ya es mucho.

Musica de los 80’s que Amarea le gusta:

  • Take On Me – a-ha

  • True Colors – Cyndi Lauper

  • Everybody Wants to Rule the World – Tears for Fears

  • With or Without You – U2

  • Running Up That Hill – Kate Bush




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