41 - Un corazón hecho cenizas.

Está bien...ten...estas flores nunca se marchitarán...porque son las flores...de la esperanza.

Siempre fui prisionera de mis terribles recuerdos...ahora que mi viaje ha llegado a su fin, me pregunto si mis amigos estarán ahí, esperando por mí.

Gran imperio de Fiore.

Bosque de cristales.

12:40 de la noche.

La pesada tensión continuaba incrementándose cada vez más y más en una cierta zona en específico del brillante bosque repleto de mágicos cristales, siendo este mismo escenario boscoso donde la maligna espíritu poseedora del ardiente elemento fuego se podía visualizar confrontandose terriblemente contra los dos actuales consejeros reales pertenecientes al nevado reino de Arendelle, los cuales a su vez todavía se apreciaban tratando de hacer entrar en razón a su antigua compañera de intenso cabello rojo cómo la espesa sangre.

Misma fémina de bellísimos orbes cafés que a diferencia de sus dos antiguos amigos de la infancia, se encontraba tratando actualmente de aniquilar de una forma sumamente sanguinaria a aquel noble par de flamantes espíritus guardianes de Althohalla, de esta simple manera logrando demostrar unas intenciones completamente contrarias a las de ambos jóvenes elementales.

Erza: Ya basta de esos estúpidos sentimentalismos, ustedes dos no lograrán hacerme cambiar de opinión, el mundo será limpiado en su totalidad, hombres, mujeres y niños, no habrá ninguna sola excepción.

Decía la joven de intenso cabello rojo escarlata con un tremendo odio reflejado en sus palabras mientras se visualizaba siendo cubierta en su totalidad por una ardiente aura formada completamente de fuego, de esta manera ocasionando que la temperatura del gran escenario boscoso fuera incrementándose de una forma sumamente terrible y desmesurada, aunque al mismo tiempo sin haberle causado demasiadas complicaciones a los dos jóvenes espíritus de Althohalla.

Natsu: Tienes una enorme lucha interna en tu corazón, sabemos que todavía no te has dejado manipular por completo.

Juvia: La oscuridad aún no se ha apoderado completamente de tu alma.

Dijeron los dos flamantes consejeros reales pertenecientes al nevado reino de Arendelle con una inmensa seguridad reflejada en sus respectivas miradas, a su vez de que ambos jóvenes espíritus elementales todavía continuaban observando fijamente a su antigua compañera de la infancia, misma fémina de hermoso cabello rojo escarlata que sólamente se dedicaba en apretar sus puños con demasiada fuerza contenida.

Erza: Los...los asesinaré a ambos...Jigoku No Ken ( Puños Infernales ).

Comentó la enfurecida pelirroja con una suma seriedad en su voz al momento de proceder a envolver sus dos puños en unas tremendas y ardientes llamas de intenso color rojo escarlata, para después simplemente salir disparada en dirección a sus dos antiguos compañeros de la infancia, mismos individuos elementales que únicamente se dedicaron en adoptar unas claras posturas defensivas.

Erza: Ambos están muertos.

Habló la terrible espíritu poseedora del ardiente fuego oscuro antes de intentar propinarle un devastador golpe a puño cerrado en el rostro a la hermosa fémina de inigualables ojos azules, aunque a su vez siendo inmediatamente interceptada por el joven de intenso cabello rosa salmón, siendo este mismo consejero real de Arendelle quien logró detener aquél inminente y fulminante golpe con una de sus gruesas manos.

Natsu: No...no permitiré que lastimes a mi esposa.

Dijo el actual espíritu portador del increíble elemento fuego mientras continuaba sosteniendo fuertemente con la palma de su mano el ardiente puño derecho proveniente de su antigua compañera de fulminantes ojos cafés, de esta simple manera provocando que la enfurecida pelirroja intentará soltarse desesperadamente de aquél fuerte agarré por parte del joven originario de la misteriosa región de Fiore.

Juvia: Por favor Erza, detén todo este desastre, nosotros...nosotros simplemente queremos ayudarte.

Pedía la fémina de lindo cabello azul con una expresión sumamente suplicante en su mirada al momento de estar apreciando cómo su antigua compañera continuaba tratando de liberar su ardiente puño de la firme mano perteneciente al joven de intenso cabello rosa, mismo individuo originario del misterioso imperio de Fiore que al parecer no tenía pensado liberar en lo más mínimo a la terrible espíritu poseedora de la devastadora y profunda oscuridad.

Erza: Ayudarme...así cómo lo hicieron con Lucy?.

Mencionó la joven pelirroja con un tremendo rencor reflejado en sus siniestras palabras antes de proceder a observar de una manera sumamente fija a la hermosa espíritu poseedora del increíble elemento agua, ocasionando a su vez con estas mismas e inesperadas palabras que ambos flamantes consejeros reales del nevado reino de Arendelle no pudieran evitar permanecer totalmente sumergidos en un pesado y absoluto silencio.

Erza: Ustedes dos la dejaron morir, la sangre de Lucy todavía permanece impregnada en sus manos.

Exclamó la terrible espíritu oscuro con un profundo veneno reflejado en su voz mientras se encargaba de lastimar el corazón de ambos espíritus guardianes de Althohalla, ya que a pesar de haber transcurrido demasiados años desde la trágica muerte de aquella hermosa mujer de intenso cabello rubio cómo el brillante sol, el doloroso y constante recuerdo de no haber logrado salvarla todavía se encontraba atormentandolos de una forma sumamente inimaginable.

Erza: No es bueno distraerse mis queridos amigos.

Susurró la fémina de hermoso cabello rojo escarlata antes de decidir propinarle con su puño izquierdo un descomunal golpe en el rostro al actual espíritu portador del ardiente elemento fuego, mismo joven procedente del nevado reino de Arendelle que no pudo hacer absolutamente nada para poder evitar salir disparado en contra de una inmensa cantidad de exuberante vegetación, tratándose de una zona boscosa que a su vez había logrado quedar completamente destruida debido al descomunal impacto recibido.