Capítulo 0: La Leyenda De Oux

Sin antes de saltar a lo previsto, sé que pensabas que dentro de esta parte comenzaría nuestra historia. Pero las cosas no son así, esto es mucho más que eso. Antes de empezar con el inicio de mi viaje, debo de contarte un recuerdo que se mantiene dentro de mí y que es demasiado importante como para dejarlo pasar y no contártelo.

Recuerdo que, en alguna parte de mi vida, estuve caminando en un parque resplandeciente. Dentro de este parque, todo era de un color blanco que deslumbraba a cualquiera que lo viera: tanto el césped, los juegos, los árboles y las flores... incluso el pequeño lago que estaba dentro de él, todo iba iluminando y tenía una esencia a tranquilidad.

En este parque al que llamaremos "Inicio" por el momento, veía a un montón de niños riéndose mientras jugaban y se divertían entre sí. Y en medio de ellos, junto a un árbol grande; me encontraba yo, sentado al lado de una bella mujer de cabello largo y que al parecer estaba al cuidado de todos los que estaban dentro.

Ella me sonreía con una calidez que no podría describir con palabras y a la vez usaba una de sus manos para acariciarme suavemente el cabello. El aura que transmitía su calor era brillante y relajante, como de un color blanco que envolvía a cualquiera en una paz absoluta, incluso podría decir que podía aliviar el corazón de todas las penas imaginables.

Lo raro aquí es, que esa mujer me parece conocida, pero... por más que intento recordar su rostro; no puedo hacerlo. Todo se vuelve oscuro y se torna borroso; a pesar de que quiero ver quien es, no llego a verla por completo.

Después de pasar unos minutos, ella deja de acariciarme el cabello. Y entonces, coge un libro que está cerca de nosotros y me pregunta si es que quiero que ella lo lea.

Yo asiento ante esa proposición sin dudar.

En ese preciso instante, la bella mujer empieza a narrar el contenido del libro.

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"La leyenda de Oux"

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Había una vez, un pequeño pueblo que fue aniquilado por órdenes de un despiadado rey. Los únicos sobrevivientes de esa matanza, eran jóvenes que habían perdido a toda su familia y amigos. A este rey, no le importaba el dolor ocasionado a costa de expandir su reino, solo quería obtener más tierras para hacerse más rico a sí mismo.

Así que, al acabar con toda la gente del pueblo, ordenó a sus soldados que encadenaran a los sobrevivientes. Cada uno de ellos debían ser llevados bajo tierra en dirección a un grupo de celdas cubiertas con un olor a muerte y azufre llamado:

«''El calabozo de los esclavos''»

Una vez dentro, era absurdo escapar de ahí. Los sobrevivientes eran sometidos a trabajos duros, arduos e imposibles para el cuerpo humano...

Todos los días, el rey malvado abusaba de su poder y mandaba a sus soldados a golpear a los sobrevivientes. Y no solamente una vez; lo hacía cada vez que le parecía que no habían hecho un trabajo como él esperaba.

Tras varios años, los sobrevivientes pensaban en irse de ese lugar y planearon un sinfín de métodos de escape, si había algo que podría librarlos de esas cadenas y ese sufrimiento, lo intentaban. No obstante, incluso al intentarlo con todas sus fuerzas, sus esfuerzos eran en vano y la gran parte de ellos terminaron muriendo.

Todos los esclavos estaban hartos del maltrato, no querían seguir sufriendo a causa del rey, ni querían vivir encerrados sin siquiera haber disfrutado su vida, y, debido a la desconsolación de los caídos y al maltrato constante que recibían, volvieron a planear una revuelta para terminar con todo el abuso.

La revuelta estaba compuesta por cuatro simples pasos:

1. Matar a los soldados de la puerta principal.

2. Adentrarse en el castillo mientras algunos peleaban a muerte.

3. Cruzar los primeros pisos y dejar a algunos encargarse de los soldados que estaban dentro del castillo.

4. Dirigirse hasta los cuartos reales, encontrar el cuarto del rey y acabar con su vida en nombre de todos los esclavos.

«Era un plan simple y bien estructurado...»

Entonces, al estar todos de acuerdo, lo hicieron así. Acabaron con la mayor parte de los soldados, pasaron por un montón de dificultades y pasadizos previos; llegaron a la punta de la torre y avanzaron hasta las habitaciones reales encontrándose frente a su objetivo.

No obstante, por órdenes del destino, cuando solo quedaban tres esclavos que estaban a punto de entrar al cuarto del rey, terminaron siendo derrotados por otra multitud de soldados que apareció sin previo aviso.

Ya no se podía hacer nada para escapar, el fracaso de aquella revuelta había apagado las llamas de la esperanza y por lo tanto, el espíritu que mantenían todos los esclavos había sido pisoteado y humillado una vez más; por lo que los esclavos decidieron rendirse a su destino injusto y a su mala suerte.

Sin embargo, había dentro de todos ellos, un joven que aún mantenía la esperanza de escapar del calabozo de los esclavos.

Este joven se llamaba Oux. Era un huérfano que había sido acogido por una de las familias más pobres del pueblo. Esto aconteció, un día en el que encontraron a un bebé dentro de un cesto en la puerta de su hogar.