Al día siguiente, los ocho usuarios restantes nos reunimos para hablar acerca de cómo haríamos las pruebas y las divisiones que se ejecutarían en los próximos días.
Luego de dicha reunión, nos presentamos entre todos y quedamos en llamarnos por nuestros verdaderos nombres (aunque para ser sincero, yo ya los había memorizado para no llegar a olvidarlos).
Según Jonathan (quien propuso la idea de los nombres), llamarnos por nuestros verdaderos nombres, debería hacerse porque éramos solo 8 miembros en el grupo.
—¿Para qué vamos a usarlos? —sugirió Jonathan— Solo somos un grupo pequeño, es un desperdicio de tiempo.
—¿No nos castigarán si hacemos eso? —respondió Zaeh.
—Holly tiene razón, deberíamos preguntar primero a los greenders —respaldó Barry.
—Sé que no debo meterme, pero sinceramente; pienso que deberíamos hacerlo —dije intentando inclinar la balanza hacia Jonathan—. Nos ahorraríamos un montón de tiempo, además, creo que decirle a los Greenders está de más; podemos hacerlo por cuenta propia.
—Anthie tiene razón, es difícil llamarlos por esos nombres, preferiría usar los nuestros —agregó Arthur.
—Y-yo... apoyaré al que tenga más votos. Así que estoy de lado de ambos, solo no sigan discutiendo, por favor —titubeó Holly tratando de hacer las paces.
—¿Y bien...? ¿Tú que dices Mary? Eres la única que no ha hablado durante toda la reunión —preguntó Jonathan viendo fijamente a Mary.
—¡¿Es necesario que diga algo?! ¡¿Por qué no solo se lo dices al líder del grupo?! ¿No ves que decidió por todos, el día de ayer? —farfulló Mary, incitando a que hablara para responderle.
Todos me quedaron viendo fijamente.
—¿Y si mejor en vez de pelear hacemos un sorteo para decidir al líder? —preguntó Arthur para desviar la tensión generada.
—Me parece bien —dijo Jonathan.
—S-Sí... si eso arregla los problemas entre todos, c-creo que es la mejor opción —titubeó Holly.
—Bien; ¡entonces está decidido! ¡Hagamos un sorteo! —exclamó Zaeh.
Y fue en esa última conversación, donde, por lo que había ocurrido el día anterior con los Greenders, querían escoger un líder. Para mí el líder del grupo ya estaba decidido; sería Jonathan, ya que él tenía una actitud de guía innato. Y con esa idea en mente, sortearon el cargo del que lideraría nuestro grupo.
Aunque seguía creyendo que era una estupidez, definitivamente era mejor escoger a Jonathan. Pero a los demás les interesaba la suerte, querían ver por el azar quién sería nuestro líder.
Y así lo hicieron, sortearon el cargo entre todos; y al último de los tres que saliese, sería el líder. Primeramente, salió Holly, luego de ella; salió Jonathan, y como si se tratase de la mala o la buena suerte, la última carta tenía mi nombre.
Fui escogido como líder del pequeño grupo.
No obstante, no era algo de lo que podría estar orgulloso. No ahora que tenía algo en mente; toda mi visión se centraba en querer escapar de este edificio y no volver a saber más de este proyecto.
Traté de rechazar el cargo, e hice que lo sortearan de nuevo. Sin embargo, nuevamente fui escogido por la suerte. De esa manera, solo me quedaba aceptarlo, así que pase por alto el no querer el cargo. Solo lo dejé pasar, debía enfocarme en el verdadero problema, de lo contrario, esto solo me retrasaría y acabaría con cada uno de nosotros.
En ese momento, Barry preguntó algo:
—¿Saben cuándo acabarán las pruebas?
Todos nos quedamos silencio durante unos ante tal pregunta.
—¿Al menos podrían decirme cuándo saldremos de este lugar? —preguntó Barry nuevamente.
—Nadie aquí sabe eso, Barry. Si lo supiéramos, todos no estaríamos tan preocupados —respondió Jonathan.
Holly Zaeh ignoraron la pregunta de Barry, se pararon en la entrada y trataron de revisar cuando nos llamarían los Greenders (esto para ver el verdadero inicio de las pruebas).
—¡¿No hay nada más que hacer?! —interrumpió Mary enojada. Esto de los horarios me está matando de aburrimiento... Además —dijo abrumada—, ¿Por qué nosotros somos los únicos escogidos? ¿Dónde están los demás niños? —agregó lanzando preguntas al aire.
Me quedé en silencio, sabía la verdadera respuesta a esa incógnita, pero no podía responder.
Y en ese momento justo, aparecieron los Greenders interrumpiendo la incómoda pregunta de Mary. Era como si supieran de qué hablábamos, incluso antes de que entraran a la sala.
Fue allí, cuando nos encaminaron a la prueba que estaba destinada para hoy (la cual haría uso del cronovisor original). Y al llegar a la sala, se nos presentó nuevamente el cronovisor, junto a todo el rollo de la misión de hoy (todo estaba normal hasta allí).
Volvieron a repetirnos las funciones del cronovisor y sus orígenes, esto para comprender las bases en las que se componía, nos trataron de enseñar nuevamente como funcionaba de pies a cabeza. Y justo cuando pensábamos que iba a acabar la explicación, aparecieron.