Fresas bajo el Sol

CAPÍTULO 2.

CAPÍTULO 2

SOOK

Paso todo lo que resta de clase de ballet preguntándome si es verdad que ese chico me llamará para devolverme mi teléfono. ¿Y si mis padres me llamaron? o ¿si mis amigos me escribieron? Aunque últimamente no me han escrito mucho, supongo que aún siguen procesando que me iré a una nueva escuela.

—les conté a mis amigas de ballet sobre el chico que nos ayudó de camino a la clase- —dice Violet con entusiasmo mientras caminamos de regreso a casa.

—¿Ah así? -—arqueo una ceja y la tomó de la mano para cruzar la calle.

Agradezco que el camino a casa siempre esté iluminado, aunque no se tan tarde nunca es bueno caminar solo de noche.

—mhn, un chico alto, rubio y muy guapo. —dice fantasiosa y yo niego levemente y me río por su carita risueña.

—tenía lentes de sol ¿cómo sabes que era guapo? —le preguntó y ella se encoje de hombros.

—simplemente lo sé, además sus lentes de sol lo hacían lucir genial. —mi pequeña hermana sonríe ampliamente y yo niego silenciosamente. —cuando sea grande quiero tener un novio así de genial.

—pequeña hermanita. —digo rodeando sus hombros con mi brazo— aún queda mucho tiempo para eso.

Llegamos a casa después de unos minutos y el olor a comida hace que mi estómago gruña.

—¡ya llegamos! —digo cerrando la puerta para después quitarme los zapatos mientras que Violet sale corriendo hacia cocina.

Acomodo mis zapatos en el pequeño estante que está al lado de la puerta, cada uno en la casa tiene su propia hilera, aunque no todos mis zapatos caben ahí así que los zapatos que se encuentran ordenados al lado del estante son míos.

Camino por la sala y veo a mi pequeño hermano jugando con su consola de juegos, paso a la cocina y me acerco sigilosamente para agarrar un paquete de galletas de la despensa, pero antes que pueda hacerlo y huir sin dejar rastro, mi madre golpea mi mano en un movimiento ágil y veloz.

—¡Omma! —me quejo y ella niega.

—la cena ya va estar lista así que no te llenes. —dice antes de darse la vuelta para seguir batiendo lo que tienes en la estufa.

—me muero de hambre. —me quejo y finjo llorar, pero ella no me hace caso.

—pero si Sook tiene el hoyo negro como estómago ¿cómo se podría llenar? —pregunta mi pequeña hermana lo que yo le respondo con una pequeña mueca y ella me saca la lengua.

Me voy resignada a la sala y me siento en suelo junto Blue.

Si lo sé, Blue y Violet, pero que puedo decir, papá creció en Norteamérica y quería que por lo menos uno de sus hijos llevara un nombre americano, lo malo es que papá no es bueno escogiendo nombre y cuando se enteró de que tendría mellizos les puso los primeros nombres que se le vinieron a la cabeza. Yo doy gracias que de mi nombre lo haya escogido mamá.

Blue saca una bolsa de patitas picantes de debajo de la mesa donde se encuentra su consola y me la pasa sin dejar de ver la pantalla. Ese gestó me hace tan fácil que podría llorar.

—eres el mejor hermanito. —chillo bajo abrazando la bolsa contra mi pecho.

—¡Shuuuuu! —se pone un dedo en los labios y me mira con su pequeño ceño levemente fruncido a lo que yo asiento rápidamente imitando su acción.

Abro la bolsa y tomo varias papitas para llevarme las a la boca, saldas, picantes y crujientes. Blue estira su pequeña mano para tomar alguna sin dejar de ver la pantalla. De pronto escucho la puerta de la entrada y Blue deja todo para correr hacia la persona que acaba de entrar.

Mi padre entra a sala, Blue y Violet se lanzan sobre el pero él no tiene problemas con levantarlos a los dos al mismo tiempo y darles un par de vueltas. Papá además de ser entrenador de básquetbol en la universidad, se encuentra en excelentes condiciones física.

—Hola Sook. —me sonríe dejando a los mellizos en el suelo.

—Hola papá.

Me pongo de pie y me acerco para darle un rápido abrazo, a pesar de que aun sigo un poco molesta por cambiarme de escuela, no puedo estarlo todo el resto del año.

Un amigo de papá lo contactó para que le hiciera el favor de entrar un grupo de básquetbol en una prestigiosa escuela de Seúl, al hacer un amigo de papá hace muchos años y por la forma desesperada en la que se la pidió papá no se pudo negar, pero una de las condiciones fue que me aceptaran para el último año de preparatoria con la mitad de una beca escolar.

...

Veo un drama en mi laptop sentada en el escritorio de mi habitación. El guapísimo Park Hyung Sik acaba de confesarse sus sentimientos a Park Bo Young.

—Park Hyung Sik, que guapo eres. —murmuró y como otra galleta.

De repente el teléfono que no es mío, el cual dejé en la mesa de noche junta a mi cama, comienza a sonar y me volteo lentamente sobre mi silla giratoria y con la galleta entre mis labios veo la pantalla del teléfono iluminarse.

1...2...3

Y reacciono para contestar rápidamente el teléfono, prácticamente saltó de mi silla para tomar y constatar la llamada. Cuando veo el numero en la pantalla siento un gran alivio al ver que es el mío.

Agradezco silenciosamente a los Dioses antes de contestar la llamada.

—¿Hola? —respondo insegura.

—Hola. —responde una voz que a diferencia de la de esta tarde esta suena suave y amable- creo que mi chófer se equivocó de teléfono.

¡El señor del traje de pingüino!

Me siento tan aliviada y agradecida que de que sepa que no fue mi culpa y no me acuse como el tonto de esta tarde.

—si...creo que se confundió. —murmuro y me doy cuenta de que sueno un tanto tonta al hablar así- pero descuida no le he hecho nada a tu teléfono, casi ni lo he tocado.

Digo rápidamente y después al darme cuando de lo ridículo que suena eso palmeo mi frente con mi mano libre.

Pero me relajo un poco al escuchar la leve risa del chico al otro lado de la línea.

—descuida, confío en que cuidarás de mi teléfono. —musita con una tranquilidad que es contagiosa— la cosa es que voy a estar fuera de la ciudad unos días, así que enviaré a mi chófer a recoger me teléfono mañana, dime en qué lugar te puede ver.



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En el texto hay: romance, coreadelsur, romance amistad

Editado: 18.06.2021

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