Capítulo VIII: Cronovisor

Luego de decir que nos quedáramos en silencio, los Greenders se colocaron a ambos costados del cronovisor y lo encendieron.

Fue justo allí, cuando en la pantalla del cronovisor, aparecieron unas imágenes holográficas que estaban mejor elaboradas que la "O-gram", estas imágenes se veían más definidas y claras a diferencia de ella.

El cronovisor era como un televisor gigante; tenía un montón de botones, pero no estaba conectado por cables. Al verlo, parecía tener un aspecto futurista. Según entendí de parte de los greenders, este funcionaba a través de la energía del suelo; mediante el uso de energía libre, (la cual estaba en estado de pruebas y a punto de lograr una próxima fase).

Tras pensar en esa máquina, perdí el tiempo delante de mis ojos, y al volver en mí, pude ver dentro de los hologramas que salían de ella, una civilización antigua que vivía en el desierto, el cual se asemejaba al antiguo Egipto. Y luego de ver dicha civilización, los Greenders decidieron avanzar el tiempo dentro de los hologramas, entonces fuimos testigos de toda la construcción de ese espacio (incluida la formación de una ciudad actualmente conocida como Güiza).

En ese entonces, el director dijo que no nos emocionáramos. Que esto a pesar de ser impresionante, solo era la punta del iceberg de toda la historia de la humanidad. Además, mencionó que nos había hecho ver aquella civilización con la intención de que todos fuésemos testigos de la construcción de las pirámides enigmáticas.

A pesar de su explicación, el cerebro me dolía por tratar de darle sentido y enlace a todas las cosas que había visto en estos últimos días, esas palabras retumbaban dentro de mí, y me hacían preguntarme cuál era el límite del ser humano. No podía comprender que el pasado estaba frente a mis ojos, no quería creer que estaba presenciando algo imposible.

De esa manera, (muy dentro de mí), mis tres "yos" no entendían lo que pasaba realmente; algo ilógico se había vuelto lógico con unos simples hologramas, no era fácil aceptar que el tiempo (o todo lo que conocía como historia), pudiera ser observable o manipulable.

Los científicos del proyecto "P.E.G.A.S.U.S.", habían logrado distorsionar el tiempo; estábamos viendo los frutos del poder del ser humano conforme a la tecnología actual, todos y cada uno de nosotros, estábamos viendo los hologramas; no podíamos negar lo que estábamos viendo ahora, solo nos quedaba aceptarlo.

Y entre mis dudas sobre la máquina, me pregunté una y otra vez:

—Si esto es posible, ¿Cuál es el límite del ser humano? ¿Qué es lo imposible para nosotros? ¿Dónde quedan las debilidades de la raza humana? Si se cometiera un error, ¿no se solucionaría con esto y todo saldría bien?

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Por más que me preguntaba, no había respuesta alguna.

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El director pidió que nuestra atención se enfocara en el cronovisor, y al minuto de hacerlo, fuimos testigos de la verdad detrás de la construcción de las pirámides enigmáticas dentro de la ciudad de Guiza.

Ninguno de nosotros podía creer lo que estaba viendo; cientos de personas, (que parecían ser esclavos), eran dirigidos por un hombre y una mujer que tenían máscaras y ropa militarizada.

Entonces me puse a pensar en el caso:

—¿Cómo era posible que dos militares estuvieran en la creación de las pirámides? Hablamos de cientos y miles de años. ¿Qué hacían ellos dos allí?

Según Wernher, había una teoría de que estos dos militares eran viajeros del tiempo de algún futuro o pasado próximo (se refería a esto por los artefactos que usaban, ya que no eran de esta época, no se parecía a nada de lo que había existido o hubiese sido creado hasta ahora).

Fue con ellos dos, (para ser exacto), donde la locura por los viajes en el tiempo, y el ver que había detrás de las construcciones del comienzo, y de todo lo que conocemos hasta ahora, comenzó.

Con esta máquina, podíamos ver la creación misma del universo; incluso al final de este, esto desafiaba toda lógica, no, era más que eso, parecía una absoluta locura.

Todos los presentes en la sala (incluyéndome), mostramos atención en aquellos militares. No era por la ropa, o por su apariencia dentro del desierto, tampoco por como esclavizaban a las personas de ese tiempo; la razón en específica, eran que estos militares, tenían una forma peculiar de crear las pirámides.

Ellos usaban artefactos inimaginables para la ciencia actual, y aparte de ello, su método de construcción era despiadado. Este consistía en mandar a los esclavos a sacar piedras enormes de una cantera, (la cual tenía un aproximado de diez metros de profundidad).

Fuimos testigos de cómo algunos esclavos morían cargando las piedras de esa cantera, esto con la intención de ser llevadas hasta el punto donde podían ser levantadas por una máquina que las trasladaba a través de vibraciones sónicas, a alguno de los trineos gigantes en los que serían desplazados.

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En ese entonces volvieron las dudas y el asombro dentro de la sala de comidas.