CAPÍTULO 7.

CAPÍTULO 7

SOOK

Abro mis ojos al máximo por la sorpresa que siento en estos momentos, sin poder parpadear y con mi boca abierta al punto de que una mosca podría entrar sin problemas. Creo que, si me hubiesen dicho que la nieve en realidad cae de un gran bote de helado en el cielo, lo hubiese asimilado mejor, pero esto me costaba creerlo. Helios tenían una sonrisa relajada mientras rodeaba mis hombros con su brazo y me mantenía cerca de su costado.

¿El acaba de decir lo que escuché? O ¿debí haberme limpiado las orejas mejor esta mañana?

—tu… ¿la conoces, Helios? —pregunta la chica señalándome con una manicura espectacular.

—Claro, viene conmigo. —responde Helios de manera despreocupada.

La chica me da una mirada evaluativa de pies a cabeza y hace una pequeña mueca al ver mi aspecto.… okey. Claro que mis tenis viejos, mis shorts de mezclilla y mi sudadera verde manzana con conejitos rosados se veían mal al lado de ese vestido azul oscuro, que llega hasta sus pies con una delgada abertura que hace ver parte de su pierna, se ajusta a su esbelta figura y deja al descubierto sus hombros en un muy sutil escote.

—ella no es…—la chica se detiene como si estuviera buscando la palabra adecuada—el tipo de chica con que el suele salir.

—lo sé, pero deseaba probar algo diferente esta vez. —se encoje de hombros y yo que aún trato de entender la situación frunzo el ceño, y antes de que vaya decir algo lleva su mano repentinamente a mi cara para apretar mis mejillas con su mano— además mírala, es adorable.

Acerca su cara a la mira y la chica que aún me mira con algo de desagrado y confusión, sonríe de manera forzada. Miro a Aysel que se turna para mirarnos a mí y Helios de manera algo seria he interrogante para al final verme por unos segundos y asentir como si lo hubiese entendido todo.

Grito por dentro al pensar que él pueda creer que estoy aquí con Helios cuando la verdad viene a ver si él estaba aquí, y aunque eso suene acosador prefiero que crea eso a que estoy con Helios… pero a su prometida eso no le haría mucha gracia.

—la conferencia va a empezar. —dice Helios soltando mi cara— será mejor que entren, nosotros iremos a buscar un lugar en el cual Sook me pueda esperar.

Ellos asienten para después caminar hacia las grandes puertas de madera brillante, miro la espalda de Aysel y me quejo silenciosamente antes de ver a Helios con el ceño fruncido, pero antes de que diga nada él toma mi mano y me jala por el pasillo. Su tamaño y fuerza le hacen difícil moverme cual muñeca de trapo hasta que se detiene sobre un pequeño puente.

Miro hacia abajo y puedo ver un montón de comercios caros, con diversa gente entrando y saliendo de ellos, supongo que ellos son huéspedes de hotel. Vuelvo mi vista a Helios el cual va vestido en un traje negro, sin corbata o moño y con su cabello despeinado como de costumbre.

—¿qué acabas de hacer? —le pregunto señalándolo con enojo y el frunce su ceño.

—¿disculpa? —dice con confusión y algo de indignación— te acabo de sacar de esa incómoda situación, mínimo un “Gracias, Helios” es lo que merezco. —se cruza de brazos.

Mi expresión se arruga como si acabara de lamer un limón, uno muy cítrico.

—¿agradecerte? —murmuro y niego abruptamente —¿crees que debo agradecerte después de mentir delante de Aysel? —chillo señalándolo— y si…¿y si ahora cree que ando contigo? —me cubro la boca horrorizada.

El rueda sus ojos y toma aire sonoramente por su nariz como si tratara de buscar paciencia para esta situación, paciencia que dudo que tenga.

—de verdad que eres una molestia. —dice pellizcando el puente de su nariz.

—¿disculpa? —dejó mi expresión de horror de lado para mirarlo de nuevo con mi peor cara.

—sí, eres una molestia, eres despistada y andas metiéndome en problemas por donde sea que vas, qué yo no sabía que había comprado una molestia de mascota—me señala y yo abro mi boba sintiéndome ofendida y cuando voy a contradecirlo él se me adelanta— al fin y al cabo ¿Cuál es el problema que Aysel piense que estás saliendo conmigo?

Abro mi boca, pero la cierro al pensar que no lo puedo decir el motivo, ¿Qué pasaría si le dijera? Tal vez me molestaría más de lo que ya lo hace, además probablemente se lo diría a Aysel, “esa niña nueva gusta de ti" ¡definitivamente no quiero eso!

—déjame adivinar. —dice Helios comenzando a sonreír de lado— él te gusta.

—¿cómo lo supiste? —digo de golpe y cubro mi boca rápidamente al ver que yo misma me delate.

¡si serás estúpida!

La sonrisa de Helios aumenta y niega levemente como diciendo “pobre he ingenua, Soo". Siento mis mejillas calentarse por el sonrojo y bajo la mirada para que no pueda verme, pero por la forma en que sonríe presiento que enserio está disfrutando este momento. Es malvado, muy malvado es un estúpido entrometido malvado.

—otra chica que no sabe nada. —suspira sonoramente.

—yo ya sé que tiene una prometida. —señaló en un murmullo y recuerdo a la chica de vestido azul.

Ella era hermosa, aunque sus muecas de desagrado y sus sonrisas extremamente forzadas no le favorecían, ¿acaso ella es así todo el tiempo? ¿Será que no es como la imaginaba?

—no lo digo por eso. —dice Helios captando mi atención y haciendo que lo mire algo confundida—ya tengo que irme, pero recuerda que me debes una por el favor que te acabo de hacer.

Vuelvo a fruncir el ceño y lo miro tratando de descifrar si lo que dijo es enserio o me está tratando de jugar una broma, pero por su expresión creo que habla muy enserio.

—Helios, no es un favor si al final lo tengo que pagar. —señalo con un tono alto y molesto.

—¿Nunca has escuchado la frase “oferta y demanda"? —pregunta con obviedad y ladea su cabeza—lo que sea, me debes una, molestia.

Abro mi boca furiosa por su apodo, pero cuando voy a reclamarme él se ha dado la vuelta y se aleja hacia el pasillo donde estaba la conferencia.