Todo a mi alrededor estaba oscuro. No podía ver ni mis manos. Traté de avanzar dentro de esa oscuridad, pero era imposible; mis sentidos estaban fallando a tal punto de que no podía saber si estaba despierto o no. En ese momento, empecé a caer a gran velocidad, como si me dirigiese a un abismo sin fondo que me succionaba con demasiada presión. Traté de despertarme durante la caída y me pellizqué varias veces para saber si estaba dentro de un sueño. No obstante, parecía tan real que mis acciones no funcionaban en absoluto.
Luego de unos largos segundos cayendo, pude ver una pequeña esfera brillante que giraba a mi alrededor. Esta generaba una luz que empezó a hacerse más y más grande, hasta que pude presenciarla mejor. En ese instante, escuché una voz familiar que salía de ella.
—Veo que aún estás consciente a pesar de estar cayendo por un buen tiempo. Te ayudaré un poco, espérame un momento.
Aquella voz siguió diciendo cosas en un idioma que no pude comprender, esto hasta que el escenario cambió bruscamente. Entonces, fui ascendiendo hasta el cielo y me encontré en un lugar donde podía ver el sol junto a todo el océano por debajo de mis pies.
La voz volvió a dirigirse hacía mi persona en un tono amigable.
—¿Cómo es posible que puedas contactar conmigo a pesar de haber olvidado todo? ¿Acaso ya te diste cuenta de quien soy? ¿Ya sabes quien soy?
Ella preguntó una y otra vez mientras yo veía todo lo que me rodeaba.
—¡Hey! ¡¿Me estás escuchando?! —exclamó para que le prestara atención—. ¿Podrías responderme siquiera?
Después de oír eso, pude saber que esa pequeña luz aún estaba conmigo.
—Eres la misma voz que habló conmigo en la mañana, ¿no es así? —pregunté para confirmar.
—Así es, soy yo. Por fin te dignaste a escucharme, eh. Traté de hablar contigo, pero al parecer tu mente no estaba aquí. Deberías de prestar atención cuando te están hablando.
—Lamento eso, solo quiero confirmar algo más. ¿Esto es un sueño? ¿Acaso estoy soñando? ¿Me he vuelto loco? —mencioné confundido por todo lo que acababa de presenciar.
—No. No estás loco. Y… ¿Un sueño? Podría decirse que estás durmiendo, pero también estás despierto. Una vez tienes conciencia de las cosas que suceden en este plano puedes cambiar las cosas que ves a tu alrededor, pero eso no significa que yo también sea parte de tu sueño. Solo me estoy comunicando contigo a través de esta pequeña luz que envié contigo.
—¿Entonces esto no es un sueño? —volví a preguntar.
—Eso lo decides tú, no es como si yo pudiera crear este tipo de pensamientos tan confusos como lo puedes hacer tú.
—¡¿Yo hice esto?! —exclamé asustado.
—Ajá, tú lo hiciste. Inconscientemente, pero lo hiciste.
—Por las dudas… ¿Esto tiene que ver con las habilidades de las que me habló el director Isaac, no? Sería muy conveniente si fuera así.
—Algo así. De igual forma, veo que has encontrado una de las pistas para recuperar tu memoria. Al parecer has buscado bien en tus alrededores, no creí que fuese tan rápido, Anthie. Bien, comencemos con las preguntas… ¿Qué aprendiste de ese cuaderno?
—¿Aprender? ¿Podía aprender algo con la historia que está escrita en ese cuaderno?
—Aún no recuerdas nada, ¿no es así...? Entonces fue casualidad que llegaras aquí. Eso explicaría por qué no pudiste salir del abismo tú solo. Bueno, si no sabes nada no puedes permanecer hablando conmigo, la realidad ajustará los cambios, arreglará el error y te irás tarde o temprano. Entonces, olvidarás que me viste y también olvidarás lo que escuchaste aquí.
—¿Olvidar? ¿Por qué tendría que olvidar? —pregunté confundido.
—Viste cosas que en tu tiempo aún no han sido escritas, es imposible almacenar recuerdos futuros si no tienes una conexión directa con el tiempo establecido. Aun así es extraño, quizás te saltaste uno de los requisitos por esa habilidad tuya.
—¿Entonces no debía haber llegado hasta aquí?
—Exactamente, Anthie. Si tuvieras la forma de venir con ese artefacto que tiene tu “yo” del futuro, todos los errores de esta línea sería más fácil de resolver, pero no me hagas caso. Aun en el futuro nunca me escuchas, siempre tomas tus propias decisiones.
—¿A qué artefacto te refieres? ¿Qué es lo que esperas de mí? ¿Vienes del futuro?
—Son muchas preguntas. Primero, tú más que nadie debe saber a qué artefacto me refiero, no por nada tienes la capacidad de verme ¿No es así…? Segundo, tú eres el que espera más cosas de las que yo espero de ti, este plan no lo hice yo. Fuiste tú el que pensó todo. Y tercero, eso último no puedo responderlo, aunque ya debes saber la respuesta, tú siempre tienes las respuestas a todo.
—Está bien, creo que entiendo más o menos el punto. Mm… ¿Podrías decirme quién eres realmente? Yo te conozco, ¿cierto...? Esa voz me es familiar, te he escuchado en algún otro lugar, pero no sé como encontrar la respuesta. ¿Eres alguien que conozco de la H.S.U.A. o acaso te conocí en este edificio? Respóndeme, por favor.
—Creo que al menos puedo darte mi nombre único. N.° AL-11. Aunque, bueno. He crecido más de la cuenta, ahora quizás sea un diecinueve o tal vez un veinte. De igual manera, lo olvidarás todo así que no creo que haya problemas, pequeño tonto.
—Tu nombre único es N.° AL- 11, ¿cierto? El mío es N.° AN-10, eso quiere decir que te conocí aquí, ¿no? ¿Acaso tú sabes algo de lo que me pasó? ¿Podrías contarme como perdí la memoria?
—Sí y no. Me conociste ahora mismo, pero ya conocías a mi "yo" de antes, en el pasado. Soy otra “yo” de otro lugar, algo similar a aquella vez que te viste a ti mismo en tu viaje al pasado. No obstante, no soy la misma que fui en tu presente, sería más o menos lo que ella llegará a ser si nuestra misión fracasa y tú no quieres eso, ¿no...?