Fruto del destino

Capítulo 27: Una sorpresa tras otra

Olivia

—¿Qué pasa contigo? —solté.

—Nada, ¿qué me va a pasar?

—¡¿Qué te va a pasar?! ¿En serio me estás diciendo eso? —me alteré— Llevo literalmente más de media hora intentando contactar contigo, estaba comenzando a preocuparme como una buena amiga y me vienes con un ¿qué me va a pasar? Eres idiota Hugo Ashworth—le di una mirada mientras intentaba relajarme—Voy a al baño.

Me levanté de un salto y me dirigí hasta el baño lo más rápido posible, en un instante ya estaba en él y cerré la puerta con pestillo para que nadie pudiese entrar, apoyé las manos a los lados del grifo e intenté respirar hondo, intentando que la calma llegase a mí, aunque era un poco imposible.

—¿Por qué todo el mundo me oculta cosas? —murmuré mientras una lágrima caía por mi mejilla—¿Por qué sobre piensas todo Olivia? ¿Acaso no es suficiente todo el daño que hay en ti que necesitas caer aún más bajo? —suspiré mientras me culpaba de alguna manera—No Olivia, necesitas ser fuerte de una vez por todas, no puedes vivir culpándote toda la vida—reproché—Es tu cumpleaños, intentemos disfrutar al menos de eso—me limpié la lagrima y salí del baño y me dirigí hasta la mesa.

—Oye, ¿Estás bien? —dijo Lily.

—Si, estoy perfectamente, ¿por qué no iba a estarlo?

—Tienes la mirada un poco ida—dijo

—Bueno es que nunca antes había hecho nada como esto, simplemente estoy un poco confundida aún.

Pedimos la comida y todos estábamos felices, por fin dejé de pensar en todo lo negativo e intenté ver todo positivamente al menos hoy. Llegó la hora en la que me darían mis regalos, estaba bastante nerviosa por el regalo que supuestamente me darían Becca y Lily, ¿qué sería? Tanteaba en mi mente todas las elecciones posibles, pero sinceramente no tenía ni idea de que podía ser.

—Toma Olivia—dijo mi madre.

Era un sobre y lo abrí.

—Oh wow muchas gracias—dije mientras veía que era dinero—Os quiero mucho.

Todos me dieron sus regalos, ropa, libros, dinero...

El último regalo era el más esperado para mí, el que me dejaba más intriga.

Becca y Lily se levantaron con una bolsa en las manos.

—Ten—dijeron a la vez mientras yo agarraba la bolsa.

Comencé a abrirla muy despacio, quería saber que era, rompí el papel y me di cuenta que era una cajita de nuevo.

La abrí y era una pulsera.

—¿Always Bol? —dije confusa mientras miraba la pulsera plateada que estaba en mis manos.

—Significa la amistad que tenemos, Becca, Olivia y Lily—sonrieron—De ahí la palabra Always Bol, siempre seremos nosotras pase lo que pase.

Las abracé —Chicas no sabéis lo que os quiero—exclamé mientras sonreía—Es el mejor regalo que me podíais haber dado.

Nos separamos del abrazo—¿Estás segura? —soltó Becca.

Yo hice una mueca porque estaba confusa—¿Sí? —dudé—¿Por qué no lo sería?

Lily sacó un sobre de su bolsillo y me lo dio.

—Este es tu verdadero regalo—sonrió.

Yo me quedé confusa y muy despacio agarré el sobre, estaba demasiado confundida en aquel momento porque no me lo esperaba.

Abrí el sobre y había una notita, la saqué y comencé a leer.

Sabemos que no estás pasando por tu mejor momento y queremos que al menos se cumpla uno de tus sueños, gracias por llenar de luz nuestras vidas, por siempre estaremos juntas, te queremos Oli.

¿Uno de mis sueños? Me quedé boquiabierta y mi cara hizo pucheros al leer esta carta, no podía expresar lo mucho que las quería.

Agarré lo que había justo detrás y lo leí.

Viaje con destino a Los Ángeles por una semana, era un billete de avión para la ciudad de mis sueños.

—Espera, ¡¿QUÉ?!— me quedé sorprendida, tapé mi boca con mi mano derecha y no pude contenerme abrazarlas de nuevo—Pero, ¿por qué? Y... ¿cómo sabéis lo de Los Ángeles?

—Tómatelo como un viaje de amigas—dijo Lily mientras Becca miró a mi madre.

—Se puede decir que un pajarito nos lo ha chivado...—mi madre en ese momento giró la mirada como si ella no tuviese nada que ver.

—Muchas gracias en serio—sonreí—¿Cómo he podido tener tanta suerte conociendo a mis mejores amigas?

—¿Cómo es que no nos conocimos antes? —soltó Becca haciéndome otra pregunta para contestar la mía—Literalmente eres una pieza más en este puzzle, sin ti no sería lo mismo.

Hice pucheros con mi cara.

—Bien, ¿Podemos ir ya al sitio? —soltó Hugo mientras se levantaba.

—Hugoo—gritaron a la vez—Estás estropeando este momento tan bonito.

—Vale, vale—alzó sus manos en son de paz—Solo quiero decir antes de que me matéis que ya es la hora.

¿La hora?

—Tenemos otra sorpresa más—dijo Lily.

—¿Otra? ¿No os bastaba con todo esto?

—Nada es suficiente cuando se trata del cumpleaños de tu amiga—soltó Becca.

—Bien, tienes que vendarte los ojos, Hugo trae el pañuelo—exigió mientras ponía su brazo recto para que Hugo le diera el pañuelo.

—¿Vendarme los ojos? ¿A dónde me lleváis?

—Es una sorpresa Olivia, las sorpresas no se desvelan.

—Siempre hacéis lo mismo—reproché.

Me vendaron los ojos y yo solo escuchaba las indicaciones que iban dándome para no acabar en el suelo, noté como me subieron al coche y estuvimos unos diez minutos, no lo sé con exactitud, pero sí que estuvimos bastante tiempo sentados en el coche, ni siquiera sabía a dónde me llevaban ni por qué.

Escuché el sonido del freno de manos y supe que fuese donde estuviésemos habíamos llegado al destino.

—Hemos llegado—dijo Hugo.

Me bajaron con cuidado del coche y me dejaron completamente sola ahí de pie.

—Quítate la venda—dijo Lily.

Me quité el nudo de atrás que tenía, comencé a quitármelo y mi visión estaba un poco nublada, pero cuando pude ver con nitidez me quedé embobada.

—¿Qué es esto? —dije.

—Haremos una mini fiesta en el bosque, ¿qué te parece la cabaña?

—Estoy sin palabras, sinceramente.




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