Fresa como Amarea

Capítulo 8

Querido diario,

No sé por qué sigo escribiendo si parece que no tengo nada nuevo que decir. Es como si cada día fuera una repetición del anterior. Pero, de alguna manera, escribir me sigue dando una sensación de control. Tal vez eso es lo que más necesito ahora.

Hoy me pasó algo que no me esperaba. Y, para ser honesta, todavía no sé si fue bueno o malo. Estaba caminando por el pasillo de la escuela cuando vi a Élan hablando con alguien. No sé quién era, probablemente un amigo suyo o algo así. Lo raro fue que, por primera vez en mucho tiempo, sentí algo que no había sentido antes: celos.

No sé por qué. Es ridículo, lo sé. Pero ahí estaba yo, parada en medio del pasillo, observando cómo Élan sonreía mientras hablaba con otra persona, y sentí como si algo dentro de mí se revolviera. ¿Por qué me importa tanto? Ni siquiera sé lo que siento por él. Ni siquiera sé si lo que siento es real o si simplemente es una especie de ilusión que me estoy creando.

A lo mejor me estoy volviendo loca. O tal vez esto es lo que siente la gente cuando empieza a interesarse por alguien. Pero no estoy lista para eso. No quiero estarlo. No quiero complicarme más de lo que ya lo estoy. Ser Amarea ya es bastante difícil sin tener que lidiar con cosas como los celos o los sentimientos confusos.

Después de eso, pasé el resto del día tratando de evitarlo. No quería hablar con él ni verlo. Me sentí tonta por sentirme de esa manera. Así que, en lugar de ir al patio durante el recreo, me fui al baño y me quedé ahí, escuchando música para tratar de distraerme. Pero no funcionó. No podía dejar de pensar en él.

¿Es esto lo que significa estar interesada en alguien? ¿Es esto lo que significa que alguien te importe? Porque, si es así, no estoy segura de quererlo.

Más tarde, cuando volvía a casa, me miré en el espejo del baño y traté de verme a mí misma con otros ojos. ¿Qué ve Élan en mí? ¿Por qué me llama "Fresa"? No es que yo me vea especial. Para mí, sigo siendo la misma chica insegura, la misma chica con el cabello rojo que no puede encontrar su lugar en el mundo.

Pero entonces, recordé lo que él me dijo: "Te queda." Esa frase sigue siendo un misterio para mí, pero cada vez que pienso en ella, me siento un poco menos sola. Es como si, de alguna manera, lo que me hace diferente fuera lo que me define. Lo que no sé es si eso es algo bueno o malo.

Cierro los ojos y dejo que mis pensamientos fluyan. Sé que todavía me queda mucho por entender. Sé que todavía me falta aprender a aceptarme. Pero, por primera vez en mucho tiempo, siento que estoy empezando a ver algo más allá del reflejo en el espejo.

Y eso, aunque pequeño, es un avance.

Esta vez fue un poco más corto que de costumbre :)




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